Epa Ruperto,, ¿como está la cosa, sigues de pendejo y desalineado con tus sueños de revolución y con el romanticismo utópico de los bolsas?
¡Coño Ruperto!, déjate de esas vainas, ya Chávez se murió, ponte las pilas y como dicen por ahí, despiertate y déjate de tonterías. ¡Mírame a mí, nojoda Ruperto!, me monté en los patines y ya soy diputado, tengo carro, casa, finca y tú pelando bola y esperando que Chávez vuelva a la vida.
Mira Ruperto, yo te voy a explicar como es la cosa para que dejes de ser pendejo; primero que nada, agarras tu teléfono, te metes en los grupos de whassap y a todo lo que coloquen del gobernador o del alcalde en cuestión, tú le pones una manito y comentas; ¡Viva mi alcalde o Viva mi gobernador, claro, sin dejar de nombrar a Súperman, tú sabes como es la vaina y no le pares si te dicen jalabola, total, es mejor jalar bola en la sombra, que echar escardilla a pleno sol. Eso de la moral no vale nada Ruperto, el billete sí.
¡Coño Ruperto, deja de ser tan pendejo!, haz caso, luego de que des vivas a los jefes y así esa vaina que dicen que hacen sea mentira, te diriges al partido y así te vas metiendo en el guiso poco a poco hasta que ya estés bien montado y después lo demás viene soliiito.
Fíjate en ese poco de muchachos, esos que llaman la juventud de oro de la nueva época y que no saben un carajo de revolución, picos de oro preparados para el discurso sin práctica sí, tú sabes pués, para mantener la cosa activa, la emoción, la vaina, tú me entiendes. Estos hasta hace poco, estaban flaquiiitos, pero hoy se ven flamantes y son jefes de instituciones, están gordos y rebosantes. ¡Nojoda Ruperto!, esos viven gozando un bolón en las playas y discotecas con ropa fina e importada desde los EE.UU, whiskie del más caro y unas camionetotas último modelo, que parecen naves espaciales y tú que le echaste un camión de bolas para lograr la revolución, jodido y más limpio que talón de la bandera. Eso de la igualdad social es pura paja Ruperto, puro discurso. Si te enfermas y vas al hospital, te mueres porque no hay nada, pero si tienes dólares como ellos y ahora como yo, te vas a una clínica privada y te salvas sin importar lo que eso cueste. ¡Despiertate!
No vale Ruperto, ponte las pilas, porque te vas a morir enfermo y de hambre como un pendejo.
Te repito Ruperto, ponte las pilas y no le pares a que otros se hagan ricos, ya que lo importante es, agarrar aunque sea fallo. Si un ministro, un diputado, un gobernador y un alcalde, tienen cuatro quintas, fincas, yates y dólares por montones que ayer no tenían, ¡coño Ruperto!, ese no es problema tuyo, no te metas en ese lío, tu problema debe ser como hacerte rico tú también. ¡Coño despiertate! y dejate de tanta paja, que vas a seguir pelando el pedal y pasando el hambre pareja junto a tu mujer Juanita la lavandera, que por cierto, me enteré que se casaron y tuvieron una niña. ¿y ella, volvió a lavar trapos en las quintas de los ricos después de que Chávez se murió?, porque me habían dicho que estaba trabajando en una de las misiones, pero era muy crítica y la botaron por reclamar las injusticias contra el pueblo. No puede ser Ruperto, tienes que despertar y dejarte de tantas pendejadas, debes hacerte rico y que te sirvan a ti en vez de servirle a los demás. Hazme caso y aprovecha Ruperto, ¿tanta utopía para qué? olvida eso de la revolución, tienes que adaptarte a la nueva época y verás como las cosas cambian para tú bien, en vez de andar como un bolsa por ahí criticando al gobierno, viviendo de los recuerdos y diciendo que Alí Primera tenía razón cuando hablaba en contra del capitalismo y de la burguesía. Aquí lo que vale es tener real Ruperto, dólares pués..¿Imaginate nada más a tu mujer Juanita como una Barbie, bien opereradita, con aquél frente pomposo y las posaderas de fin de mundo, una cartera y un cinturón Gocci, con zapatos y vestidos finos después de la operación, una nariz perfilada y la cara lisita?, eso no se consigue echando escardilla Ruperto. Las cosas cambian Ruperto, cambia tú también y deja de ser pendejo..¿qué revolución un carajo y que ocho cuartos vale? Te lo dice un amigo y por tu bien, la revolución se murió con Chávez y el que no se meta a vivo y logre ser un nuevo burgués, se jodió. No hay que perder el tiempo en pendejadas Ruperto. Ponte las pilas.
Luego de que el diputado Guzmán Falsón, un abnegado «socialista» en el discurso terminara su larga exposición sobre como ser un buen oportunista, Ruperto tan solo atinó a decir tres cosas;
¡Ahh sí, me nació una niña que su piel huele a caramelo!
¡Moral y luces son nuestras primeras necesidades!
¡Patria o muerte!, además, los que mueren por la vida, no pueden llamerse muertos y hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores, pero hay quienes luchan toda la vida. Esos son los imprescindibles.
Ruperto agarró su escardilla, siguió echandole bola a su conuco detrás del rancho, pero no sin antes gritar: ¡¡Lucha y Dignidad!!.
Por: José Luis Ibrahin Esté.