¿Es posible sanear al río Guaire?..Propuesta de zonificación ambiental como prioridad
para la Gran Caracas.

Pascual Curcio Morrone, Geógrafo UCV, 1983
“No podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”
– Albert Einstein -.
Para muchos conciudadanos pensar en la opción de sanear los cauces fluviales que surcan la
ciudad de Caracas y su área metropolitana es algo muy poco probable; si, lo será si seguimos
pensando en continuar viviendo como hasta ahora lo hemos hecho y venimos haciendo desde los
últimos 50 años, y cuyo punto neurálgico ha sido no entender que aquello que tomamos limpio de
la naturaleza debe ser devuelto a ella bajo las mismas condiciones de pulcritud para mantener el
equilibrio ecológico, de esta forma es como se hará sustentable nuestra vida común tanto presente
como futura.
El término “sustentabilidad” ha sido y es aun objeto de innumerables interpretaciones desde el
año 1992 cuando en aquella pionera asamblea de las Naciones Unidas denominada “Cumbre de
la Tierra” celebrada en Río de Janeiro, Brasil, se decidió considerar como básicos aspectos
relativos al necesario equilibrio ecológico que debe existir para el normal funcionamiento de
nuestra “nave espacial” común, el planeta Tierra. No será motivo de este escrito redundar en tal
definición, sólo queremos expresar el sentido filosófico que entraña a la pionera terminología y
no es otro que la concepción implícita del equilibrio entre lo que se produce y consume:
“Subsistencia de una especie con la capacidad de los recursos de su entorno”, es la definición
más corta posible que mayoritariamente sintetizan las lecturas sobre esta temática.
Pero, probablemente motivado a nuestro estrés diario, el ser humano tiende a hacerse el
desentendido y no entiende, valga la redundancia, que el término “especie” lo incluye a él, el
mayor de los depredadoras del planeta; en tal sentido, dos variables definidas inicialmente por los
teóricos economicistas como socio – económicas entran en juego correlacionándose directamente
con el término “sustentabilidad”: la tasa de crecimiento de la población y su capacidad para
autogenerarse bienes y servicios, espectro socio – cultural que va desde procurarse sus alimentos
hasta el poder suministrarse servicios vitales para el bienestar diario, siendo el suministro de agua
potable el más indispensable y el cual proviene de su propio entorno ecológico. Es por ello que,
la propia convivencia urbana se muestra muy complicada y seriamente afectada – poco sustentable
– y sin posibilidad cierta de mantener un crecimiento económico si la dotación del vital líquido
no está garantizada y, para ello, la misma estructura política – territorial del Estado, partiendo
desde su unidad geográfica autónoma primaria, municipio, es determinante para llegar al ansiado
equilibrio: crecimiento económico – convivencia ecológica por ser el ámbito geográfico acotado
jurídicamente donde se deben tomar las decisiones políticas locales necesarias para una sana
convivencia colectiva, la cual siempre tendrá como prioridad: garantizar el suministro del agua
suficiente para sostener las actividades cotidianas del urbanismo, surgiendo en tal dialéctica un
término más dinámico: “Desarrollo Sustentable”.

Después de 23 años de gobierno revolucionario, aun mantiene la República Bolivariana de
Venezuela la misma estructura política – territorial heredada del pasado e incluso hoy en día una
gran cantidad de políticos de todas las corrientes del pensamiento sostienen que modificarla no es
conveniente – para su propio provecho, se me ocurre tal afirmación convirtiéndome en “abogado del
diablo” -. Pensar en un ordenamiento político – territorial que respete las características
ambientales que han condicionado el emplazamiento urbano de la ciudad capital de la República
por siglos y que, de manera efectiva, han moldeado su fisiografía – estructura urbana -, no es en
nada descabellado ni mucho menos imposible, sólo requiere de un especial interés por conocer al
medio natural que envuelve a nuestra Gran Caracas y participar toda la comunidad directamente
en su dinámica vida urbana, tal cual como lo ordena en su artículo 128 la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, cito: “El Estado desarrollará una política de ordenación de
territorio atendiendo a las realidades ecológicas, geográficas, poblacionales, sociales, culturales,
económicas, políticas, de acuerdo con las premisas del Desarrollo Sustentable, que incluya la
información, consulta y participación ciudadana”. Como hemos podido leer, taxativamente la
propia Constitución Nacional sostiene las premisas del Desarrollo Sustentable acordadas en la
Conferencia de Río 1992, premisas que marcan el camino a seguir: ir generando una organización
económica popular entorno al mantenimiento de la propia dinámica ecológica local – economía
circular -; tomar las aguas limpias de nuestro entorno y devolverlas de igual manera al ecosistema
así como también incorporar a la ciudadanía en el reciclaje de sus propios desechos domésticos
generados día a día, al igual que mantener una biota urbana – áreas verdes – frondosa y
fitosanitariamente óptima, constituyen el elemental punto de inicio de una nueva manera de
pensar colectivamente.
