Por Alí Ramón Rojas Olaya
El 14 de julio de 2016 se conmemoró el bicentenario de la partida física en San Fernando, Reino de España, de Francisco de Miranda. En Caracas se le rindieron honores militares y civiles y el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, en su investidura como Comandante en Jefe de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana lo ascendió al grado de Almirante en Jefe post mortem por ser éste el grado más alto de la Armada Nacional Bolivariana en un oficial en ejercicio. Hoy, 28 de marzo de 2023, celebramos 273 años de su nacimiento.
El hijo de la panadera
Francisco de Miranda es, junto a Simón Rodríguez, Andrés Bello y Simón Bolívar, uno de los libertadores que más honda huella dejó en el mundo. Los cuatro nacieron en Caracas entre 1750 y 1783.
El 16 de abril de 1769, el papá de Francisco de Miranda, Sebastián Miranda, es rechazado como miliciano por ser un comerciante, un hombre inferior que no pertenecía a las primeras esferas de la ciudad ni era descendiente de sus más ilustres pobladores y para colmo estaba casado con una mujer de baja esfera que ejercía el oficio de panadera. El 25 de enero de 1771, con 20 años de edad, se embarca en la fragata sueca Prince Frederick con destino a España. Lo que ocurre de aquí en adelante es la impronta de uno de los grandes hombres de la historia de la humanidad, porque Miranda es protagonista de la Revolución Francesa, la Revolución de Estados Unidos contra Inglaterra y la Independencia Hispanoamericana de España.
El Colombiano
Miranda lucha en la estratégica Batalla de Pensacola (1781), al final de la cual fue ascendido a teniente coronel en reconocimiento a su brillante desempeño al lado de los patriotas norteamericanos. En 1798, Miranda redacta el Proyecto de Constitución para el Continente Colombiano donde expresa: “Llegó el tiempo de echar a los bárbaros que nos oprimen, y de romper el cetro de un gobierno ultramarino”. El mismo año muere el jesuita peruano Juan Pablo Viscardo y Guzmán quien escribe en 1792 en francés la Carta a los Españoles Americanos que Miranda traduce al castellano. El 15 de marzo de 1810, Francisco de Miranda, publica en Londres, el periódico El Colombiano, realizado en la imprenta de R. Juigné. Sus cinco ediciones circularon hasta el mes de mayo y fueron leídas en Caracas, Buenos Aires, Trinidad, Río de Janeiro, La Habana y Veracruz.
Miranda en la rusa Ucrania
Grigori Potemkin y Francisco de Miranda fueron grandes amigos. El ruso era el valido (cargo de mayor confianza) de la emperatriz Catalina II “la Grande”. Gracias a él, Miranda la conoce en el territorio ruso conocido como Ucrania.
El 20 de marzo de 1785, Francisco de Miranda parte desde Barletta, ciudad del sur de Italia, a Ragusa, en Dalmacia (hoy Croacia, Montenegro y Bosnia y Herzegovina), república adriática que mantenía relaciones con Rusia. En abril conoce al vicecónsul del Imperio Ruso, Stepan Yampolskiy. Sobre las relaciones entre España y Rusia, el lituano Iósif Grigulévich dice: “los rusos que rivalizan con los españoles en América, tenían factorías a lo largo de toda la costa del pacífico, desde Alaska hasta San Francisco, debiendo estar interesados en la independencia de las colonias españolas, que les ofrecería la posibilidad de un mayor avance hacia el sur”.
El 7 de febrero de 1787, Francisco de Miranda llega a la ciudad rusa de Kiev, capital de Malorossiya (gobernación de Rusia Menor), donde permanecerá hasta el 1° de mayo. De la logística se encargó su amigo Potemkin. Sobre Kiev, Miranda dice: “La altura sobre que está colocada la nueva ciudad y fortaleza sobre la ribera norte del Dnieper, las cúpulas doradas de las iglesias, que por lo general tienen cinco, los campanarios, etc., dan un aire hermoso y agrupan sumamente bien con el resto de los demás edificios colaterales”.
Además de Kiev, Miranda visitará Kanev, Kremenchug y Jersón. El día de San Valentín, Miranda conoce a Catalina II.
Miranda contra el racismo
En su diario Miranda cuenta que hallándose en Rusia “Hablóse de América, su posición geográfica, historia natural, animales, de sus antigüedades, etc., ayudándome Su Majestad a combatir los errores de Pauw”. Acá Miranda le explica a Catalina de Rusia la forma en que se expresa el diplomático en la corte de Federico el Grande de Prusia y filósofo holandés Cornelio De Pauw: “Los animales vulgarmente llamados indios del Nuevo Mundo son siervos por naturaleza. Por su condición de sub hombres, homúnculos; por su cobardía, sus vicios inmundos y tenebrosas supersticiones, son una barbarie mental… Este continente es, hablando en términos políticos, el país más desgraciado del mundo: pues siempre está enteramente a discreción de los extranjeros. Se encuentra tan esclavizado a Europa que su completa independencia es una cosa moralmente imposible”.
