Memorias de un escuálido en decadencia │ Silicon Valley Bank
16/03/23.- ¡A correr, que se hunde esta vaina! Nos están mintiendo los compañeros de Estados Unidos: nos hablan de que sus bancos son sólidos, serios y seguros, y ahora vemos que ninguna de las tres vainas son ciertas. Ahí está el Silicon Valley Bank, un banco que el mes pasado apareció en la revista que nosotros seguimos —porque aunque ustedes no lo crean, nosotros leemos vainas serias—, es decir, la revista Forbes, la que sabe dónde están los millonarios y dónde carajo meter lo que robamos. Allí, alumbrando como un sol en Macano, estaba ese banco. Decía que era lo mejor del mundo, y ahora se vino abajo de un solo coñazo, y nosotros, como siempre, confiando en los compañeros de Estados Unidos, sobre todo en el compañero Biden que dio un discurso de cinco minutos para decir que todo estaba bien; sin embargo, se vinieron todas las bolsas abajo, incluso nosotros que somos los bolsas que creemos en esas vainas. Y ahora los chavistas se ríen y salen a decir que el gobierno de Biden se parece al del doctor Caldera, o al capitalismo popular de María —Súmate— Machado. Y dicen que deberíamos asesorar al compañero Biden diciéndole que les dé un auxilio financiero a los dueños de esos bancos, porque hay otros bancos que también se vinieron abajo; así como hizo el doctor Caldera, que dio un auxilio financiero a los dueños de los bancos, y la verdad fue que los salvó a ellos solos, porque muchos de nosotros quedamos en las colas esperando por nuestros depósitos. Pero coño, cómo carajo va a quebrar un banco que se llame así, Silicon Valley. Está bien que quiebre un banco que se llame banco Latino o banco La Guaira, pero ese nombre es pura calidad comprobada en la tasa de interés.
Les hablo de esta vaina porque a nosotros nos afecta. Cada vez que Biden estornuda a nosotros nos da catarro, así que imagínense con la quiebra de Silicon Valley. Esa vaina nos tiene jodíos, porque todos sabemos que allá la vaina es mucho mejor que aquí, y lo mejor es ocultar esa vaina, para que no se note tanto que también en Estados Unidos quiebran los bancos, como que fuera un país del tercer mundo. Pero lo que arrecha es que todo se le está viniendo encima al compañero Biden: ese peo en Ucrania, con ese comediante que llaman Zelenski, que ahora también está arrecho porque, aparte del montón de dólares y armas que le han dado, además quería que enviaran a los hijos de los compañeros de Estados Unidos a pelear allá, ¡qué arrecho este comediante!, y no solo eso, sino que pidió un Oscar de la Academia y ahora está otra vez arrecho porque no se lo dieron. En fin, que debe ser bien feo estar en los zapatos del compañero Biden, porque tiene peos por todas partes. Dígame los chinos, esos están ahí esperando darle su carajazo para convertirse en la potencia número uno del mundo. Allí está también Putin, que por lo visto no da un paso atrás, como sí hemos dado nosotros desde mucho antes del autojuramento del alfeñique de cuarenta y cuatro kilos que tuvimos como presidente interino; es decir, que allá sí hay lo que nos falta a nosotros que fuimos tan sinceros.
El papá de Margot entró diciendo que “ya no se puede creer en nadie. ¿Cómo es posible que estén quebrando los bancos en la patria que más hemos querido? ¿Qué vaina es esa? Todos esos chavistas jodiéndome en la plaza. Cuando me vieron llegar comenzaron a decir: ‘Se nota que vienes del Silicon Valley’. Ni la quiebra del banco Federal fue tan fea como esta, porque este banco estaba de primero en todas partes como el más sólido y el más serio y el más seguro, y ahora nos dimos cuenta de que ni de sólido ni de serio ni de seguro tenía un carajo”. Y siguió directo al cuarto y agarró la puerta y nos vio a Margot y a mí, y estuvo a punto de decir algo, pero prefirió tirar la puerta con un coñazo tan duro que la vecina salió gritando: “¿Se quedaron con tus dólares en el Silicon Valley, muérgano?».
—Usted abusó, sacó provecho de mí… —me canta Margot.
Roberto Malaver