POR JUAN JOSÉ ROMERO SALAZAR
Desde 1999, Venezuela ha venido siendo sistemáticamente agredida con un ataque cruel, ilegal y extraterritorial, apoyado por un relato mediático catastrofista que ha resultado fallido, en cuanto a su aspiración de crear un escenario de ingobernabilidad, que no solo va dirigido contra el ejercicio del poder por las autoridades legítimas, sino que persigue colapsar la disponibilidad de finanzas públicas, e impedir el desarrollo de su industria petrolera, para provocar la caída financiera de la mayor fuente de ingreso del país.
Se trata de una estrategia perversa, propagandizada por los actores de la mediática imperial, para presentar una imagen engañosa del socialismo, al caracterizarlo como un modelo fracasado, en tres países (Cuba, Venezuela y Nicaragua). Pero, más allá de promover la satanización de estos tres países, que luchan por su soberanía y su independencia, la finalidad principal que persiguen los videos con los que han inundado las redes sociales, es “lavarle la cara” a los Estados Unidos, para ocultar su responsabilidad directa en la crisis planetaria, que ha provocado su modelo desarrollista depredador, basado en la lógica de la división internacional del trabajo, que le permite someter a las economías dependientes, para despojarle sus recursos naturales, y obtener las materias primas en condiciones ventajosas, para aumentar la acumulación de capital.
El carácter destructivo de la geopolítica estadounidense
Con la formulación de la Doctrina Monroe en 1823, Estados Unidos asumió abiertamente su ambición imperialista, bajo el engaño de proteger nuestra región de la posible agresión europea en nuestras nacientes Repúblicas. Mas tarde con el Presidente Theodore Roosevelt, a comienzos del siglo XX, el país del norte pretendió convertirse en “policía de Latinoamérica”, amparado en el llamado Corolario Roosevelt, donde ratificó su potestad de intervenir en los asuntos internos de nuestras naciones.
Con la frase “América para los americanos”, formulada por John Quincy Adams hace exactamente doscientos años, Estados Unidos ha pretendido imponer su modelo a través de un sistema mundo, excluyente y desintegrador. En realidad, este es el modelo del anti desarrollo humano, causante de la destrucción del ambiente, responsable de la crisis climática, que además ha agravado las condiciones de vida, provocando una mayor desigualdad social, aumentando los niveles de pobreza y de acceso a una existencia digna al 80% de la población mundial.
Por eso no es de extrañar que las corporaciones que impulsan el llamado metaverso, como una expresión del capitalismo cognitivo (Sierra Caballero, 2016), hayan producido una creciente ideologización del ambiente digital, donde se trata de presentar la lógica del capital como el pensamiento único, más eficaz para arremeter contra el socialismo. Estamos en presencia de la invasión extrema del escenario virtual, en el cual se pretende magnificar un discurso sesgado con el uso de las redes sociales, para ocultar la racionalidad instrumental del sistema capitalista, que está dirigida a legitimar los niveles de riquezas de las élites, que han aumentado la acumulación de capital, con la explotación del trabajo humano para la obtención de plusvalía, con la elevación egoísta de la tasa de ganancia, con la mercantilización del conocimiento, y el saqueo de los recursos naturales.
Es necesario dejar claramente en evidencia, que la narrativa impuesta por Estados Unidos, secundado por sus aliados europeos, pretende legitimar en el tablero internacional el relato de la Colonialidad:
La Colonialidad, es una categoría que alude a la ideología dominante que se despliega en el plano simbólico del imaginario colectivo, para afectar el sentido de identidad que le corresponde a un pueblo. (Romero, 2022, p.4).
Para las élites del poder imperial, esta narrativa tiene un sentido pragmático para mantener las relaciones dominación en el planeta, porque está sustentada en un enfoque geopolítico supremacista, que se proyecta con una matriz mediática desplegada a través de los videos que las corporaciones de la comunicación han posicionado en las redes sociales, para preservar su hegemonía en el espacio digital.
La clave de esa matriz es internalizar como “crisis humanitaria” la situación que viven los pueblos que se atreven a defender su soberanía y su independencia. Violentando la ética científica y la honestidad intelectual, “los tanques pensantes” que participan del diseño de la política imperial, le han tratado de sacar provecho al auge que ha adquirido la crisis migratoria, pero siempre ocultan cuidadosamente que esta crisis tiene como causa principal la agresión que le han infringido los gobiernos hegemónicos a nuestras economías, con las medidas coercitivas unilaterales, para generar el colapso total del aparato productivo, y disminuir al máximo los bienes de consumo masivo, especialmente alimentos y medicinas, lo cual ha acelerado la salida de compatriotas debido al deterioro de sus condiciones materiales.