La Colombia de Miranda
Colombia es el la razón de ser de Miranda. El 4 de noviembre de 1792 dijo en París que se acerca el tiempo en que Colombia, nuestra querida patria, “llegará a ser esa gloriosa parte del globo que la naturaleza quiso que fuese”. En 1798, nos dice: “Acordáos de que sois los descendientes de aquellos Ilustres Indios, que no queriendo sobrevivir a la esclavitud de su patria, prefirieron un muerte gloriosa a una vida deshonrosa. Estos ilustres guerreros presintiendo la desgracia de su posteridad, quisieron más bien morir bajo los muros de México, de Cuzco o de Bogotá que arrastrar las cadenas de la opresión”. El 2 de agosto de 1806, en Coro, exclama: “poseemos el continente más fértil, más inexpugnable y más rico de la Tierra”.
Miranda y Dinamarca
Dinamarca no nos es tan ajena como pareciera. Es posible que el más grato recuerdo que tenemos de ese país escandinavo es la balada que escribió Aquiles Nazoa al autor de La sirenita, El patito feo, El traje nuevo del emperador y El soldadito de plomo: “Verdaderamente, nunca fue tan claro el amor como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia”. Sin embargo es bueno recordar que el 26 de marzo de 1838, Dinamarca y Venezuela acordaron firmar un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación; el 5 de junio de 1938, ciento ochenta y siete daneses navegaron hacia Venezuela; y en diciembre de 2009, el presidente venezolano Hugo Chávez visitó Copenhague, capital de ese país nórdico, para la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
Pero un aspecto poco estudiado en la vida de Francisco de Miranda, activista a favor de los derechos humanos, son sus aportes al mundo penitenciario sin que esto tenga relación con el célebre lienzo de Arturo Michelena, Miranda en La Carraca (1896), donde el pintor valenciano presenta los últimos días de Miranda en la prisión en San Fernando. El maestro Elio Gómez Grillo nos explica que: “el gobierno danés acogió totalmente el proyecto de reforma penitenciaria presentado por Miranda y lo aplicó a todo el país (…). De modo que nuestro prócer Francisco de Miranda es precursor, no sólo de la independencia venezolana y aun hispanoamericana, sino que es precursor del mejor penitenciarismo de hoy. Un blasón más para añadir a su grandeza (…) su pasión libertaria le hizo llevar la búsqueda y el encuentro de esa libertad hasta en las mismas mazmorras carcelarias que constituyen la máxima negación de toda forma de liberación”.
Miranda y Estados Unidos
En Estados Unidos había preocupación por el proyecto independentista de Miranda. El 7 de junio de 1810, el diplomático estadounidense John Baptiste Irvine le escribe a John Adams: “He hecho que le envíen uno de nuestros periódicos de hoy: en el cual se le hace una pregunta; y, aunque al recibo del documento podría confirmarle el propósito para el cual fue enviado, sin embargo, señor, pensé que debido a su posición, carácter y consecuencia, sería conveniente acompañar a “The Whig” con esta nota, asegurándole que su inclusión en la noticia no significa falta de respeto; el motivo es justo y responde al deseo de obtener (si es factible o de acuerdo con usted) alguna información adicional sobre el tema del proyecto de Miranda y los planes del Ministerio británico; o más bien, la razón por la cual la información valiosa comunicada por usted al público, en relación con ese proyecto, se retuvo durante tanto tiempo, tal vez debido al carácter del Sr. Jefferson o por representar un peligro para la mancomunidad”. El 5 de julio de 1811, Miranda firma el Acta de la Independencia de la Confederación Americana de Venezuela.
Miranda y Bolívar
El vínculo entre Bolívar y Miranda no culmina en La Guaira la noche del 31 de julio de 1812 en la que el hijo de la panadera es sentenciado por “traidor” y los mantuanos se confabularon para adversarlo. En aquel momento Miranda tiene 62 años y Bolívar 29. Miranda se casó en Londres con su ama de llaves, la inglesa Sarah Andrews, de quien se conoce poco a pesar de que es ella la que cuida la biblioteca de Miranda, incluida Colombeia; abre las puertas de su casa a Simón Bolívar, Andrés Bello y a Luis López Méndez, desde donde se dirige el reclutamiento de la Legión Británica para la independencia americana; y pare a Leandro y a Francisco Miranda Andrews. Ambos fueron recibidos con honores por el Libertador Simón Bolívar. Leandro es nombrado en 1824 oficial mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El 2 de julio de 1827, Bolívar escribe desde Caracas a Leandro Miranda: “Querido amigo: me ha sido muy apreciable ver un retrato de usted que me ha sido presentado en esta capital; él me ha recordado ideas gloriosas y tristes a la vez porque reviven a mis ojos las facciones de su ilustre padre. Yo soy de opinión que usted debe venir a esta ciudad, donde lo desean, y a cuidar de sus intereses. Usted debe contar siempre con la amistad de su afectísimo Bolívar”.
