Octavio Beaumont Rodríguez.
«Camarón que se duerme se lo lleva la corriente «, expresión popular de la Cárcel de aquella época.
Joao Santana. Era un joven de nacionalidad portuguesa, que vino desde muy niño con sus padres que eran lusitanos, que llegaron a Venezuela en los años 50, en búsqueda de una mejor vida en el gobierno dictatorial del general Marcos Pérez Jiménez.
En un principio Santana trabajaba con su padre, pero un día no muy lejano fue detenido en compañía de una banda de atracadores por la Policía Técnica Judicial PTJ en la ciudad de Caracas, Venezuela. En total la banda estaba compuesta por 10 atracadores y estafadores.
En realidad Santana no era ningún delincuente, pero como era amigo del jefe de la banda, también debió pagar cárcel por el presunto delito de atraco y robó. Después de haber pasado por la sesión de tortura y el respectivo interrogatorio, fue llevado a la Cárcel Modelo de Los Teques. Estado Miranda.
Calabozo Especial Joao Santana ( quien después fuera un destacado entrenador y promotor de boxeo nacional e internacional) y una vez fue el mánager del campeón mundial.
Vivió en el Calabozo Especial, dónde pagaba diariamente, la astronómica cifra de 100 bolívares, a sus carceleros de la vigilancia civil. En ese lugar vivían los presos comunes llamados buena conducta, dónde tenían un servicio de comida a la plancha, bebidas alcohólicas, asistencia médica odontologíca y cuatro visitas semanales, mientras los otros presos solo recibian dos visitas semanales.
El Gancho quería asesinar a Joao Santana Un día domingo que era de visita para los presos del Calabozo Especial, salió temprano Joao con un reloj en su brazo izquierdo y una chaqueta. Se dirigió al Calabozo 1 dónde vivía mi persona, todos en el lugar se quedaron asombrados por la visita de Santana, y lo saludé e invité a hablar en mi cama de dormir.
Que te pasa portugues? pregunté. Me dijo algo temeroso, tengo miedo, porque el malandro el Gancho de Lídice, me amenazó de muerte. Afirmé recuerda que nosotros somos comunistas, y no defendemos a los empresarios burgueses. Si se eso, pero un amigo paisano de la Candelaria, que lo conoce a ti desde niño me recomendó que hablara con usted, porque me podía salvar de la situación que vivo.
En ese momento se presentó El Gancho, un catire fornido estatura 1 metro 92 centímetros, boxeador amateur y jefe de una banda de atracadores de Lídice. ? Que tal ñangara ? dijo El Gancho. Respondí, aquí nadie se mete con mi amigo Joao, y se tratan de hacerle algo, nos tendremos que batir a cuchillo Buena esa, ahora los comunistas defendiendo a los comerciantes burgueses portugueses.
Volví a responder, no te vamos a permitir que jodas a Santana. Inmediatamente tres camaradas procedieron a desarmar al Gancho quitándole un revólver calibre 38 y una granada tipo piña.
Libertad para el Gancho Llevamos al final del calabozo al Gancho, procediendo a dejarlo en libertad y amenazándolo, que en la próxima oportunidad era hombre muerto.
El Gancho, no parecía atemorizado y grito duro: Esa culebra la tenemos que matar pronto. Hablé con Joao Santana, quien todavía está asustado, pero más tranquilo, le recomendé que hablara con su abogado defensor, para que le tratara de conseguir la libertad, lo más próximo posible, o que lo trasladaran para la letra F Especial de la Cárcel Modelo de Pro Patria. Catia. Caracas Venezuela.
Joao agradeció mis palabras solidarias y se comprometió a donar fondos para las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional FALN de Venezuela. Pensé y manifesté: tranquilo que te garantizamos que nadie se va a meter contigo ni hacerte daño físico.
A la semana el entrenador y promotor de boxeo nacional e internacional, Joao Santana, quedó en libertad, porque en realidad era inocente de los cargos que le formuló el juez penal de su causa.
Recuerdo que pasaron 30 años del aquel evento, hasta que en 1994, estaba con los periodistas deportivos de El Nacional, Néstor Beaumont Rodríguez, Alexis González Mariche
Y se presentó Joao Santana con su hija, que estudiaba Comunicación Social en la Universidad Católica Andrés Bello, y se sentó en una mesa del bar que quedaba frente a la sede del Diario El Nacional, donde estaban Néstor Alexis y mi.persona.
Santana llorando contó a los presentes, que estaba vivo porque Octavio Beaumont Rodríguez, le había salvado la vida en la Cárcel Modelo de Los Teques en 1964. Todos permanecimos en silencio, mientras que Alexis gritó fuertemente: Cantinero Ron o Guisqui para todo el mundo.
De inmediato, se desató un fuerte palo de aguacero. Joao Santana, falleció el 18 de diciembre de 2017 en Caracas, quien se destacó por haber sido manager de los campeones mundiales de boxeo, los venezolanos, David Griman, Eloy Rojas y Lorenzo «Lencho» Parra.