CONFIRMADO: LA CONEXIÓN BIDEN CON LOS BIOLABORATORIOS MILITARES EN UCRANIA

Hunter Biden ayudó a Metabiota (biolaboratorio operativo en Ucrania) a ganar un contrato multimillonario con el gobierno de Estados Unidos (Foto: AP)

La revelación del Ministerio de Defensa ruso sobre un programa biológico militar del Pentágono en Ucrania, de escala sin precedentes, ha dado de nuevo de qué hablar, ahora que se sabe que la financiación se realizó a través de estructuras asociadas al hijo del presidente estadounidense Joe Biden.

No es un dato menor que los detalles fueran publicados por los diarios The New York Post y The Daily Mail, después de que el gobierno estadounidense tratara de teorías conspirativas las acusaciones de Rusia.

HUNTER BIDEN PARTICIPÓ EN LABORATORIOS BIOLÓGICOS UCRANIANOS

Ucrania ha aparecido en los negocios turbios de Hunter Biden durante varios años. En 2014, el hijo del entonces vicepresidente de Estados Unidos pasó a formar parte del consejo de administración de la empresa energética ucraniana Burisma Holdings. El caso pronto se convirtió en un escándalo de corrupción y, en 2016, Biden padre exigió la destitución del fiscal general ucraniano Viktor Shokin, que estaba investigando las actividades de Burisma.

Pero los intereses financieros de Hunter Biden afectaron no solo al sector del petróleo y el gas, sino también a desarrollos militares secretos.

El New York Post y el Daily Mail confirmaron la acusación rusa de que Hunter Biden estuvo involucrado en la financiación de laboratorios biológicos estadounidenses secretos en Ucrania. Él, según correos electrónicos y cartas obtenidas de su computadora portátil (la autenticidad de esta fue confirmada recientemente por el New York Times), ayudó a la compañía médica Metabiota a concluir un contrato multimillonario con el gobierno de Estados Unidos. Metabiota prestó servicios a Black and Veatch, otra contratista del Pentágono que construyó una serie de biolaboratorios en Ucrania para «estudiar agentes infecciosos o toxinas que pueden transmitirse por el aire y causar infecciones potencialmente mortales», según los documentos revisados por los diarios occidentales. 

Otros datos que ponen en evidencia a Hunter Biden:

  • El hijo del presidente Biden y sus socios invirtieron 500 mil dólares en Metabiota, a través de Rosemont Seneca Technology Partners (RSTP), una subsidiaria del fondo de inversión Rosemont Capital, el cual fue fundado por Hunter y el hijastro del exsecretario de Estado John Kerry, Chris Heinz, en 2009. RSTP ayudó a canalizar millones de dólares durante la primera ronda de financiación de Metabiota.
  • Hunter también reunió a representantes de Metabiota con la dirigencia de Burisma para implementar un «proyecto científico» que involucraba a laboratorios de bioseguridad de alto nivel en Ucrania.
  • En 2014 (después de la anexión de Crimea a Rusia), uno de los altos directivos de Metabiota se acercó a Hunter Biden sugiriendo que la empresa podría contribuir a la «independencia cultural y económica de Rusia», que, como señala la publicación del Daily Mail, es «un objetivo inusual para una empresa de biotecnología».

CONTRATISTAS DEL PENTÁGONO LIBRES DE EXPERIMENTAR CON PATÓGENOS PELIGROSOS

Se sabe de al menos tres laboratorios privados extranjeros que operan en Ucrania y están vinculados al Pentágono: Metabiota Inc., Black & Veatch y el Southern Research Institute. Estos también lideran proyectos federales de investigación biológica para otras agencias gubernamentales como la CIA. Un artículo de la agencia de noticias Sputnik amplía los detalles sobre el funcionamiento de ellos.

Los laboratorios biológicos son operados por el programa militar de la Agencia de Reducción de Defensa de Amenazas de Estados Unidos, o DTRA por sus siglas en inglés. Además, el personal civil de estas empresas privadas puede operar en nombre del gobierno estadounidense bajo cobertura diplomática.