Pero lo más grave de la estrategia geopolítica de los Estados Unidos, contra Venezuela, es que pretende desaparecer la figura jurídico-política del Estado Nación, para desconocer nuestra autonomía e independencia, y en su lugar posicionar la tesis del Estado Fallido, que le permite justificar las agresiones que ha venido cometiendo, a través de una criminalización de la Revolución Bolivariana, para facilitar una intervención externa. Esto explica la agresión del Gobierno de Obama, con el Decreto 13.692, que declaró a Venezuela una amenaza inusual y extraordinaria. Con este Decreto, la administración del Gobierno norteamericano colocó como válidas todas las opciones de la guerra no convencional contra nuestro país, así como ha ocurrido durante 60 años con Cuba y desde hace 40 años con Nicaragua. En este contexto de agresión histórica contra nuestros pueblos cobra importancia la denuncia del Observatorio Nacional de Medidas Coercitivas Unilaterales:
Ya no solo se trata de la posverdad, hay un diseño para negarle al mundo la verdad de lo que está pasando en Venezuela, para imponer el relato de la brutalidad de las sanciones, la brutalidad de las persecuciones que se está haciendo en contra de los medios de información que no están alineados con los medios del occidente en Europa y Estados Unidos. Esto nos coloca en un escenario peligrosísimo de desinformación, como nunca se había visto en la historia. (ONAMCU, 2022)
La estrategia de la guerra no convencional
La estrategia de guerra no convencional, implantada para provocar la destrucción del Estado; “…es la guerra multiforme, la guerra híbrida. Los gringos le llaman la guerra del amplio espectro, porque no deja ningún aspecto sin tocar, y el último puede ser la opción militar como lo desea Trump” (Castillo 2022, p.28).
Este formato interventor y guerrerista, tiene como fundamento un conjunto combinado de teorías y tácticas que han sido descritas por Sangronis y Angiolillo, para poner al descubierto los mecanismos de la desestabilización, la insurgencia y el hostigamiento, a través del bloqueo general y asedio militar. En el caso venezolano, prácticamente se han aplicado todas las modalidades de injerencia externa, con la complicidad de algunas organizaciones políticas y actores de la oposición, quienes han colaborado con el gobierno norteamericano para operacionalizar en el territorio nacional las distintas teorías y tácticas que se describen en el siguiente esquema:
Dentro de ese marco, esta agresión imperial produjo la interrupción de las relaciones comerciales con Estados Unidos que, a partir del año 2019 dejó de comprar petróleo venezolano, y ese mismo año, con la complicidad de un “supuesto gobierno interino” encabezado ficticiamente por Juan Guaidó, se robaron la empresa Citgo, empresa petrolera que es una propiedad pública estatal de nuestro país, en Estados Unidos.
Esto condujo a la caída brutal de ingreso petrolero, tal como se muestra en el siguiente gráfico:
La derrota de la prepotencia imperial
La acción belicista del gobierno norteamericano, se ha combinado con una estrategia de guerra económica, para escamotear el aparato productivo nacional, e impedir las operaciones y la comercialización internacional. Con ello se provocó una hiperinflación, al lograr manipular salvajemente nuestro signo monetario. Esta manipulación monetaria consistió en sacar del país grandes cantidades de billetes hacia la frontera con Colombia y Brasil, también se extrajeron billetes que aparecieron en algunos países de Europa, pues la estrategia fue orientada a dejar al país sin su signo monetario.
Posteriormente, Donald Trump aceleró la agresión contra Venezuela, permitiendo que se organizara desde Estados Unidos un ataque militar con mercenarios, que fue derrotada por nuestros patriotas en la costa venezolana. Recientemente este expresidente norteamericano ha vertido su odio antivenezolano con una descarada declaración, que demuestran su intencionalidad golpista contra nuestro país, al señalar: “Cuando me fui, Venezuela estaba lista para colapsar. La habríamos tomado, hubiésemos conseguido todo es petróleo” (Trump, 2023).
