Un soldado ucraniano apunta a la frontera rusa cerca de Kharkiv, este 7 de febrero / Foto AFP)
Vladimir Acosta
Cuando examinamos y constatamos a diario el gigantesco y absoluto poder mediático, manipulador y mentiroso con que Estados Unidos (EU) domina el mundo actual y le impone una tras otra las cínicas mentiras que encubren sus agresiones imperiales, siempre con la complicidad de sus vasallos europeos y de otros gobiernos y medios serviles repartidos en todo el orbe, casi siempre nos quedamos cortos porque ese poder se refuerza a diario con cada nueva crisis que provoca, con cada nueva ambición imperial suya, o con cada ataque y destrucción o aislamiento de países que le estorban; y así hasta alcanzar niveles impositivos que no era fácil imaginar hace décadas y ni siquiera hace años. Y es la forma dictatorial y absoluta con que EU, apoyado como siempre por sus siervos europeos, manipula la actual crisis de Ucrania, que en lo esencial es obra suya, lo que pone ante nuestros ojos esa nueva realidad.
No hace falta ir muy lejos en el examen de ese proceso de aumento aplastante del poder mediático y autoritario yankee y no es necesario recordar los tiempos de la guerra de Vietnam, que fueron parte de un cuadro planetario y geopolítico muy diferente del actual. Basta partir del confuso y nunca bien aclarado atentado de septiembre de 2001 contra las torres del World Trade Center neoyorquino, y del manejo mediático dictatorial impuesto por EU para impedir que se conociera la verdad imponiéndole al mundo su interesada y mentirosa versión del atentado. Que, por cierto, ha perdido interés, pues de él ya nadie habla, de modo que parece que ocurrió hace 2 siglos y no 2 décadas. Ahora sólo quiero destacar que ese confuso atentado cuya autoría no está clara fue el pretexto mediante el cual el imperio estadounidense, que entonces se proclamaba único Super poder, capaz de ganar juntas 3 guerras, inició esa criminal “Guerra contra el terror” (de los otros, no el suyo), que ha hundido al mundo en 20 años de crímenes, matanzas y destrucción de países, obra de un imperio incapaz hoy de ganar ninguna guerra, cuya decadencia se niega a reconocer, mientras sigue `promoviendo a diario sanciones, guerras por intermediarios, ataques y agresiones.
Recordaré al azar varios crímenes y mentiras yankees de las 2 primeras décadas de este siglo. Detrás del ataque aéreo había una demolición controlada de las 2 torres altas del WTC y de la pequeña; a los terroristas sauditas acusados se los dejó huir mientras se acusaba a una dudosa Al Qaeda y a Saddam Hussein, que nada tuvo que ver con el tal atentado. En el ataque anterior a Irak la hija del embajador kuwaití se disfrazó de enfermera en un fake de la CIA y acusó a Saddam Hussein, invasor de Kuwait, de haber sacado bebés de sus cunas de hospital para hacerlos morir en el piso. Madeleine Albright normalizó como necesaria la muerte de medio millón de niños iraquíes mientras EU bombardeaba Irak con uranio empobrecido. Colin Powell mostró en la ONU un frasquito como prueba de que Saddam Hussein tenía armas de destrucción masiva para atacar a EU y a Gran Bretaña. EU causó en Irak más de un millón de muertos. Hubo torturas y violaciones, y crímenes como los de Abu Graib. Luego mintió para invadir Siria en alianza con fundamentalistas asesinos y bandas terroristas islámicas que había creado y financiado antes. Fabricó calumnias para invadir Libia: falsos videos, falsas acusaciones de que Gadafi masacraba a su pueblo. Y Hillary Clinton celebró su horrible violación y asesinato parodiando una frase de Julio César. Imposible olvidar a Obama, Nóbel de la Paz, dirigiendo desde la Sala oval de la Casa Blanca bombardeos con drones del invadido Afganistán para matar niños, mujeres y adultos civiles a los que luego se acusaba de terroristas. Irak sigue ocupado y arruinado, Libia fue destrozada por completo y Siria sólo se salvó de lo mismo gracias a la ayuda política y militar rusa que paró la invasión yankee.