Economía y ambiente más que una confrontación – la guerra fría del tercer milenio como algunas
universidades de prestigio en los países más avanzados en la generación de tecnologías han querido acotar cuando realizan su particular análisis histórico del presente siglo -, se encuentran e interactuan en la vida de cualquier ciudad. La vida urbana desde su aparición marcó uno de los hitos más
importantes en el entendimiento del hombre con su medio natural, convirtiéndose en el núcleo de
una verdadera revolución cualitativa en el modo de vida de las personas y, a través de una
identidad económica asociada a un conocimiento popular de su entorno natural, surge
inevitablemente una gran especialización de tal conocimiento, mostrado en la evidente
diversificación de la ocupación u oficios entre sus integrantes; por lo tanto, es indispensable
como punto de apoyo básico que marcará la sustentabilidad de la vida urbana en el transcurrir del
tiempo dar a conocer, expandir, el saber integral del muy particular entorno natural que envuelve
su cotidiano hábitat construido, tal cual como lo ordena nuestra Carta Magna en su artículo 107,
cito: “La educación ambiental es obligatoria en los niveles y modalidades del Sistema Educativo,
así como también en la educación ciudadana no formal.”
Realizando una elemental evaluación económico – ambiental de lo que ha sido la vida cotidiana
en los últimos 50 años de la Gran Caracas concluimos que, sin duda alguna, estamos ante un
hecho económico producto de una exagerada y anárquica concentración de bienes y servicios
sobre un paisaje natural severamente maltratado; paisaje natural heterogéneo – coexisten una gran
variedad de geoformas o formas del relieve -, para nada considerado para estructurar su pasada y
actualmente vigente división político – territorial que es la que, de facto, asigna poder político y
presupuesto en función del número de habitantes en cada unidad municipal – territorial para poder

así administrar y mantener una dinámica de vida sustentable, la cual actualmente se muestra
severamente degradada en lo ecológico, realidad perfectamente observable – hasta en la tonalidad
de su color verde, la misma vegetación evidencia los maltratos que se cometen contra ella diariamente -.
Por todo lo hasta ahora escrito, me atrevo a afirmar que la sustentabilidad de la vida en la
metrópolis caraqueña como urbe cosmopolita está seriamente comprometida y debe actuarse de
inmediato sin más demoras, en particular porque el marco legal que debe acompañar a toda
acción social – ambiental a implementar por el Estado lleva décadas construido, nuestra
Constitución Nacional como prioritaria y, subsecuentemente en perfecta sincronización con el
texto base, las leyes de corte ambientalista y hasta las mismas ordenanzas municipales en tal
sentido, realizadas para la protección de las áreas verdes publicas de la ciudad.
