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El fútbol desde una perspectiva política

Aunque en los lujosos estadios de Catar reina la soledad y el silencio, y tal vez nunca más retumbará el bullicio de la hinchada, el recuerdo de ese atípico mundial decembrino 2022 perdurará por mucho tiempo dado su profunda connotación política.

Son muchos los deportistas y fanáticos, que ven la práctica deportiva como un espacio apolítico, como pensaba el brillante delantero argentino Jorge Valdano antes del partido frente a la oncena inglesa, en el Mundial México 86. Admite, que en una oportunidad había tildado de imbéciles a los que intentaban ver el fútbol a través del enfoque político, pero años después admitió que el imbécil era él.

El mediocampista Sócrates Brasileiro Sampaio (1954-2011), quien fuera capitán de la “canarinha”, nunca escondió sus ideas comunistas. En una ocasión relató que cuando llegó a Italia para incorporarse a la Fiorentina, expresó que se sentía feliz porque tendría la oportunidad de leer a Gramsci en su idioma original.

Por su parte, Maradona nunca se inmutó a la hora de mostrar su admiración por Fidel, el Che, Chávez y en general por la Revolución Bolivariana. Además, fue radical en sus denuncias contra la corrupción en la FIFA y la mayoría de federaciones nacionales del balompié.

En Venezuela, Luis Mendoza (Mendocita), máxima figura del fútbol nacional durante las décadas 70 y 80, tras la rebelión militar del Comandante Hugo Chávez, no dudó en declararse admirador del proceso bolivariano.

Los timoratos, también llamados “niní”, tratan de esconder sus ideologías, tras el argumento de que la política es asunto exclusivo de la administración de Estado y para no referirse al verdadero concepto de la política como expresión cultural, o como pensaba el filósofo Sócrates: “…que los valores que determinan la vida individual (virtud, verdad y sabiduría) también debían dar forma a la vida colectiva de la ciudad”.

El mejor ejemplo de la influencia de la política en el deporte, va de la mano de Estados Unidos, que en el caso del Mundial 2022, atacó hipócritamente al gobierno de Catar, país en el cual tienen la base militar más poderosa del Medio Oriente, pero en el fondo escondía su frustración por no haber conseguido la sede del importante evento.

Hay que agregar que tanto Obama, como Trump y Biden, se confabularon con su patio trasero europeo y la FIFA, para sacar a Rusia de Catar 2022, “por invadir a Ucrania”, pero además desde hace años Estados Unidos ha logrado debilitar la presencia rusa en las más recientes versiones de los Juegos Olímpicos, acusando a los deportistas del país euroasiático de utilizar sustancias prohibidas. Recientemente, lograron arrebatarle la medalla dorada a la patinadora sobre hielo, de 15 años, Kamila Valieva, en los Juegos Olímpicos de Invierno, acusándola de doping, para favorecer directamente a las exponentes de Estados Unidos y Japón.

Esta semana, el gobierno de Estados Unidos acaba de autorizar a los grandesliga cubanos, para que puedan integrar la selección de su país en el V Clásico Mundial de Beisbol, lo cual evidencia la abierta intromisión política en asuntos meramente deportivos.

La tragedia

El cierre de Catar 2022, no ha podido ser más elocuente desde la mirada política, tras la caída del equipo francés ante la albiceleste, que destapó la furia racista, no solo en París, ante la frustración europea de no poder disfrutar unas horas de euforia en medio de la crisis energética en la cual la ha metido la aventura guerrerista estadounidense. Nunca como hoy, la vieja Europa, arrastrada por el imperio yanqui hacia una guerra que no es suya, estaba urgida de un aliciente que ha podido ser Catar 2022, pero según las heladas brisas que soplan desde el Atlántico norte, lo peor está por llegar.

Ese traspié europeo sobre la cancha, nos traslada a la Ucrania soviética (agosto 9 de 1942), cuando los nazis organizaron el llamado “Partido de la muerte”, para levantar la moral a los soldados alemanes que habían invadido la URSS. El aparato de propaganda de Hitler montó el evento para ratificar la supremacía germana en todos los ámbitos, hasta en el fútbol, que para la época ya era importante en la Unión Soviética, con equipos como el famoso Dinamo de Kiev. El conjunto ucraniano, conformado por prisioneros, debían perder el encuentro, de lo contrario sería llevado al paredón, como efectivamente sucedió, porque los ucranianos se impusieron ampliamente.

Como ironía de la historia, hoy Ucrania, con la esvástica nazi en lo más alto, se ha convertido en marioneta de Estados Unidos, para entrampar a la Unión Europea en lo que es abiertamente una emboscada económica sin salida, de tal manera que se ha repetido la historia de las anteriores guerras mundiales: el conflicto armado como fórmula para reacomodar las fuerzas capitalistas de cara a la unipolaridad, por supuesto con Estados Unidos al frente.

De nuevo, la Casa Blanca se ha salido con la suya, aunque no ha logrado poner de rodillas a Rusia, sí ha convertido a la vieja Europa en perrito faldero, llevándola a una crisis sin precedentes, producto de la emergencia energética ocasionada por el sistema de sanciones estadounidense contra Moscú, a la que paradójicamente EEUU sigue comprando uranio, paladio y fertilizantes.

Entre sanciones y la voladura del principal gasoducto ruso Nord Stream II, en el Báltico, los países europeos están de rodillas ante el Tío Sam, sin dar muestras de reacción frente al verdadero culpable de su tragedia.

Producto de la crisis energética, cientos de empresas europeas han tenido que cerrar y emigrar hacia territorio estadounidense, donde pueden encontrar sustanciosos subsidios, energía más barata y por supuesto mejores ingresos, mientras la Casa Blanca lanza pirotécnicos por el America’s great comeback.

Pero desde Moscú, el expresidente ruso, Dmitri Medvédev, actual vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación de Rusia, emitió contundentes predicciones sobre el venidero año 2023, al considerar que el imperio norteamericano será sacudido por una insalvable guerra civil y que el fracaso del Brexit, marcará el colapso de la Unión Europea.

                                                               “El gol es el orgasmo del fútbol”

                                                                         Eduardo Galeano

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes:

– Galeano, Eduardo. Cerrado por fútbol. Siglo XXI Editores. España, 2017.

– Rosental, M.M. y Iudin, P.F. Diccionario filosófico. Ediciones Universales. Bogotá, 2004.