Metabiota es una compañía especializada en la identificación, seguimiento y análisis de posibles brotes de enfermedades. En 2014 firmó un contrato federal de 18,4 millones de dólares como subcontratista de Black & Veatch en Georgia y Ucrania. La empresa recibió otros 3,1 millones de dólares (2012-2015) por su trabajo en Sierra Leona, uno de los países más afectados por la infección grave por el virus del Ébola.

Metabiota también estuvo vinculada al Instituto de Virología de Wuhan a través del proyecto PREDICT del programa Amenazas Pandémicas Emergentes (EPT) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). El instituto publicó junto a Metabiota y EcoHealth Alliance un estudio colaborativo en 2014 sobre la transmisión de enfermedades infecciosas de los murciélagos en China.

EcoHealth Alliance y Metabiota volvieron a trabajar en otras ocasiones en investigaciones que relacionan los brotes de enfermedades infecciosas con el comercio de animales salvajes.

Black & Veatch Special Project Corp. firmó un contrato con DTRA por un monto de 198,7 millones de dólares para crear y equipar biólogos en Ucrania, así como en Alemania, Azerbaiyán, Camerún, Tailandia, Etiopía, Vietnam y Armenia. La compañía, especializada en minería, centros de datos, ciudades inteligentes, banca y mercados financieros, siempre ha estado ligada al sector militar y a las agencias de inteligencia estadounidenses.

En 2020, Black & Veatch generó ingresos de 3 mil 700 millones de dólares y se posicionó como la séptima empresa más grande de Estados Unidos. Tiene más de 100 oficinas desplegadas en todo el mundo.

Southern Research Institute ha sido el principal subcontratista del programa ucraniano desde 2008. La empresa fue fundada como una organización sin ánimos de lucro en Alabama en 1941, y desde hace 70 años trabaja en investigaciones relacionadas a la defensa nacional. Entre 1951 y 1962 firmó 16 contratos con el Programa de Armas Biológicas de Estados Unidos. Además, Southern Research Institute fue subcontratista del proyecto militar sobre la investigación del ántrax en 2001.

Según la publicación de Sputnik, la DTRA «financia unos 15 laboratorios biológicos en Ucrania». Se ha recopilado información de 10 de ellos.

Ucrania no tiene control sobre los laboratorios biológicos militares en su territorio, según un acuerdo entre el Departamento de Defensa de Estados Unidos y el Ministerio de Salud de Ucrania, firmado en 2005. Los términos del acuerdo incluyen que el gobierno de Ucrania no tiene derecho a divulgar públicamente «información confidencial» sobre el programa de Estados Uniodos y se compromete a enviar patógenos al Departamento de Defensa estadounidense para investigación biológica. Por su parte, el Pentágono tiene acceso a los secretos de Estado de Ucrania.

Otro acuerdo entre Washington y Kiev es del establecimiento del Centro de Ciencia y Tecnología en Ucrania (STCU), una organización internacional que tiene como principal financista al gobierno estadounidense, y cuenta con estatus diplomático. La STCU patrocina oficialmente los proyectos de científicos que fueron parte del Programa de Armas Biológicas Soviéticas. Durante los últimos 20 años, el centro ha entregado 285 millones de dólares a proyectos de 1 mil 850 de científicos involucrados en el pasado en la producción de armas de destrucción masiva.

SOBRE LOS AGENTE BIOLÓGICOS EN LABORATORIOS UCRANIANOS

Jeffrey Kaye, investigador y autor de Encubrimiento en Guantánamo, analiza en un extenso artículo lo que hasta ahora se conoce sobre los bioagentes y patógenos que se encuentran en los biolaboratorios en Ucrania, exponiendo con ello a los medios de comunicación occidentales que han tratado de restar importancia a las revelaciones hechas por Rusia argumentando falsamente que los patógenos hallados en los laboratorios no son peligrosos y tampoco implican el desarrollo de armas biológicas.

