Por: Liga Internacional Socialista LIS/ISL |
La invasión rusa de Ucrania demuestra la verdadera barbarie del orden mundial capitalista imperialista y subraya la urgencia de luchar por una alternativa socialista que defienda los intereses de los trabajadores y los oprimidos. Desde la Liga Internacional Socialista, defendemos los derechos nacionales y democráticos del pueblo ucraniano, nos oponemos al aumento de las tensiones imperialistas y la amenaza de una guerra más amplia. Por estos motivos desplegamos una política principista expresada en distintas declaraciones y una campaña solidaria con los sindicatos independientes ucranianos.
Nos oponemos a la invasión imperialista rusa a Ucrania y exigimos la retirada de todas las tropas rusas.
Al mismo tiempo, nos oponemos al avance de la alianza militar de la OTAN en el este europeo y a la acumulación masiva de armas en curso en todas las potencias capitalistas. Apoyamos a la resistencia popular ucraniana y su derecho a defenderse de la brutal agresión rusa con todos los medios a su alcance. Y nos solidarizamos con las fuerzas anticapitalistas que en Ucrania enfrentan la invasión desde una posición independiente del gobierno conservador y anti obrero de Zelensky, como lo hacen nuestros camaradas de la Liga Socialista Ucraniana (LSU). Impulsamos la movilización contra la guerra a nivel mundial y la solidaridad entre la clase obrera rusa y ucraniana y a nivel internacional. Lo hacemos rechazando las campañas mentirosas que presentan el conflicto como la disputa entre la «democracia y el autoritarismo» o entre «el progresismo y el nazismo». Y los llamados a la «unidad nacional» bajo el liderazgo de cualquiera de los imperialismos que compiten en Ucrania.
La guerra ha abierto muchos debates, entre ellos que posición tomar ante los bloques militares, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC). Es un posicionamiento importante ya que la carrera armamentística y las hostilidades en curso colocan el peligro de una tercera guerra mundial. Desde la LIS planteamos la exigencia del retiro de las tropas de la OTAN del Este Europeo y, como posición de fondo, su disolución, como la de la OTSC.Hay gobiernos de distintos países que hablan de su deseo de paz. Sin embargo, actúan en la dirección opuesta cuando plantean unirse a la OTAN, como actualmente sucede con Suecia y Finlandia.
En tal sentido, recibimos un aporte escrito desde Suecia por Sergio Galarce y Alex Fuentes que reproducimos a continuación.
Huele a Guerra
En 1948, Francia, Gran Bretaña, Bélgica y los Países Bajos firmaron el llamado Pacto de Bruselas, una «alianza de defensa» según la cual se pedía ayuda armamentista a Estados Unidos con el objetivo de detener el fantasma del «comunismo», aunque el fantasma estaba bajo control y supremacía del poder de Estados Unidos. Según John Foster Dulles, la Unión Soviética no estaba en condiciones de usar la guerra como instrumento de su política nacional porque la URSS no tenía planes de conquista por medio de un abierto ataque militar, a pesar de que había fortalecido su posición al incorporar países satélites como Checoslovaquia a su propia esfera. Era la época de la Guerra Fría.
Canadá se unió a las potencias imperialistas occidentales y la OTAN se formó oficialmente en abril de 1949. Sin embargo, el fantasma comunista apareció en China en octubre de 1949 y sacudió evidentemente a los EE. UU. Las teorías de la conspiración cobraron fuerza y durante la época del macartismo se sospechaba que podía tratarse de una revolución mundial. Pero la contrarrevolución estalinista ya había desmantelado la III Internacional y todos los intentos de revoluciones nacionales.
La OTAN se fundó principalmente para que EE. UU. pudiera utilizar armamento nuclear con el objetivo de evitar que la URSS ocupara ciudades en Occidente. Las armas nucleares, obligarían a la URSS a aceptar las condiciones de Occidente. El oso ruso estaría aislado política y económicamente y Norteamérica mantendría su monopolio nuclear mientras rodeaba a la Unión Soviética con bases militares hostiles. La energía nuclear demostró ser una estrategia efectiva, lograría conseguir una eterna ventaja respecto de la URSS con consecuencias para todo el globo terráqueo.
