A nivel internacional:
El conflicto ruso-ucraniano es un punto de maduración e inflexión en la disputa por el dominio mundial entre las potencias capitalistas hegemónicas y emergentes, los que representan al mundo unipolar (“orden basado en reglas”) vs. mundo multipolar (derecho internacional) en este siglo XXI. A diez meses (24 de febrero de 2022) del comienzo de la “operación militar especial” en Ucrania por el Kremlin, catalogada como el “Rubicón” cruzado por Putin, si así lo planificó y tuvo la intención de una acción táctica rápida, al pasar el tiempo este propósito se ha disipado como lo demuestran la drástica modificación en los movimientos militares que ha implementado en las regiones del Dombass y Lugansk el General ruso Serguei Surovikin o como bien lo reseñó el periodista español Rafael Poch de Feliu en su agudo artículo del 21-12-2022 titulado “Resignados a una larga guerra”. Hoy estamos hablando de una “guerra de posiciones” en donde (Ucrania pone los soldados y la OTAN las armas) los hilos estratégicos del conflicto los manejan y mueven Estados Unidos y Rusia. Lo que está en juego es la preeminencia en la competencia económica entre los bloques (Estados Unidos-Europa y China-Rusia) tecnológicos, industriales y comerciales de oriente y occidente por los mercados internacionales, por eso ver el conflicto con una óptica (foco) especificamente local o regional, es perder las perspectivas del mismo y consumir las versiones (apariencias) que despliega el contenido informativo mundial… acudamos a la máxima de Karl Von Clausewitz vigente desde hace doscientos años “La guerra es la mera continuación de la política (economía) por otros medios…” (los frentes de guerra no están solo en la esfera militar, a este se le suma el frente financiero-económico y el frente ideológico-mediático). Así podemos entender, desde otro enfoque, al “Formato de Normandía” y los “Acuerdos de Minsk”, a partir de las declaraciones aparecidas en la prensa en este mes de diciembre de la ex Canciller alemana, Ángela Merkel y del ex Presidente francés François Hollande en donde confirman que fueron maniobras de occidente, no para ganar la paz, sino para “ganar tiempo” y poder reforzar militarmente a Ucrania… en dos palabras: “papel mojado”. Hay muchos hechos ocultos por una y otra parte, pero quiero resaltar dos: 1) El Congreso estadounidense acaba de aprobar el Presupuesto para el año 2023 por un monto de 1.7 billones de dólares , de los cuales 858 mil millones de dólares (más de la mitad) están asignados a Defensa; esta Ley le proporciona a Ucrania 44.900 millones de dólares, que unido a la de este año suma más de 100.000 millones de dólares en asistencia a ese país. 2) El Fondo de Inversiones Blackrock, la firma de inversión y gestión de activos más grande del mundo, coordinará la reconstrucción de Ucrania.
Sí no se logran acuerdos de convivencias razonables entre las grandes potencias, sin duda vienen tiempos peores…
A nivel nacional:
Desde el último “ajuste” (no encuentro sentido llamarlo aumento) en marzo de este año, el cual fue de 130,00 bolívares mensuales para el salario mínimo y pensionados, este monto representaba 30,00 dólares. Para el lunes que viene, 2 de enero de 2023 el Banco Central de Venezuela (BCV), cada dólar se cotizará (cambiará) por 17,48 bolívares, por lo que 130,00 bolívares representarán tan solo 7.43 dólares, traducido a la realidad real, se ha perdido en nueve meses ¾ partes la capacidad adquisitiva del trabajador venezolano, o si se prefiere, solo se pueden comprar ¼ parte de los bienes adquiridos en marzo. El eje del problema es que resulta una trayectoria más que negativa para los asalariados y aunque la apariencia de las fiestas decembrina no parece reflejarlo, contribuye de manera directa y dramática a la desaleración neta del consumo popular. Los precios de los productos se actualizan permanentemente (por ejemplo, un pollo que promedia 2.5 kilos costaba hace unos días unos 200,00 bolívares; un cartón de huevos unos 130,00 bolívares; un kilo de queso duro unos 100,00 bolívares; el servicio de luz eléctrica unos 85,00 bolívares mensuales; la telefonía alrededor del 50,00 el servicio básico, no hablemos de los costos indispensables e impostergables de las medicinas) pero los salarios y las pensiones no solo no aumentan sino que se deprecian, ya que se compra menos con la misma equivalencia en dólares de hace una año.
Más allá de las criminales e injustas sanciones impuestas al pueblo venezolano por los gobiernos de Obama, Trump, Biden y europeos en donde la misma ha tenido un efecto devastador sobre la economía, tenemos que las políticas económicas interna de un país son Políticas de Estado, no la concibe e implementa aisladamente un ministro de economía o un presidente del BCV, responden a una concepción de la economía y buscan un resultado concreto, no son errores de un “burócrata cualquiera” busca cargo; son las políticas centrales de un Gobierno, responden a una concepción y objetivo político, responden a una concepción ideológica… cuando uno capta la columna central con que está construido el mismo, se puede descifrar: la desvalorización y precarización del salario; la desaparición, en términos reales, de la seguridad social; el Memorándum clandestino 2792 del Ministerio de Trabajo; la misteriosa Ley Antibloqueo; impuesto regresivo como el IVA; la implementación de Zonas Económicas Especiales (ZEE); la promoción de “Nuevos Emprendimiento”, que no es otra cosa que trabajadores informales ahora denominados “creativamente” emprendedores; la dolarización de la economía; ventas de acciones de empresas públicas en el mercado de capitales; concesiones a empresarios privados para importar mercancías libres de impuestos o con tasas bajísimas (Bodegones, Híper, Supermercados, tiendas tecnológicas); acuerdos con el Departamento de Tesoro del Gobierno de USA y trasnacionales como Chevron en donde «esta autorización limitada impide que Petróleos de Venezuela reciba ganancias de las ventas de petróleo por parte de Chevron. GL 41; la misma permite la actividad relacionada con las empresas conjuntas de Chevron en Venezuela, incluidas envíos de cargamento de petróleo, no autoriza otras actividades con PDVSA, aclarando que otras sanciones y restricciones siguen vigentes”. En resumen, son reformas hacia una liberalización económica, hacia el libre mercado… son políticas socialdemócratas, son políticas que van en dirección contraria a los intereses de los trabajadores, el Gobierno puso la “guagua en reversa”.
En la ponencia «Vigencia del Cooperativismo hoy» que llevé a la VI Congreso Internacional de Educación y a la XV Jornadas de Investigación Educativa celebrada en la Universidad Central de Venezuela a finales de noviembre pasado expuse en una lámina lo que considero un concepto político central:
“ El capitalismo no puede ser reformado, ya que por su esencia, atributo y constitución nuclear tiene como cimiento, como fundamento la asimetría económica: este orden institucional tiene su basamento en la propiedad privada por una clase minoritaria (la burguesía) de los Medios de Producción y la carencia y supresión de esos medios para la clase mayoritaria (los trabajadores), de ese modo ellos garantizan, preservan la condición asalariada de la mano de obra; es decir, la sostenibilidad de la disparidad (ley del desarrollo desigual) del capitalismo reside en el carácter de su naturaleza antagónica a la reciprocidad, a la cooperación, de ahí que para existir y mantenerse como sistema necesita de la ignorancia, división y fragmentación de la población, principalmente de los trabajadores”.
Los trabajadores venezolanos no tenemos alternativa, el problema de fondo es la producción de la riqueza y la distribución de la riqueza producida: ORGANIZARNOS YA
Humberto Rojas D.
31-12-2022