Por: Gualterio Malatesta |
Increíblemente representa una novel forma de asumir la oposición política en nuestro país
Abogado, constitucionalista con énfasis en el tema político, con estudios de postgrado en comunicación y creo que, post doctorada en temas de seguridad y defensa, que se ganó para mí un sitial en el mayor devaneo de nuestra política que yo llamo «guerrerología de nonagésima generación» con publicaciones al respecto, hoy día es la política con mas seguidores reales en la red, aunque los políticos deberían y no es así, tener muchos, muchísimos más seguidores tomando en cuenta que fueron veinte años hablando de política, el Comandante Chávez mostrando, leyendo y comentando la CRBV, bañada en petróleo, muchos cargábamos en nuestros bolsillos una edición muy pequeña del texto fundamental, ¡ay virgen santa! ¡Éramos un país de constitucionalistas de bolsillo!, que luego el Merlín del constitucionalismo criollo bautizó como El kindergarden constitucional en un discurso de una Asamblea Nacional Constituyente que no hizo una constitución, ni la modificó, soló aprobó una ley que algún sector de la doctrina por necesidad llama Ley Constitucional, según ellos una ley que está por encima de la constitución como para que Hans Kelsen y Carl Schmith se revuelquen en sus tumbas el primero por repugnancia y el segundo de regocijo. Basta tener amplios conocimientos de derecho y de filosofía del derecho como quien suscribe y a partir de lo que Herbert Leonel Adolfus Hart descubrió que es «una norma primaria» para darse cuenta que ante «eso» y ante una actitud principista constitucional como la asumida por María Alejndra Díaz Marín la única herramienta argumentativa en contra de esa mujer, era la descalificación personal. En ese discurso está la primera descalificación personal a la doctora Alejandra Díaz Marín, la verdad, ante lo que estábamos viendo sólo cabía eso, la descalificación personal, porque, mire usted, intentar darle razonabilidad jurídica a eso que esa Asamblea Nacional Constituyente aprobó no es tarea facil justificarlo, a eso no se atrevió el Congreso de la República de la III y IV República, donde estaban marxistas, marcianos y marxólogos, ex comandantes y ex combatientes guerrilleros, participantes del 4F y la crema y nata de la intelectualidad de izquierda y en medio de esos totem políticos cuasi religiosos María Alejandra Díaz Marín alzó su voz en contra, tuvo una actitud principista que en definitiva es, lo que políticamente hoy día la distingue de la derecha, ultra derecha y el chavismo y el militarismo en general. Es muy probable que hoy día María Alejandra Díaz esté conciente que estaba actuando y hablando con la constitución y Chávez en el corazón, en una mano El Concepto del Derecho de H. L. Hart y en la otra Teoría de la Justicia de mi maestro John Rawls lo que la hace candidata al Directorio Ampliado del M.L.B.R.
De ahí en adelante se desató la «mariología política» con su ex amigo y camarada a la cabeza, insultos, descalificaciones, argumentos ad hominen, argumentos ad populum y un largo estiercolero político de quinta categoría, pero hay un detalle de resaltante importancia, no la han tocado ni con el pétalo de una rosa, Diosdado Cabello la lengua política mas respetable del chavismo y de la región nor oriental nunca se expresado hacia ella en términos irrespetuosos, chistosos o descalificativos y así muchos otros políticos, ni siquiera ha sido citada a un Consejo Comunal, no sé si la han expulsado o «auto expulsado» del PSUV, los cierto es, que a ella no se le pueden quemar las manos por haberse apropiado del Tesoro Nacional porque nunca administró ni un céntimo y no exhibe riquezas ni bien, ni mal habidas, por eso, lo que queda es la descalificación personal.
María Alejandra Díaz Marín en este país tiene su mucha gente que la sigue, hace suyas sus críticas y razonamientos, pero muy pocos la siguen con apoyo político, entre esos yo, pero por dos razones dustintas, la primera, porque rechazo con renegación de la guerrerología de la nonagesima generación y otras cosas que ella expresa; y, la segunda, porque los que están molestos no se hablan, los que la siguen no la apoyan porque políticamente, hay un estado de cosas aceptadas y donde hay aceptación hay una especie de gozo, así, hay unos cuantos millones de personas que apoyan al gobierno con y por diversidad de razones, justificaciones y argumentos, algunos como para coger palco y en especial por habérselos escuchado a personas que jamás imaginé escuchar expresarse así y ese factor es imoortante.
Además, hay millones de venezolanos emigrados que no sienten, ni se motivan por ahora, ni con cedula nueva a seguir políticamente a nadie a lo que debe agregarse los venezolanos absolutamente refractarios al chavismo que siempre han sido muchos y mas ahora con el estado actual del país, la sociedad y la política, que un día es nacionalista, otro farándulera y bailadora, post modernista.
Se trata de una política que habla y reflexiona sobre la política, es casi un homus políticus en vía de extinción, le habla a la gente sobre la decencia, la moral, la ética política, sobre la dignidad de la gente como obligación de Estado, sobre la calidad de vida, la soberanía política y territorial, sobre sueldos, salarios y pensiones dignas, sobre educación y defensa de la Nación, para mi gusto, muy cercana a lo militar, al parecer no se da cuenta que no es militar, pero bueno, no todo es perfecto, lo que le resta puntos para ingresar al Directorio Ampliado del MLBR que cada día crece y crece a pasos gigantes de tortuga con grilletes sesentónes, además, trabaja en el sentido literal del término, no politiquea para vivir.
María Alejandra Díaz es una voz política que no cuadra con el estado actual de aceptación política y el gozo que ello apareja.