El surgimiento de la OTAN fue por lo tanto una iniciativa crucial para una política agresiva, especialmente en Europa. La OTAN se convertiría en la herramienta más importante para la política occidental en los años venideros. No fue sino hasta 1955 que con la URSS a la cabeza se conformó el Pacto de Varsovia como una medida de contrapeso.La división de Alemania después de la Segunda Guerra Mundial fue utilizada por el imperialismo occidental para justificar la presencia de grandes fuerzas norteamericanas en Europa y, a la larga, para tratar de hacer estallar los estados satélites soviéticos, desintegrándolos por dentro.
Los soviéticos propusieron la reunificación de Alemania con el objetivo que Alemania se declarase «neutral» para tratar de evitar su ingreso a la OTAN. La propuesta fue rechazada y en 1955 Alemania Occidental ingresó a la OTAN.
Que la OTAN se haya formado como una organización para el mantenimiento de la paz es desde el principio un burdo invento, pero en la guerra la mentira es anmunición y el lenguaje es bélico.
Un general norteamericano fue designado como el primer comandante en jefe de la OTAN. En 1958, se decidió que se desplegarían robots ofensivos en los países de la OTAN.En la década de 1960 se estimaba que Estados Unidos poseía un arsenal nuclear de 30.000 megatones y podía transportar armas nucleares tácticas y estratégicas. Que contaba con más de cien robots intercontinentales y de mediano alcance, varios miles de bombarderos intercontinentales, cientos de aviones con armas nucleares en portaaviones y ojivas tipo megatón, y casi 1.000 ojivas supersónicas terrestres con ojivas nucleares. El imperialismo dirigido por EE. UU. creó así una capacidad nuclear de proporciones. Los soviéticos habían hecho exactamente lo contrario: habían construido una pequeña fuerza de represalia como disuasión mínima.
En 1962, la fuerza nuclear rusa se estimaba en solo 50 robots intercontinentales, 150 bombarderos intercontinentales (en comparación con unos 2.000 en los EE. UU.) y unos 500 robots de mediano alcance concentrados en las bases estadounidenses dentro de la OTAN. Hasta la década de 1970 la OTAN se había convertido en una poderosa ofensiva potencia militar y durante la década de 1980 y principios de 1990 trabajó activamente con continuos armamentos nucleares.
El Pacto de Varsovia se disolvió a principios de la década de 1990 producto del colapso de la Unión Soviética, la OTAN no se disolvió, aunque se comprometió a no expandir su organización bélica hacia el Este. El liderazgo de EE. UU. y de la OTAN expandió sus fuerzas beligerantes hacia los países de Este y desde entonces se ha duplicado el número de miembros.
A medida que el equilibrio de poder cambiaba cada vez más a favor de la OTAN se produjo una superioridad inequívoca en las armas estratégicas.A través de la Operation Deliberate Force la OTAN inició en 1995 lo que se acostumbra a llamar la Guerra de Bosnia y Herzegovina, todos los países de la OTAN apoyaron la guerra y participaron en ella 15 países. Esta guerra ha sido llamada «el mayor desastre de Europa de los tiempos modernos». El «mantenimiento de la paz» norteamericana de la OTAN llevó al bombardeo de la ex Yugoslavia en 1999 con lo cual se violó la Carta de la ONU y se construyeron posteriormente bases militares en la región. El bombardeo sobre los Balcanes llevó a la creación de Kosovo, un país que no existía. Países del Este como Polonia, República Checa y Hungría se unieron a la OTAN en 1999. Al comenzar el siglo XXI se siguió con los mismos pasos. En 2001 EE. UU. invocó el derecho a la «autodefensa» y Afganistán fue bombardeada e invadida por varios países de la OTAN. Afganistán estuvo durante veinte años bajo el control de la OTAN y en 2021 estas fuerzas militares «de ayuda» se vieron obligadas a abandonar el país con el rabo entre las piernas.