A manera de ensayo teórico, realizaremos un ejercicio pedagógico de las ideas expresadas en los
anteriores párrafos y teniendo como apoyo la cartografía altimétrica aportada por el Instituto
Geográfico de Venezuela Simón Bolívar que nos muestra el paisaje natural del emplazamiento de
nuestra querida ciudad, así como también con el apoyo estadístico de las cifras o datos de
población oficiales aportados por el Instituto Nacional de Estadísticas correspondientes al año
2011 – tomaremos tal año como referencia por ser el último donde hubo una masiva participación
ciudadana en la realización del Censo Nacional de Población y Vivienda; por otra parte, las
proyecciones de población para la Gran Caracas aportadas por la misma Institución reflejan un
casi imperceptible crecimiento de la metrópolis, apenas del 1% en el periodo 1990 – 2035, prueba
inequívoca de un escenario ecológico saturado por la ocupación humana -, construiremos una
hipotética división político – territorial para Caracas y su área metropolitana donde prive
específicamente su característica ambiental – geográfica, la cual perfectamente pudiera ser
utilizada para fines administrativos, enfocándonos inicialmente en las características fisiográficas
de su emplazamiento, un requisito prioritario en el inicio de cualquier estudio físico – natural que
indispensablemente debe sostener a cualquier planificación urbana, con el fin último de permitir
alternativas de inversión en política ambiental que lleven a recuperar la convivencia entre los
caraqueños con su ecosistema envolvente. Los detalles de la propuesta pedagógica ambientalista
se especifican a continuación y se inicia desde el extremo oeste de la metrópolis en jurisdicción
del Municipio Bolivariano Libertador:
Circuito ambiental 1: Parroquias Macarao y Caricuao; cabeceras del río Guaire, incluye la
principal subcuenca oriental inmediata – qda. Caricuao -. Población 202.265 habitantes.
Circuito ambiental 2: Parroquias El Junquito y parte de la parroquia Sucre (vertiente sur de la
qda. Tacagua); sectores urbanos y suburbanos: Tacagua, Nueva Esparta, Gramoven, Los
Magallanes, Lomas de Urdaneta, Propatria, Casalta e inmediaciones; conjunto de colinas de
altura variable, en promedio entre 800 y 1200 metros sobre el nivel del mar. En síntesis, todo el
urbanismo desarrollado sobre la vertiente sur – occidental de la qda. Tacagua. Población: 262.304
habitantes.
Circuito ambiental 3: Parroquia Sucre, sectores: Catia, Ruperto Lugo, Los Frailes, Blandin, Plan
de Manzano, carretera vieja a La Guaira y áreas suburbanas inmediatas; cabecera principal de la
quebrada Tacagua y toda la vertiente nor- oriental de la misma. Población: 169.200 habitantes.

Circuito ambiental 4: Parroquias: Antímano y La Vega; cuenca media – alta del río Guaire.
Población: 266.429 habitantes.
Circuito ambiental 5: Parroquias: Altagracia, Catedral, La Pastora, San José y 23 de Enero;
fondo de valle y vertiente norte del cauce medio del río Guaire. Contiene al casco histórico
tradicional de la ciudad, el cual sugiero sea recuperado integralmente partiendo por la re
ubicación de la economía informal allí acomodada y eliminando elementos exóticos que afean el
tradicional paisaje urbano y descontextualizan su gloriosa historia colonial. Población: 260.513
habitantes.
Circuito ambiental 6: Parroquias: El Paraíso, San Agustín, San Juan y Santa Teresa; fondo de
valle y vertientes al sur del cauce medio del río Guaire; Población: 286.668 habitantes.
Circuito ambiental 7: Parroquias: Coche y El Valle; cabeceras y cauce medio del río El Valle.
Población: 220.157 habitantes.
Circuito ambiental 8: Parroquias: Santa Rosalía y San Pedro; pequeña subcuenca tributaría del
río El Valle, conformando la divisoria de aguas común del tramo central de la fosa tectónica que
orienta el emplazamiento lineal oeste – este de la metrópolis. Población: 157.873 habitantes.
Circuito ambiental 9: Parroquias: Candelaria, San Bernardino, El Recreo; vertientes abruptas al
norte del cauce medio del río Guaire, incluye el fondo de valle norte del mismo y el sitio de
intersección con el río El Valle, límite jurisdiccional con el Estado Miranda. Población: 179.056
habitantes.