La resistencia del Pueblo como valor supremo de la Revolución
El nivel acelerado de inflación, produjo una drástica caída del poder adquisitivo del venezolano, pues la intencionalidad de esta agresión económica era que la pérdida del salario precarizara el nivel de vida, con lo que los traidores de la Patria esperaban que el pueblo traicionara el proceso político y se uniera a la conspiración y participara en un golpe de Estado. Por supuesto, como siempre, fracasaron en el intento conspirador contra su propio país.
Es necesario destacar la valentía del Pueblo de Venezuela, que ha sido el protagonista en la derrota que nuestro país le ha propinado al bloqueo imperial. Con su nivel de resistencia, nuestros compatriotas han mantenido su dignidad por encima de todo, y se han desenmascarado las mentiras que pretenden incrementar el estrés colectivo y crear desmoralización en la población más vulnerable. El Pueblo ha permanecido al lado del Gobierno Bolivariano, y se ha organizado para contribuir a aumentar la producción de alimentos con los sectores que están dispuestos a trabajar para recuperar la economía del país. También es necesario resaltar el prestigio que ha logrado conservar nuestro país en sus relaciones de intercambio y complementariedad con Rusia, China, Cuba, Nicaragua, Turquía e Irán, que son países soberanos que no obedecen ninguna directriz de los Estados Unidos.
Hoy se reconoce que existen limitaciones para el abastecimiento de algunos alimentos y medicinas, también se presentan problemas con el abastecimiento de la gasolina para la movilidad en el territorio. Igualmente, se mantiene las insuficiencias en la política salarial. Pero el pueblo en general está claro que la Revolución Bolivariana ha sido víctima de un ataque externo, que ha provocado el desequilibrio de la base material de la sociedad.
Sin embargo, la arremetida imperial, no ha logrado cambiar la conciencia solidaria de nuestro pueblo, que rechaza ese discurso escatológico y catastrofista de la guerra. En su lugar cada día se promueve la paz con más fuerza. La resistencia del pueblo venezolano, permitió que en el 2020 se aprobara la Ley Antibloqueo que persigue impulsar los siguientes objetivos:
1. Mejorar el ingreso familiar.
- Mejorar el programa de inclusión Social para las mujeres niñas y niños para los ancianos para las personas con discapacidad para los pobres de los pobres que si lo hay en Venezuela. Más de un millón de venezolanos todavía están viviendo lo que Amartya Sen llamó “pobres entre los pobres”.
- Mejorar los servicios públicos. Agua, electricidad, gas, transporte. Porque sin servicios públicos tampoco vamos a tener una economía sustentable.
(Castillo, 2022, p.28).
A manera de conclusión
Para finalizar esta reflexión, hay que destacar que la estrategia mediática de la narrativa hegemónica contra el socialismo, ha fracasado porque pretende instrumentalizar el ambiente digital, para convertir la realidad virtual en mecanismo de alienación de la conciencia social. Pero afortunadamente la Revolución Bolivariana, ha contado con la potencia moral para derrotar la manipulación discursiva de la “crisis humanitaria”, con la que se ha pretendido proyectar una imagen exageradamente deplorable de Venezuela, que además de ser falsa, resulta denigrante, para cualquier patriota que se respete y defienda el legado de nuestro Libertador Simón Bolívar, sobre la dignidad de la Patria Grande.
Referencias bibliográficas:
CASTILLO William (2022): Armas de la guerra ideológica. La resistencia en la comunicación: La lucha por la verdad en tiempos de crisis, Chávez nos convoca. Serie Cuadernillos de Formación Sociopolítica. Número 26. marzo 2022.Ediciones CPAZ. Quito.
ONAMCU (2022): Observatorio Nacional de Medidas Coercitivas Unilaterales. República Bolivariana de Venezuela. Observatorio. gob.ve
ROMERO S, Juan José (2022): Colonialidad. Serie Cuadernillos de Formación Sociopolítica. Número 17. Octubre 2021. Ediciones CPAZ. Quito.
SANGRONIS GODOY, A / ANGIOLILLO FERNÁNDEZ, P (2020): Intervención y Guerra Integral (Primera Aproximación Teórica). Acercándonos Ediciones. Buenos Aires.
SIERRA CABALLERO, Francisco. (2016): Capitalismo Cognitivo e Industrias Culturales. Una lectura crítica desde el Sur. Ediciones CIESPAL. Quito.
TELESUR (2023): Rechazo a las declaraciones de Donald Trump. Disponible en: https://www.telesurtv.net/news/venezuela-presidente-maduro-rechaza-declaraciones-trump-20230612-0038.html