La OTAN mostró nuevamente los músculos y en 2003 se creó Nato Response Force, el «grupo de choque» de la OTAN, que consta de 10.000 a 20.000 soldados. En el mismo año Irak fue invadido por la OTAN liderada por Estados Unidos y Gran Bretaña, así como por «aliados» como España, Portugal, Italia, Polonia, Dinamarca, Australia, Hungría y Ucrania. Suecia aportó militares en la zona norte de Irak con la misión de «reconocimiento» que contribuyó a los bombardeos. En 2004, Bulgaria, Rumanía, Estonia, Letonia, Lituania y Eslovenia se convirtieron en nuevos miembros de la OTAN y cinco años más tarde se incorporaron Albania y Croacia. Pasaron algunos años y en 2011 se materializó una nueva intervención militar de la OTAN, fue el turno de Libia. En esa oportunidad la OTAN solicitó que Suecia se pusiera a disposición con varios aviones de combate JAS Gripen para misiones de reconocimiento y Suecia obedeció.
Esta guerra ayudó, entre otras cosas, a garantizar la disponibilidad de reservas de petróleo para las principales potencias de Occidente. En 2014 la OTAN reunió una «fuerza rápida» de 5.000 combatientes. En el mismo año Ucrania se vio sumergida en un caos político, el presidente se vio obligado a exiliarse y el régimen ucraniano mostró abiertamente una postura pro-OTAN. Según Zelensky, al régimen ucraniano se le ofreció incluirla en la OTAN, el país ya era un país socio (Partnership) en la OTAN junto con países como Armenia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Kazajstán, Kirguistán, Moldavia, Serbia, Tayikistán, Uzbekistán, Finlandia y Suecia. En 2017 se sumó Montenegro.Las protestas y el levantamiento popular contra el dictador Bashar al-Assad en Siria desembocó en varios años de guerra en Ucrania y que se agudizó con la intervención militar de Rusia en el país. Alepo ya se había convertido en un concepto internacional. El entonces secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, había dicho que la OTAN no intervendría en Siria.
Sin embargo, tanto Rusia como la OTAN se involucraron en el conflicto. En 2017, los Estados Unidos de Trump, el miembro más fuerte de la OTAN disparó misiles de crucero Tomahawk contra Siria. La guerra en Siria ha sido descrita como «la peor crisis humanitaria de nuestro tiempo».Durante el último tiempo la tendencia a la supremacía militar orquestada por la OTAN se ha manifestado abiertamente en los países nórdicos como Finlandia y Suecia. En los últimos años, la OTAN ha efectuado ejercicios militares en territorio sueco y también ha dirigido operaciones militares suecas en el extranjero, un ejemplo de ello es el papel militar de Suecia en la colonia francesa de Malí. En el libro Folkfienden describe Berndt A. Paulsson la participación de las tropas suecas bajo el mando de la OTAN: «En los ejercicios se han visto obligados gradualmente a utilizar los estándares de la OTAN para el material y en las operaciones en el extranjero desde los soldados hasta el comandante en jefe han pegado una estrella de la OTAN en el uniforme sueco». En los ejercicios de guerra militar realizados en Trident Juncture en el 2018 participaron todos los países de la OTAN con poco más de 40.000 soldados, Suecia también participó. Es un hecho que los ejercicios militares norteamericanos en nuestra área inmediata, con miras a Rusia, se han intensificado. Rusia ya no es una amenaza «comunista», pero los intereses económicos entre los oligarcas rusos y los imperialistas en Occidente han llevado, desde un punto de vista geopolítico, a colisión durante los últimos 30 años.Durante la Guerra Fría la propaganda de Suecia se ha tragado eso de una amenaza en contra de Suecia, que siempre se ha descrito como proveniente de Rusia. Los ejercicios de vuelo rusos alrededor del Mar Báltico siempre han sido vistos por parte de Suecia como provocativos, mientras que ejercicios similares de la OTAN han sido considerados como algo normal. La asociación a la OTAN (Partnership) es un requisito previo para ser miembro de la OTAN y Suecia ha participado en esta asociación desde 1994 y ha costeado varias de sus operaciones. Suecia se ha negado hasta ahora a firmar el documento de la ONU contra las armas nucleares, ya que ser miembro de la OTAN significa que la OTAN puede transportar armas nucleares y colocarlas en Suecia.