La sectorización ambiental para la Gran Caracas propuesta hasta ahora seria incompleta si
considerásemos solamente el espacio geográfico correspondiente al actual Municipio Bolivariano
Libertador del Distrito Capital; en tal sentido, el fragmento urbano localizado en la jurisdicción
político – administrativa correspondiente al Estado Miranda debe necesariamente formar parte
coherentemente de cualquier sectorización ambiental integral para la convivencia urbana
sustentable del todo metropolitano, ya que es evidente que también la estructura de la ciudad
capital en el mencionado espacio geográfico para su edificación en el pasado ignoró totalmente
las características ecológicas locales y, en un malentendido ejercicio de la autonomía política, se
mezclan incoherentemente en un mismo espacio socio cultural distintas formas de relieve así
como también actividades y modos de vida. Se plantea a continuación una alternativa para su
ordenamiento ecológico racional manteniendo la coherencia geográfica iniciada:
Circuito ambiental 10: Municipio Chacao, Parroquia Leoncio Martínez del Municipio Sucre y
la fracción urbana compuesta por las urbanizaciones La Urbina y La California (parroquia Petare)
del mismo Municipio Sucre; corresponde a la vertiente extrema nor oriental del río Guaire –
divisoria de aguas con la cuenca del río Guarenas -, incluye el fondo de valle norte del mismo río.
Población: 242.585 habitantes.
Circuito ambiental 11: Municipio Baruta: parroquia Baruta – con la excepción de las cabeceras y toda
la subcuenca de la qda. Suapire, la cual por coherencia fisiográfica pasaría a integrar el circuito ambiental 12 – y

parroquia Las Minas de Baruta; subcuenca de la qda. Baruta, vertiente central del río Guaire y
fondo de valle sur – central del mismo. Población: 254.205 habitantes.
Circuito ambiental 12: Municipio El Hatillo, parroquia El Cafetal del Municipio Baruta y la
fracción urbana compuesta por las urbanizaciones Macaracuay y Colinas de Los Ruices,
pertenecientes a la parroquia Petare del Municipio Sucre; subcuencas de las quebradas: La
Guairita, El Hatillo, Tusmare y Suapire, conjunto de colinas con altura entre 1000 y 1200 metros
sobre el nivel del mar, de constitución geológica similar y conformando la vertiente sur
occidental del río Guaire. Población: 156.985 habitantes.
Circuito ambiental 13: Parroquia Petare: urbanización Palo Verde, Leoncio Martínez, sector
Santa Eduvigis, urbanización Miranda y los barrios José Felix Ribas, 24 de Julio, 12 de Octubre,
5 de Julio y otros barrios de esta parroquia perteneciente al Municipio Sucre emplazados al norte
de la carretera Petare – Sta. Lucia, cuyo trazado sigue la divisoria de aguas entre la cuenca del río
Guaire y la del río Guarenas; además, se integraría a este circuito ambiental la parroquia
Caucagüita del mismo municipio, incluyéndose las cabeceras y vertiente extrema nor occidental
del río Guarenas. Población: 238.488 habitantes.
Circuito ambiental 14: Parroquia Petare: casco tradicional a rescatar e integrar como sitio
histórico – cultural; urbanización Pablo Sexto y barrios: Unión, Carpintero, San Pascual, Maca,
La Línea, 12 de Febrero, El Carmen, Medina Angarita y conexos; abarcando todo el sector
urbano localizado al sur de la carretera Petare – Santa Lucia del Municipio Sucre; se incluirían las
parroquias La Dolorita y Filas de Mariche del mismo municipio; sector de colinas con alturas
entre 600 y 800 metros sobre el nivel del mar conformando la vertiente sur – este extrema del río
Guaire, sería el cierre del marco ecológico – geográfico de la gran metrópolis en su extremo
oriental. Población: 321.601 habitantes.
Como rasgo curioso, al estructurar la propuesta se mantienen volúmenes de población bastante
aproximados en cada circuito ambiental resultante y probablemente – se hace necesaria una
investigación de corte socio económico para probar este comentario y acotar excepciones – tal condición
podría encerrar realidades socio económicas homogéneas en la mayoría de las unidades eco –
geográficas trazadas.