La mayoría se basa en una carta abierta de «biólogos, graduados de las universidades rusas» enviada a RIA Novosti y otros medios de comunicación rusos que publicaron la lista de cepas destruidas en el laboratorio de Járkov. Los «científicos» sostienen que las pruebas de los patógenos son falsas y que lo que había en el laboratorio era completamente inocuo. No hay información sobre las personas que firman la carta abierta, pero Kaye resalta que esta «se inició como una petición en Change.org por el Dr. Eugene V. Koonin, quien se graduó de la Universidad Estatal de Moscú y ahora es investigador distinguido de los Institutos Nacionales de Salud [agencia gubernamental de Estados Unidos] en el Centro Nacional de Información Biotecnológica».

En el artículo, Kaye examina los datos sobre los bioagentes destruidos en el Centro de Laboratorio del Óblast de la ciudad ucraniana de Járkov. «Cinco de ellos son considerados agentes o enfermedades de bioterrorismo de Categoría B por los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, justo debajo de los patógenos de Categoría A como el ántrax, la peste y la viruela», dice el autor.

La investigación ofrece una lista de los patógenos enumerados en el documento de RIA Novosti. De todos ellos, estos son los que Kaye indica que son potencialmente peligrosos (marcados con un asterisco) o que pertenecen a la categoría B de agentes de bioterrorismo (marcados con dos asteriscos).

**Shigella sonnei: según la Organización Mundial de la Salud, «todas las especies de Shigella causan diarrea sanguinolenta aguda al invadir y causar la destrucción irregular del epitelio del colon» (pág. 2). S. sonnei causa una forma relativamente leve de la enfermedad shigellosis, también conocida como disentería bacteriana. Shigella son todos altamente infecciosos. No existe vacuna para ningún serotipo de shigella.

**Shigella flexneria: S. flexneria es la segunda forma más virulenta de Shigella. Si bien Shigella dysenteriae produce la enfermedad más grave, una fuente afirma: «El serotipo 2a de Shigella flexneria [es] la especie y el serotipo más frecuente que causa disentería bacilar o shigellosis en el hombre». Las especies de Shigella se consideran amenazas de bioterrorismo de Categoría B. Según la OMS, S. flexneria «es la causa principal de la shigellosis endémica en los países en desarrollo» (pág. 2). Según el libro de texto militar Aspectos médicos de la guerra biológica [MABW] (2018, pág. 4) , Shigella fue uno de los patógenos que la Unidad 731 de Japón usó en su ataque a las ciudades chinas durante la Segunda Guerra Mundial. La misma fuente afirma que Shigella «provoca alrededor de 165 millones de casos [de shigellosis] por año», con «25 mil casos de enfermedad cada año en los Estados Unidos» (pág. 74).

**Salmonella typhimurium: S. typhimurium se investigó en [el laboratorio del Pentágono] Fort Detrick a fines de la década de 1940 y principios de la de 1950. El patógeno fue utilizado de manera infame por el culto Rajneesh en varios ataques con agentes biológicos en el condado de Wasco, Oregón, en el verano de 1984. Una serie de ataques en septiembre de 1984 a establecimientos de comida en The Dalles «causó 751 casos de enteritis y al menos 45 hospitalizaciones» (pág. 13, MABW ). Los brotes de Salmonella son relativamente comunes en los Estados Unidos, con «1,4 millones de infecciones por salmonelosis… anualmente en los Estados Unidos, lo que resulta en 15 mil hospitalizaciones y 400 muertes» (pág. 44, MABW). Su uso como arma biológica se remonta al menos a la Segunda Guerra Mundial, cuando la Unidad 731 de guerra biológica de Japón utilizó S. typhimurium y muchas otras bacterias y virus para envenenar experimentalmente a los prisioneros, además de «pozos contaminados con S. typhimurium a lo largo de la frontera rusa de Mongolia» (pág. 73, MABW). La salmonela se considera una amenaza de bioterrorismo de categoría B. Hay una cepa de S. typhimurium que se está investigando como vacuna contra la peste. Pero este no parece ser el tipo que se encuentra en el laboratorio de Járkov. Además, S. typhimurium infecta a las aves silvestres y «las aves infectadas pueden transmitir la infección a los humanos, ya sea directamente como resultado de la manipulación o, más comúnmente, como resultado de la exposición a gatos domésticos infectados al depredar aves enfermas y moribundas», según un artículo de 2004 en Seminarios de medicina aviar y de animales exóticos.

