Las oportunidades que nos brinda el fracaso del apruebo.

Los resultados de la consulta nacional de ayer domingo 4 de septiembre hablan
por sí mismos. El Rechazo ganó con un claro margen sobre el Apruebo. Para el
gobierno del presidente Boric esta situación de clara derrota lo pone ante una
crisis de representación política. Las fuerzas y partidos de la opción ganadora
tienen mejores condiciones para incorporar sus críticas a la Carta Magna. La
oposición tiene hoy la oportunidad de colocar la música y el ritmo. Y serán
implacables en sus esfuerzos por imponer los cambios necesarios a la propuesta
presentada por un grupo de personalidades, fruto de casi un año de trabajo.
La derecha chilena se jugó el todo por el todo en esta contienda electoral. No
escatimó ni medios ni métodos para luchar por cada uno de los casi quince
millones de votos ciudadanos. La campaña del terror, bien conocida por quienes
estamos siguiendo de cerca al pinochetismo desde la década previa al golpe de
estado del 73, volvió a ser utilizada y volvió una vez más a dar los mismos
resultados: defenderse del fantasma del comunismo, el castro-chavismo de
Venezuela, la penetración silenciosa en el país de las costumbres chinas, rusas e
iraní (el modelo no occidental) etc. Los debates en la televisión así como los
artículos en los medios de (des)información masivas se dedicaron a crear una
polarización y magnificación de la mentira para convencer al ciudadano que
había que parar una Carta Magna que nos conduciría a un abismo político. La
derecha chilena, quien actuó atemorizada por la posible pérdida de sus
privilegios económicos y garantías políticas que les brinda la actual constitución
chilena, se levanta hoy con la firme convicción de haber fortalecido el bloque
conservador y la herencia del pinochetismo.
Por otra parte, la opción por el apruebo ve derrumbarse el optimismo que
mantuvo durante toda su campaña electoral. Si a las fuerzas de la derecha
pinochetista les unían sus temores por perder sus privilegios, en que se
apoyaba el optimismo del bloque por el apruebo? Creo que al dar respuestas
a estas diferencias ante los cambios de la actual Constitución chilena y sus
expectativas son la clave para continuar la lucha por un Chile mejor.
Efectivamente, se ha perdido una batalla, pero aún siguen vigentes las
necesidades de cerrar un periodo con una Constitución que legaliza las
desigualdades entre chilenos y chilenas y avala un modelo económico ya
obsoleto en otras sociedades (la globalización y el neoliberalismo). Lo que se
perdió ayer domingo 4 de septiembre fue la oportunidad de contar con una Carta
Magna incluyente, que conduzca al país por una senda de desarrollo social,
cultural ,político y económico dirigidos a las mayorías chilenas . Lo que no se
aprobó ayer fue un texto básico que probablemente no incluyó todas las
opiniones u opciones y que, por lo tanto, requieren un periodo más de trabajo y

reflexión.
Se abren nuevas posibilidades para el conjunto de la sociedad chilena. Tal vez,
una oportunidad más para reparar el tejido social y las variadas organizaciones
políticas activas dentro de los movimientos populares y de izquierda, hoy
divididos y atomizados.
Raúl Reyes

Estocolmo, septiembre de 2022