Como valiente activista en 2006 llegó a Venezuela para encontrarse con el entonces presidente Hugo Chávez y expresar en un gran acto público el respaldo de los estadounidenses al proceso Bolivariano.
En dos, entre sus más famosas interpretaciones de Calipso Harry Belanfonte menciona a Venezuela. También entonaría un tema dedicado al país suramericano y caribeño, como una canción de afecto. En “Matilda” grabada ya en 1953, y en “Sweetheart From Venezuela” (Cariño de Venezuela) de 1961.
En dos, entre sus más famosas interpretaciones de Calipso Harry Belanfonte menciona a Venezuela. También entonaría un tema dedicado al país suramericano y caribeño, como una canción de afecto. En “Matilda” grabada ya en 1953, y en “Sweetheart From Venezuela” (Cariño de Venezuela) de 1961. A lo mejor Juanita era venezolana, pero Matilda, indudablemente no lo era, sino que escogió a Venezuela (imaginamos que a la población de El Callao) para residir luego de sus aventuras personales. Y es que El Callao, en el estado Bolívar, al sur venezolano acogió desde el siglo XIX a muchos habitantes de las Antillas, menores y mayores que llegaron hasta allí atraídos por la promesa del oro de sus ríos y sus minas.
Matilda
El Callao es una de las poblaciones de Venezuela donde se hablan más idiomas y donde la diversidad cultural es por demás vistosa. El Callao es asiento del Calipso (musical y coreográficamente hablando) y es un faro permanente en torno a esta manifestación extendida a todo el Caribe tanto insular como centro y suramericano. Por eso no resulta extraño que un personaje de la calidad de Harry Belafonte, tuviera en su repertorio dos exitosos calipsos que citan a Venezuela. Él mismo fue denominado “Rey del Calipso” por haber tomado este género musical para transformarlo en su bandera de divulgación musical, y de su activismo social. Y es lógico entenderlo: Sus raíces estaban en Martinica y en Jamaica.
Sweetheart From Venezuela
Después de una vida fructífera y útil a la humanidad Harry Belafonte falleció el martes 25 de abril de 2023 en su hogar, en Manhattan, EEUU. La causa de la muerte fue una insuficiencia cardíaca, según los voceros familiares. Tenía 96 años y a su lado estaba su tercera esposa, Pamela Frank. Le sobreviven cuatro hijos y ocho nietos.
Contextualizando
No fue en los cincuenta del siglo pasado cuando comenzó su impronta, tal y como reseñan algunos medios, porque Harold George Bellanfanti Junior nació en Nueva York el 1 de marzo de 1927, como el hijo de un cocinero de barco nacido en Martinica, y una empleada doméstica de Jamaica, país en el que Harry viviría entre los ocho y los 13 años, años que lo marcarían para siempre, al vincularse amorosamente a la ascendencia materna.
Tras servir en la Marina estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial, Harry se enroló en el Taller Dramático de la Nueva Escuela de Investigaciones Sociales, donde recibió las enseñanzas del Método de Lee Strasberg, y coincidió con Marlon Brando. Con los años, y al escribir su autobiografía Belafonte señalaría, refiriéndose a Brando: “nunca conocí a un hombre blanco que abrazara con tanta pasión la cultura negra”. También coincidió, entre otros, con Sidney Poitier, quien sería su gran amigo hasta que la muerte de Poitier, a los 94 años los separó en enero de 2022.
El Rey del Calipso comenzó su carrera en el mundo del espectáculo cantando “Day O” (The Banana Boat Song)
Day O
Desde el vamos Harry supo que era atractivo para el mundo del espectáculo, además de poseedor de una excelente voz y puesta en escena. El cine no demoraría en abrirle sus puertas, algo curioso porque estamos hablando de un afroamericano en la década de los cincuenta. De hecho fue el primer negro en actuar en clubes nocturnos de la alta sociedad estadounidense, y de los primeros en acceder a la cinematografía de ese país. Con el tiempo ratificaría: “No soy un artista que devino activista, sino un activista que decidió ser artista” y tenía con qué.
Durante la década de los cincuenta Harry Belafonte se ganó la vida de mil formas, sobre todo interpretando pop y jazz en locales nocturnos de Nueva York que le abrieron sus puertas dado su carisma y talento. En uno de ellos un directivo del sello RCA Víctor lo descubrió, por casualidad. Fue así como firmó su primer contrato discográfico en 1952. Ya para 1954 alcanzaba el mundo del cine. 10 años después no querría hacer cine porque lo que le ofrecían no manifestaba un grado de conciencia social, y para él, eso era importante, vital.
Harry Belafonte fue uno de los amigos más entrañables de Martin Luther King. Se conocieron en 1956 en una campaña contra la segregación racial. Harry siempre apoyó las causas de Luther King, y fue radical en ese apoyo. Pero no se trata solo de su amistad con Martin Luther King hijo, que es muy importante, sino de su propia valoración social y de su propia actividad contra el racismo en su país natal. Sus encendidas intervenciones frente a la sede de la ONU protestando contra la guerra en Irak son memorables, como memorable fue la coordinación que hizo para el viaje del líder surafricano Nelson Mandela a territorio estadounidense. También, en 1985 sería el artesano de aquél canto que reunió a lo mejor de la música en inglés, en función de recaudar fondos para Etiopía, un país con grandes necesidades. Concibió la idea de llamar a otros músicos para levantar un canto de solidaridad con la nación africana con el objetivo de enviarle auxilio y apoyo. “We are the World” sigue siendo un himno ejemplar. La ayuda para Etiopía mediante la música, se logró con creces.
Somos el mundo
Ese fue y será Harry Belafonte, amigo entrañable de Cuba. Se recuerda su paso por el Festival de Varadero en 1986 cuando se presentó junto a los brasileños María Bethania, Gilberto Gil y Chico Buarque y el argentino Fito Páez , entre otros.
Belafonte recibió en julio de 2020 la medalla de la Amistad, a propuesta del Instituto de Amistad con los Pueblos (ICAP), distinción otorgada por el Estado cubano, en reconocimiento a su trayectoria solidaria con el pueblo cubano y su respeto y admiración por el proceso revolucionario.
Como valiente activista en 2006 llegó a Venezuela para encontrarse con el entonces presidente Hugo Chávez y expresar en un gran acto público el respaldo de los estadounidenses al proceso Bolivariano. Inolvidable. Ya había sido declarado embajador de Buena Voluntad de Unicef.
Aún con su radical postura política y social, Harry Belafonte obtuvo tres premios Grammy y la Medalla Nacional de las Artes del Congreso, en 1994. Recibió además un Oscar honorífico en 2014, además de otros premios. Musicalmente, Harry Belafonte permanentemente estuvo sosteniendo, interpretando canciones que dijeran algo a los pueblos. El Calipso del Caribe le agradecerá eternamente la divulgación que de él hizo con alegría, sí, y también para denunciar algunas injusticias raciales, sociales, globales.
Siempre acudió a una frase de Martin Luther King: “Si la humanidad no pone fin a la guerra, la guerra pondrá fin a la humanidad».