El próximo paso a implementar una vez construido el modelo de zonificación ambiental es la
recuperación de la “equidad ecológica” mediante la reconstrucción del paisaje urbano,
organizando y orientando la planificación urbana en función de la consideración efectiva de la
evolución de los elementos del medio natural, entendido tal hecho en la definición de Desarrollo
Sustentable como: “sensibilidad ecológica”. Es en el contexto teórico descrito donde se pueden
plantear soluciones al desequilibrio ambiental que constituye la condición cloacal de los
principales cursos de agua que cruzan la metrópolis, ya que con base a la zonificación bajo el
criterio de identificación y separación por tipos de relieve, podemos plantear acciones concretas
en la reorientación de los desagües de aguas servidas hacia plantas o sistemas de tratamiento
estratégicamente localizadas para su limpieza; obteniendo aguas depuradas que pudieran re
ingresar a la cotidianidad de la vida ciudadana o ser descargadas limpias, tratadas, a las corrientes

fluviales principales que cruzan la ciudad: el río Valle y el río Guaire, lo cual constituiría la
acción prioritaria a acometer en la recuperación ecológica de ellos.
Por último y paralelamente a la actividad comunitaria básica especificada en el párrafo anterior
para sanear los principales cursos de aguas metropolitanos, es deber del Estado venezolano darle
identidad económica a los nuevos espacios ambientales generados partiendo desde la misma
concepción del término Desarrollo Sustentable; perfectamente se podría iniciar la construcción de
la nueva realidad económica con la participación de la comunidad en la recolección y reciclaje de
los residuos sólidos domésticos, comercialización y elaboración de productos con tales desechos,
conformar cooperativas con miras a proteger las áreas verdes urbanas, micro bosques en plazas y
parques públicos, evaluar la condición de alteración de la geológica para estabilizar las vertientes
de las quebradas, elaborar planes de contingencia y evacuación ante eventos naturales
inesperados y establecer el monitoreo de la conducta ecológica del colectivo para erradicar la
impunidad en materia de delitos ambientales, bajo una estricta aplicación de nuestra legislación.
Teóricamente, considero que la secuencia lógica que he descrito es la manera como debemos
pensar, en mi humilde opinión profesional, para avanzar hacia el modelado de una nueva ciudad
con criterio fundamentalmente ecologista y seguro estoy que obtendremos en el mediano plazo
como diseño urbano final la estética paisajista necesaria que toda convivencia exige con la
efectiva y consciente participación de las comunidades, pudiendo perfectamente constituirse con
el correr del tiempo los circuitos ambientales planificados en unidades político – territoriales
autónomas, municipios, afianzándose la participación popular en las decisiones políticas de la
vida cotidiana urbana.
El necesario equilibrio que debe existir entre ambiente y economía no se decreta, se construye;
ambas realidades no constituyen un enfrentamiento dicotómico, más bien se complementan en la
utopía que encierra el propio concepto de “Desarrollo Sustentable”, tal cual como lo ordena el
artículo 128 de nuestra Carta Magna.
Síntesis hoja de vida profesional:
Geógrafo Pascual Curcio Morrone, UCV- 1983; Especialista en Análisis de Datos, UCV– 1989;
Especialista en Fotogrametría, IPO, adscrito a la Universidad de Stuttgart, Alemania 1990;
Fundador y primer Coordinador del Programa de Estadísticas Ambientales del Instituto Nacional
de Estadísticas de Venezuela, 6 publicaciones en el área: “Índice de Calidad Ambiental, ICA”,
año 1998; “Estadísticas Ambientales de Venezuela”, año 1999; “La Dicotomía Urbano – Rural en
la Realidad Venezolana”, año 2000; “Generación de Residuos Sólidos y Urbanismo”, año 2000;
“Cuentas de Agua y Urbanismo”, año 2003; “Índice de Calidad Ambiental, ICA”, año 2004;
Otras publicaciones distintas a la temática propiamente ambiental: “Marco Conceptual del Plan
Nacional de Desarrollo Ferroviario 2006 – 2030”, IAFE ahora IFE, año 2005; “Un Cuento
Helénico Y Otros Más”, editorial Círculo Rojo, España, año 2019.
pascualc21@hotmail.com ; cardenalitolito@gmail.com
/ Caracas, 28 de febrero del año 2023