Posteriormente, en 2014, Suecia firmó Värdlandsavtalet (Acuerdo de País Anfitrión) y con ello ha aumentado la posibilidad de que la OTAN controle directamente a las Fuerzas Armadas de Suecia, allanando el camino para que la OTAN pueda establecer bases militares en el norte de Suecia y en la isla de Gotland, la mayor isla del Mar Báltico en Suecia.La cooperación de Suecia con la OTAN (Partnership) se ha llevado a cabo a vista de todo el mundo, por lo que todo lo que se dice sobre la supuesta neutralidad sueca es absurdo. Suecia ya está ayudando a la organización guerrera de la OTAN en sus intervenciones. Por ejemplo, en la ex Yugoslavia, en Afganistán y Libia cuando se pidió su participación militar. Solo en estos países, Siria y Yemen, se ha masacrado a 11 millones de personas en el altar de la guerra. Según Värdlandsavtalet, Suecia ya puede apoyar a la OTAN en caso de guerra en el área inmediata y construir bases militares para la OTAN, pero estos compromisos se mantienen en secreto. Que el acuerdo le daría a la OTAN el derecho a colocar armas nucleares en territorio sueco sin un permiso explícito de Suecia puede terminar pronto. Es lógico, los países de la OTAN están obligados a recibir robots de medio alcance en sus territorios.
Värdlandsavtalet ha sido parte de esta adaptación general a la OTAN. A la dirección del partido socialdemócrata sueco no le interesa ningún debate público sobre la cacareado «alliansfrihet» (libertad de alianza) que ha existido desde hace ya 200 años, y que ahora quiere rematar a través de una rápida decisión. La dirección de la socialdemocracia obedece órdenes superiores fuera del país. Ser miembro de la OTAN no es garantía de que Suecia pueda mejorar la situación en torno a la política de seguridad del país, pero se le puede obligar a participar en la guerra. El hecho de que Rusia haya intervenido militarmente en Ucrania le vino como anillo al dedo a quienes buscan una adhesión formal a la OTAN. Las armas defensivas u ofensivas para Ucrania no tienen un significado real, dijo el noruego Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, el 7 de abril en Bruselas.
El comercio de armas es rentable y mientras haya guerra en el mundo la industria armamentista mantendrá una máquina de aniquilación que volará a la población en mil pedazos. Oponerse a ser miembro ordinario de la OTAN es oponerse al militarismo, a la guerra y a la barbarie.El 13 de abril de este año, la primera ministra socialdemócrata de Finlandia, Sanna Marin, llegó a Estocolmo en donde ella y la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, celebraron una conferencia de prensa. A ambas jefas de gobierno les resultó difícil ocultar el hecho de que la decisión de solicitar el ingreso en la OTAN ya ha sido tomada entre cuatro paredes. Sanna Marin dijo que esperaba que Suecia se uniera a la decisión que en la práctica ya sido tomada por Finlandia. Finlandia ha decidido en los hechos adherirse a la OTAN y se afirma abiertamente que Suecia está siendo presionada para que haga lo mismo. La dirección socialdemócrata sueca habla ahora de «diálogos de seguridad» para los interesados al interior del partido socialdemócrata.
Es bastante obvio, por decir lo menos, que la dirección del partido ha decidido ignorar la decisión de los socialdemócratas de Suecia de no adherir a la OTAN, tomada en el último congreso partidario del 2021.Inmediatamente después de que las tropas de Putin ingresaran en Ucrania, Magdalena Andersson planteó el tema del ingreso a la OTAN. Ella dijo entonces que una solicitud sueca para ingresar a la OTAN no era relevante, y agregó: «En esta situación, desestabilizaríamos aún más la situación en Europa».
