[18:51, 27/6/2022] Roger Capella: Entre mis reminiscencias especiales se encuentra una moneda ya inexistente, la Locha, muy asociada con mis días escolares porque lo que mi papá me daba diariamente para la merienda era la Locha.
Desde que tengo memoria, recuerdo que en 1972, las monedas eran de cuproníquel como
la Puya, con valor de 5 céntimos y
la Locha, con valor de 12 ½ céntimos) o de plata como
el medio, con valor de 25 céntimos; el real, con valor de 50 céntimos,
el bolívar, con valor de 100 céntimos, también había la peceta con valor de 2 bolívares y el Fuerte o Cachete, de 5 bolívares).
Siempre me dio curiosidad el valor tan singular de la locha (12 ½ céntimos) y como mi papá sabía mucho de casi todo lo que le preguntara de niño, me explicaba con mucha naturalidad que era la mitad de un medio (Bs 0,25) y que el medio se llamaba así porque era medio real, de manera que una locha era un cuarto de real y por eso le decían también cuartillo.
Mi pregunta siguiente quería encontrar respuesta a por qué la referencia era
el real y no el bolívar completo y él pacientemente me relataba que se trataba de una costumbre que venía desde tiempos de la Colonia; pero, para tratar de rescatar la predominancia del bolívar, me explicaba que la Locha se llamaba así porque como valía un octavo de bolívar y como anteriormente a un octavo le decían ochavo todavía el diccionario de la RAE incluye esa palabra , a la moneda la llamaban “la ochava” y como al decirlo sonaba “lochava” , para abreviar ese nombre pasaron a llamarla simplemente Locha.
Como dije antes,
la Locha también se le llamaba cuartillo pero solamente cuando se juntaba con un real, por ejemplo, era muy común oír decir “real y cuartillo”, es decir 62 ½ céntimos de bolivar. Incidentalmente, recuerdo que en un programa, donde participé como parte del equipo del Colegio, una de las preguntas que pesó para que le ganáramos a nuestros contrincantes fue
“¿Cuántos céntimos son real y medio y cuartillo?, a lo que respondimos de inmediato: “87 ½ céntimos”
A pesar de su valor tan pequeño, la Locha, tenía mucha aplicación y de allí han derivado expresiones que aún se usan. He aquí algunos ejemplos:
“Pan de a’ Locha”, ya que durante mucho tiempo así se le decía a una pieza de pan, de tamaño equivalente a media canilla, también llamado “pan francés”.
“Me cayó la locha”, expresión que hoy se usa para decir me cayó o llegó el sueldo.
Para entender su uso original hay que saber que en las fuentes de soda o bares habían unos aparatos llamados Rockolas que tenían un discos de vinil de 45 ½ revoluciones, con las canciones de moda (una por cada lado del disco). Para oír la que uno quería había que meter una Locha y, como aveces no caía bien por la ranura, cuando lo hacía y empezaba a tocar la canción seleccionada se solía exclamar ¡Me cayó la Locha!
Otro dato curioso era
“La pregunta de las 64 mil Lochas”
A principios de la década de los años 1960 hubo un programa de preguntas donde a cada concursante se le formulaban hasta 5 preguntas, la primera de las cuales premiaba con 4 mil lochas (500 bolívares) si decías la respuesta correcta y las preguntas sucesivas con 8 mil, 16 mil, 32 mil, hasta la pregunta final, muchísimo más difícil que premiaba con 8 mil bolívares, es decir 64 mil Lochas . Hoy se usa esta expresión para calificar una pregunta con respuesta muy difícil de obtener.
“En la lucha por la Locha, para comprar la leche”
Así se decía en la década de los 1970, al anuncio por parte de los productores informando que el litro de leche pasaría de costar real y medio a costar real y medio y cuartillo.
En aquellos tiempos los precios eran tan bajos y la locha tan útil
Muy interesante el tema y me agrado esa lectura, por eso la comparto con ustedes porque es parte de nuestra historia.