Narciso Torrealba
Mi palabra
«Cambian los payasos,
pero el circo sigue».
(anónimo)
Fuente: Citado por Eduardo Galeano
en Nosotros decimos NO:
Crónicas (1963/1988).
Joe Biden, nuevo empleado de la Casa Blanca en momentos tormentosos en la política internacional. Apareció tratando de lavarle la cara al imperialismo, como si las tropelías y crímenes cometidos por los gobiernos estadounidenses en sus permanentes invasiones prescriben al llegar un nuevo mandatario. Es tanto el cinismo de este señor, que, en sus cortas alocuciones, desde el mismo momento de recibir el cargo ha tratado de diferenciarse de su antecesor, como el bueno, bondadoso y santo, faltándole poco para quitarle el puesto al papa Francisco. Parece la mano de seda dispuesta a dispensarle el trato que, reclaman quienes han sido pisoteado por años. Olvida el cargo que representa, que, no es otro: defender al imperialismo y para muestra la realidad del presente. Todas las medidas coercitivas implementadas por Trump, están vigentes y nada ha dicho o ha hecho para acabar con el bloqueo aplicado contra Cuba, y últimamente a Venezuela.
El imperialismo vive una etapa muy difícil, y en su propia casa el desorden y anarquía les sirve a estudiosos en la materia para vaticinar momentos tormentosos, y la solución parece no aparecer mientras exista el capitalismo salvaje. En plena pandemia por el Covid-19, los correctivos han sido ninguno. Drogas y ventas de armas siguen produciendo los dividendos deseados por los grandes inversores y Biden, parece no existir. Su papel mientras este en el cargo, es repetir lo que hizo el disparatado de Donald Trump, cambiando el discurso con la ayuda del poder mediático, preparando el terreno y en el momento de las dificultades no le queda otra, si no recurrir a la violencia, así, presente el rostro de un niño lloroso, porque hacer lo contrario no está en el libreto preparado por los hegemónicos yanquis para crear la confusión.
Por los momentos el señor Biden, dejó bajo la responsabilidad de sus títeres la presión contra gobiernos latinoamericanos, que, no se someten fielmente, como religioso en la fila para recibir la ostia. Ahora, el frente con las armas solapadas es el trillado caso de Ucrania, el cual están utilizando, como punta de lanza para atacar a los vecinos más próximos insertados en el mapa de Rusia, como son las provincias de Donetsk y Lugansk, reconocidas por el presidente Vladimir Putin, como estados, puestas en la mira, desde Kiev, para lanzarles y no son consejos, pero los lideres populares de esas aguerridas comunidades, le están pidiendo ayuda al gobierno ruso para repeler los intentos de agresión azuzados desde Washington.
La crisis del imperialismo, la desahogan en parte al implementar las invasiones. En algunos casos se les hace sumamente fácil, y en otras tienen que remar contra la corriente, y antes las dificultades presentes no les queda otra, que, apelar a ese recurso tan valioso: el gran poder de los medios. Desde hace varios meses vienen repitiendo una supuesta invasión, desde Rusia contra Ucrania, mientras preparaban sus malas intenciones, que, no son otras de atacar la frontera de Rusia; extenso país, ampliamente conocido, después de la desintegración de la Unión Soviética, ya que, significaba la mayor parte del territorio. Por algo, Ernesto «Che» Guevara, quien dio su vida por amor a la humanidad, dejó una expresión muy clara y precisa: ¡No se puede confiar del imperialismo ni un «tantito» así!
Ahora, revienta lo que venían provocando e incitando, desde la Casa Blanca, con el visto bueno de Joe Biden: (EL CONFLICTO DE UCRANIA). Los gobiernos gringos expertos en disfrazar cualquier intervención, empiezan a disparar por mampuesto creyendo tener a la opinión pública embelesada, con su maquinaria mediática. ¿Cuántas veces han repetido la supuesta invasión, mientras armaban a Ucrania? ¿Cuántas amenazas contra Rusia de llegar a tocar a Ucrania? ¡Bueno! El ejercito ruso, con una larga tradición de lucha heredada de la GRAN GUERRA PATRIA, donde murieron 20 millones de personas en defensa de su amada tierra se ha hecho presente en protección de dos provincias; ya que, nadie puede dejar que, le invadan su propia casa y los gringos han puesto en práctica un recurso para atacar a los pueblos: utilizar a segundones o en otros casos a terceros. Por eso hay miles de Guaidó regados en el mundo, pero todos más listos, que, el de aquí.
Es tanto el efecto publicitario desatado por una guerra que, en la tarde de este jueves 24 presencié una discusión sobre el conflicto de Ucrania, y las opiniones parecían emanadas de la boca de Joe Biden. Sin embargo, apareció uno de los enredados en la disputa mandando a callar a los presentes, con la voz firme, con cierta autoridad y razonamiento ¡Primera vez que, los oigo a ustedes hablar de Ucrania! En lo que, todos coincidieron aún con la falta de conocimientos del conflicto, es que, de producirse una respuesta de los Estados Unidos, como lo vienen pregonando, estamos en presencia de un complicado momento de consecuencias impredecibles, y esto le da la razón Albert Einstein, quien dejó como una alerta la siguiente expresión: «No sé con qué armas se peleará la tercera guerra mundial, pero la cuarta será con palos y piedras» Lo que, si está muy claro: los gringos lanzan la piedra mientras esconden la mano y los culpables son otros. Los medios al servicio del imperialismo, están enfocados en sembrar una matriz de opinión ¡Vladimir Putin, agrede a Ucrania!.