*Proteus vulgaris: P. vulgaris puede causar enfermedades en humanos. Existe en el tracto intestinal y puede causar infecciones urinarias graves. Debido a que los ensayos de anticuerpos de la tularemia se pueden confundir con los de P. vulgaris, es posible que su presencia en el laboratorio tenga algo que ver con el estudio de la tularemia. Si bien la tularemia no figuraba en la lista de RIA Novosti, se sabe por la literatura publicada que los laboratorios de Járkov y otros laboratorios de Ucrania estaban realizando investigaciones sobre la tularemia salvaje. Según una hoja de datos del gobierno canadiense, Proteus también puede causar otras infecciones, como septicemia e infecciones de heridas.

*MI. coli O55: Menos virulento y no toxógeno, a diferencia de su primo más letal E. coli O157:H7, E. coli O55 aún puede causar enfermedades graves. En 2014 y 2015, hubo una serie de pequeños brotes en Dorset, Inglaterra, y algunos niños fueron hospitalizados. Si bien la mayoría de E. coli son inofensivas, la cepa O55 es una de las que causan enfermedades intestinales y de otro tipo, incluida, en raras ocasiones, insuficiencia renal. La E. coli generalmente se transmite a través de alimentos o agua contaminados.

*Proteus mirabilis: según Jules J. Berman, en la Guía taxonómica de enfermedades infecciosas (segunda edición), 2019, P. mirabilis es la «especie que se encuentra más comúnmente en las infecciones causadas por Proteus». Se transmite por contacto con materiales infectados. P. mirabilis se asocia más comúnmente con infecciones urinarias y formación de cálculos renales, pero también puede causar peritonitis y, en raras ocasiones, envenenamiento de la sangre.

*Klebsiella pneumoniae [pneumoniae]: K. pneumoniae a menudo se asocia con entornos de atención médica. Vive en los intestinos y las heces, y se puede propagar por contacto personal o mediante materiales contaminados, como un catéter en un hospital. Puede causar infecciones urinarias, neumonía, infecciones del torrente sanguíneo (también llamadas sepsis); infecciones de heridas o del sitio quirúrgico; y meningitis. Las personas sanas son menos propensas a sufrir infecciones, pero si se infectan, el patógeno puede incluso ser fatal si ingresa al torrente sanguíneo. Recientemente, la Klebsiella multirresistente comenzó a aparecer en algunos hospitales de Estados Unidos a principios de la década de 2000. Un artículo de una revista médica en 2019 declaró rotundamente que K. pneumoniae «tiene altos niveles de resistencia a los antibióticos». Hasta el momento, este patógeno no tiene antecedentes conocidos como posible arma biológica. Sin embargo, una lista de agentes de armas biológicas en una presentación de Fort Detrick en 2003, «Diagnóstico de PCR en tiempo real para detectar e identificar armas biológicas potenciales», enumera Klebsiella pneumoniae, así como otros patógenos en la lista de Járkov discutidos en este artículo, incluidos Proteus mirabilis, especies de Corynebacterium y Shigella flexneri y sonnei. Parecería que el Instituto de Investigación Médica de Enfermedades Infecciosas del Ejército de los Estados Unidos en Fort Detrick ha considerado al menos a K. pneumoniae como un arma biológica.

*Corynebacterium xerosis 12078: el Comité Asesor sobre Patógenos Peligrosos (ACDP, por sus siglas en inglés) del Reino Unido ha incluido a C. xerosis como un patógeno de Categoría 2. «Puede causar enfermedades humanas y puede ser un peligro para los empleados; es poco probable que se propague a la comunidad y, por lo general, existe una profilaxis o un tratamiento efectivos disponibles». C. xerosis se encuentra en la piel y las membranas mucosas humanas. Un artículo de 2016 en BMC Research Notes comenta: «Se considera un patógeno inusual y rara vez se encuentra en muestras clínicas de humanos y animales». Adicionalmente, «se ha informado como una causa rara pero grave de bacteriemia, septicemia, neumonía, artritis séptica, osteomielitis vertebral, meningitis y, más comúnmente, endocarditis en adultos». Más recientemente, hubo un informe de C. xerosis que causaba abscesos subcutáneos en ovejas y, por lo tanto, podría presentar «un factor de riesgo zoonótico para la infección humana en granjas de ovejas». No lo he visto enumerado en ninguna investigación o documento relacionado con las armas biológicas.

