Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo
Casi 11 años estuvo detenido el dirigente gremial y extrabajador de Ferrominera, Rodney Álvarez, a quien acusaron de un delito que no cometió.
“Funcionarios del Cicpc me decía que me declarara culpable porque desde mi detención ya había sido condenado”, declaró Álvarez durante una rueda de prensa que se realizó este martes, 31 de mayo, en la parroquia universitaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas.
Álvarez contó cómo fueron sus años de reclusión en una cárcel venezolana. El extrabajador de Ferrominera denunció el mal estado en el que se encuentran las prisiones del país y todas las penurias que vivió.
Álvarez describió su sitio de reclusión como «un lugar atroz» sin servicios básicos ni buena alimentación.
“Las cárceles de Venezuela están hechas para despojos humanos. No hay agua potable, servicio médico, no contamos con buena alimentación. Yo le pido al Estado, al gobierno de turno, la liberación inmediata de todos los compañeros trabajadores presos que están en las distintas cárceles de Venezuela”, dijo.
Detención
A Álvarez lo detuvieron el 17 de junio de 2011, en Ciudad Piar, estado Bolívar. Lo acusaron del homicidio del obrero Renny Rojas (28 años). La víctima recibió un disparo mortal en el cuello, durante una asamblea para elegir a representantes de una comisión electoral que llevaría adelante las elecciones del Sindicato de Trabajadores de Ferrominera (Sintraferrominera).
El dirigente gremial indicó que durante los casi 11 años de prisión, se perdió de momentos importantes con sus hijos y familiares.
“Mis derechos me fueron vulnerados, me quitaron el derecho de ser padre, de ser hijo, de ser hermano, de poder compartir con mis hijos, de poder llevarlos a la escuela, de poder disfrutar con ellos, ir al parque, comerme un helado”, aseguró.
Álvarez manifestó su rechazo al retardo procesal que existe en los tribunales venezolanos y que perjudica a quienes son inocentes y se encuentran presos.
Libertad de otros compañeros
Durante su intervención contó que los casi 11 años en prisión fueron los perores momentos de su vida por el funcionamiento de las cárceles del país. También demandó su reincorporación laboral y el pago de salarios.
“Pido es volver a mi puesto de trabajo, eso es lo que pido, y que se me paguen mis salarios caídos, los cuales dejé de percibir y los beneficios que dejaron de gozar mis hijos”, exigió.
Álvarez también pidió por la libertad de otros compañeros que está detenidos por denunciar hechos de corrupción y aunque no hay cifras de cuántos son estima que son muchos los trabajadores tras las rejas.
“Hay demasiados compañeros presos que no podría decir las cifras. Están privados injustamente por denunciar corrupción, son demasiado los que hay que todavía no hay una cifra exacta de todos los compañeros que están presos ilegítimamente”, dijo el dirigente gremial.
El extrabajador de Ferrominera levantó sus manos y aseguró que no están llenas de sangre como lo quisieron hacer ver durante casi 11 años. Agradeció a Dios por estar de pie durante más de una década y a sus compañeros que lo apoyaron durante su larga estancia en prisión.
“Estuve privado de libertad durante 11 años injustamente por un delito que yo no había cometido, fui tomado como chivo expiatorio sin ningún tipos de pruebas, fui encarcelado”, agregó.