Y es que pese a todo el poder de que disponía EU, en los medios había todavía espacios para denunciar sus mentiras y las de Europa. De hecho, en 2003 la invasión de Irak por EU provocó una masiva respuesta en contra de ella. Y hubo por doquier marchas de miles de personas que se opusieron, hasta en ciudades estadounidenses. Varios gobiernos europeos se opusieron a esa guerra mentirosa y criminal. Hubo espacios de crítica y denuncia en medios escritos y televisivos, gran prensa y noticieros, en Europa y en el propio imperio. Fue poco, pero sí jugó un papel. El monopolio yankee no tenía todavía dominio pleno de la información y el servilismo europeo no se había hundido aún en su pantano.
Ese espacio decreció pronto hasta desaparecer. Con la Ley patriota en EU y el chantaje antiterrorista en Europa y resto del mundo, el poder yankee se impuso brutalmente y la cobarde Europa se sometió al pleno dominio de sus medios. Ese es el cuadro actual. Los medios imperiales dominan por completo, solo ellos elaboran y convierten propaganda yankee en información. Los otros medios la copian y repiten en diarios, noticieros y entrevistas en TV, y los más serviles añaden mentiras propias para fortalecer los argumentos del amo yankee y contentarlo. Ese es el cuadro mediático de hoy y es dentro de sus parámetros dictatoriales, propios del Big Brother orweliano, que esos medios “informan” sobre el conflicto ucraniano y la posición de Rusia. EU miente a diario sin parar, los otros medios lo repiten y no hay ningún espacio en ellos, que controlan, dominan y falsean toda información, para saber por su intermedio lo que en verdad hace y propone Rusia.
EU y Europa acusan a Rusia de que proyecta invadir Ucrania, sus medios repiten y manipulan eso a diario y hasta han fabricado y difundido planos falsos del inminente ataque ruso. Lo hizo el Washington Post, luego Bloomberg y ahora la revista alemana Bild. Como no se produce porque Rusia no tiene intención de invadir, cada nuevo plan cambia de fecha. Se empezó en enero y ahora se habla de mediados de febrero.
Lo que Rusia ha propuesto, pero no se informa, es volver a la diplomacia respetando las normas y acuerdos de la ONU, y que la OTAN no se expanda al este y cerque a Rusia. Solo después de que Ucrania negó la amenaza rusa, EU debió responder las 7 propuestas concretas que Rusia le había enviado, pero las rechazó amenazándola de nuevo. Rusia ha marcado sus límites: quiere seguridad y paz, pero cuenta con superioridad militar y está preparada para responder a la violencia porque la amenaza de EU y Europa sigue encendida. Rusia no tiene acceso a los grandes medios occidentales. Solo hay información sobre ella en Rebelión, Red Voltaire y otros, pero tiene sus medios, RT y Sputnik. Son pocos, pero informan, no mienten, y cada vez tienen más lectores. EU les teme y ha ordenado a la servil Alemania bloquearlos de Europa con pretextos. Rusia respondería dejando fuera a la DW, pero no es lo mismo pues no tiene igual alcance.
Lo que ayuda a Rusia es que la prepotencia imperial de Biden empieza a generar cansancio y rechazo entre varios países europeos, que temen a la guerra, como Croacia y Bulgaria. Y son varios los países europeos que no quieren una guerra en Europa ni ser carne de cañón para EU. Parece que ni siquiera lo quiere Ucrania, que duda. Y Biden está entrampado porque quiere como sea la guerra de Ucrania y Rusia. Presiona a Zelenzki, el presidente ucraniano, para que invada el Donbass y provoque como respuesta la invasión rusa, pero Zelenski sabe que sería un desastre para Ucrania y no quiere esa guerra ni que EU utilice a Ucrania como carne de cañón. Parecería que a Biden solo le queda montar un falso atentado ruso para provocar la guerra. De modo que la amenaza sigue, no hay nada definitivo y puede pasar cualquier cosa. Amanecerá y veremos.