En otras palabras, una solicitud sueca no tendría un impacto positivo en la actual situación de seguridad, dijo la jefa de estado. El gobierno de Finlandia y otros artífices en decisiones internacionales quedaron completamente sorprendidos y Magdalena Andersson fue objeto de duras críticas y presiones internacionales. El líder del partido conservador sueco, Ulf Kristersson afirmó que una solicitud sueca de ingreso a la OTAN no sería de ninguna manera una medida desestabilizadora, como lo afirmó la jefa del gobierno. Andersson, es el peón de Putin, afirmó Kristersson. Pero Magdalena Andersson mantuvo sus palabras y dijo que esa era la política de seguridad de Suecia: «La línea de política de seguridad que Suecia ha tenido durante mucho tiempo ha beneficiado evidentemente a Suecia y ha significado que no hemos estado involucrados en guerras durante mucho, mucho, mucho tiempo».Pero estamos ante una verdadera vorágine de acontecimientos, porque no pasó mucho tiempo antes de que la primera ministra perdiera el equilibrio, ya que al parecer no tenía los dos pies en el suelo y se vio obligada a dar un salto mortal. No hace falta mucha imaginación para darse cuenta de que la élite de la UE le dio un tirón de orejas, porque no pasó mucho tiempo al apresurarse a decir que ella no descartaba en absoluto la pertenencia a la OTAN. De repente surgió una narrativa diferente; la pertenencia a la OTAN era ahora un factor estabilizador, ya que se había rediseñado el mapa de la política de seguridad. Primero había sostenido que el ingreso a la OTAN «desestabilizaría la situación en Europa» y poco después cambió de repertorio; la adhesión a la OTAN se transformó en menos que canta un gallo en que «aumenta la estabilidad» en Europa – ¿La pertenencia a la OTAN es desestabilizadora y estabilizadora al mismo tiempo? ¿Qué fue lo que provocó esta repentina conversión? Una cosa está clara, el arrepentimiento difícilmente es una manifestación de independencia política. De modo que justamente «ahora» es «mejor para la seguridad de Suecia ser parte de la OTAN».
De tal modo que en este momento se está planificando abiertamente un proceso de adhesión simultánea por parte de Finlandia y Suecia, a pesar de las «impredecibles» respuestas rusas a la adhesión a la OTAN. Que Rusia respondería a esta arriesgada propuesta socialdemócrata en la parte norte de Europa llegó como una carta por correo. El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, advirtió por ello a Finlandia y Suecia, sobre una mayor presencia militar rusa en el Báltico si Finlandia y Suecia deciden ingresar a la OTAN: «Ya no puede haber ningún estatus de armas nucleares para la región del Mar Báltico – el equilibrio debe ser restaurado».Se sabe también que el vicepresidente del parlamento ruso, Pyotr Tolstoy, habría dicho que, si Finlandia y Suecia se unen a la OTAN, Rusia asegurará su frontera colocando robots en la frontera con Finlandia, Suecia, Polonia y Kaliningrado. La implicación de la advertencia es que Rusia se reserva el derecho a desplegar armas nucleares en la región del Mar Báltico con el objetivo de proteger su propia frontera. El mensaje es claro, en caso de ingreso en la OTAN Finlandia y Suecia pueden considerarse «opositores».
Rusia no debería tener ninguna opinión sobre si Suecia quiere unirse a la OTAN, dice Ann Linde, la ministra de Relaciones Exteriores. Es de Perogrullo que los gobernantes de Rusia pueden opinar sobre una mayor expansión de una organización que, desde 1949, lo único que ha demostrado es ser una alianza guerrera. Ann Linde puede decir lo que quiera, pero eso no cambia nada. La situación existente es muy grave. ¿Puede Ann Linde tener alguna opinión sobre si Rusia ahora quiere colocar armas nucleares en la región del Mar Báltico? Por supuesto, porque las armas nucleares pueden exterminarnos a todos. Pero el gobierno de Ann Linde se ha negado y se sigue negando a firmar la Convención de la ONU sobre Desarme Nuclear. Lena Mellin, analista política del vespertino sueco Aftonbladet, lo explica a su manera: «La dirección del partido socialdemócrata ya lo ha decidido. Quieren que Suecia se una a la OTAN. El resto son cortinas de humo. Bullshit». Ucrania está siendo utilizada como pretexto para la ofensiva de la OTAN y EE. UU. que busca arrinconar a Moscú y es algo que está convirtiendo al mundo en un polvorín, huele a guerra.