**Corynebacterium diphtheriae, var gravis: según los CDC, «la difteria es una infección grave causada por cepas de bacterias llamadas Corynebacterium diphtheriae que producen toxinas (veneno). Puede provocar dificultad para respirar, insuficiencia cardíaca, parálisis e incluso la muerte. Los CDC recomiendan vacunas para bebés, niños, adolescentes y adultos para prevenir la difteria». Es un agente de bioterrorismo de categoría B. «Gravis» es la forma más grave de C. diphthereriae. Se ha asociado con instancias pasadas de bioterrorismo o biocrimen (ver enlace, pág. 16). También fue una de las enfermedades estudiadas por los científicos de guerra biológica del Japón imperial (pág. 480). La toxina diftérica ha sido objeto de investigación en Fort Detrick en el pasado, como lo atestigua este informe de 1978. Curiosamente, la difteria fue el primer caso documentado de una infección adquirida en un laboratorio, allá por 1898 (ver enlace, págs. 4-8).

**Corynebacterium diphtheriae, var mitis: C. diphtheriae mitis puede causar una forma leve de la enfermedad difteria.

El informe de Kaye solo confirma en detalle el hecho de que en suelo ucraniano se estaba desarrollando un programa biológico que ya ha teniendo precuelas en otras instalaciones dominadas por Estados Unidos, y cuyas investigaciones fueron militarizadas por el Pentágono para su uso en otros conflictos y contextos favorables a sus intereses guerreristas.

En un futuro próximo, el Ministerio de Defensa ruso presentará nuevos datos sobre los experimentos estadounidenses. Y la comisión parlamentaria rusa para investigar las actividades de los biolaboratorios en Ucrania considerará prioritariamente la participación de las instituciones asociadas a Hunter Biden en ellas.

LA SUCESIÓN DEL TERCER REICH VÍA ESTADOUNIDENSE

Este lunes 28 de marzo el secretario del Consejo de Seguridad ruso, Nikolay Patrushev, tras reunirse con el director general de la Dirección de Seguridad Exterior y Documentación de Argelia, el general de división Noureddine Mokri, declaró que «en estos momentos, estamos terminando los trabajos para reunir la base probatoria sobre la actividad militar-biológica de Estados Unidos en Ucrania. Todo el mundo civilizado acabará viendo que Estados Unidos se ha convertido en un ‘digno’ sucesor de las tradiciones del Tercer Reich, donde se practicaban experimentos inhumanos con personas».

Reiteró que «Estados Unidos y Ucrania fueron los únicos países del mundo que votaron en contra de la resolución de la Asamblea General de la ONU sobre la lucha contra la glorificación del nazismo y otras iniciativas similares».

«Además, el desarrollo del movimiento nacionalista en Ucrania también estuvo bajo la coordinación y el apoyo general de Estados Unidos», subrayó Patrushev. Este movimiento en Ucrania «se derramó como resultado en manifestaciones de odio abiertas en 2014, cuando los nazis ucranianos reprimieron a la población de habla rusa en Ucrania con particular crueldad y cinismo».

El expediente de armas biológicas será un motivo de importancia a la hora de juzgar los crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados en Ucrania con aval estadounidense, e incluso con apoyo directo desde el otro lado del Atlántico. La información que los rusos están recopilando apenas se han mostrado en medios de información y a través de vocerías políticas. La cronología ofrecida por María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, en una nota de opinión publicada recientemente es solo un botón de la participación de la familia Biden en estas prácticas criminales que han abierto una caja de Pandora geopolítica sin precedentes.