Francisco por su parte fue teniente del batallón Carabobo. El 5 de marzo de 1828, encontrándose en La Guaira, firmó con los demás oficiales una manifestación a favor del Libertador para que éste siguiera al frente del gobierno de la República de Colombia. Debemos recordar que 1828 es un año difícil para la causa bolivariana: los banqueros boicotean su gestión con el apoyo injerencista desde Washington que tiene en tres de los funcionarios que ocupan los cargos más importantes: Flores en Ecuador, Páez en Venezuela y Santander en la vicepresidencia, cachorros útiles.
Francisco Miranda Andrews militó en el ejército del general Rafael Urdaneta. Vistiendo el honroso uniforme de la Patria muere a los 25 años el 26 de abril de 1831 en combate en Cerinza, a manos del ejército liberal de Casanare que apoyaba a los neogranadinos Joaquín Mosquera y Domingo Caycedo.
Miranda y Bideau
El 8 de diciembre de 1780 nació en Santa Lucía, país del Alba, el marino Jean Baptiste Bideau, uno de los libertadores de América más emblemáticos del Caribe. Lo poco que se sabe de él se le debe al historiador venezolano Caracciolo Parra-Pérez. En Trinidad tenía un taller donde enseñaba a fabricar peñeros. Enseñar a fabricarlos a finales del siglo XVIII en el Caribe era la praxis de la pedagogía para la liberación.
Bideau tuvo un ejército caribeño de negros con el que desató una guerra social al estilo haitiano. Luchó contra las tropas ultramarinas francesas en Guadalupe y Martinica entre 1793 y 1794 bajo las órdenes de Victor Hugues, uno de los protagonistas de la novela El siglo de las luces (1962) de Alejo Carpentier. Dejó su impronta libertaria en Antigua y Barbados. En 1798 luchó en Trinidad contra el colonialismo británico. Conoció a Miranda en Trinidad en 1806 y luchó contra los españoles bajo las órdenes del Generalísimo entre 1811 y 1812. Su amistad con Mariño hacía temblar al opresor. Fue el Libertador de Güiria, allí fue el primero en decretar la libertad de los esclavos en Venezuela. Fue la máxima autoridad en el país a finales de 1814. Fue compañero de viaje del Libertador en sus viajes por Haití y Jamaica y le salvó la vida en Ocumare de la Costa en 1816.
Corría el año 1816. La Segunda República se había perdido dos años antes. En marzo salió de Juangriego una expedición formada por negros caribeños. Cumplían con el Acta de Guerra de Chacachacare del 11 de enero de 1813: “Violada por Domingo Monteverde la capitulación que celebró con el ilustre general Miranda, el 25 de julio de 1812; y considerando que las garantías que se ofrecen en aquel solemne tratado se han convertido en cadalsos, cárceles, persecuciones y secuestros que el mismo general Miranda ha sido víctima de la perfidia de su adversario; y, en fin, que la sociedad se halla herida de muerte, 45 emigrados nos hemos reunido” y “congregados en consejo de familia, impulsados por un sentimiento de profundo patriotismo, resolvemos expedicionar sobre Venezuela, con el objeto de salvar la Patria”. Entre estos 45 se encuentra un héroe de Santa Lucía, país del Alba: Jean Baptiste Bideau (1780-1817), quien luchó contra la tiranía francesa, inglesa y española en el Caribe.
Una vez en Ocumare de la Costa, Bolívar envía a Soublette, Anzoátegui y Mac Gregor a enfrentarse a los realistas en los valles de Aragua mientras él se ocupaba de desembarcar las armas obtenidas en Haití y de allí avanzar hasta Caracas. La acción, explica Paul Verna, es caótica: Soublette es derrotado en Los Aguacates. Las armas y la imprenta son abandonadas. “De repente el Libertador se encuentra solo, rodeado de enemigos”. Fue en aquel momento trágico cuando Bideau, quien había luchado bajo las órdenes de Miranda entre 1811 y 1812, sale en un bote “del Indio Libre que ha levantado sus anclas, rema hasta la orilla” y salva al Libertador. Bolívar escribe el 6 de mayo de 1830 a Fernández Madrid: “iba a darme un pistoletazo cuando uno de ellos, Bideau, volvió del mar en un bote y me tomó para salvarme” el 14 de julio de 1816, el mismo día muere en Cádiz, Francisco de Miranda.
¡Miranda vive! ¡Honor y gloria al camarada Francisco de Miranda!