Oyendo los discursos del diputado Presidente J. Rodríguez Gómez en la Asamblea Nacional, parece que nuestros políticos o, no conocen nuestras leyes o, gustan de un lenguaje difuso que inflama galerías y receptores electrónicos pero no colocan en el centro de la acción del Estado la defensa de sus Magistrados y, lo que es sagrado: nuestras más preciadas conquistas: la Independencia de la República y la de Soberanía de la Nación.
Hemos sido descarada, continua e impunemente agredidos mediante acciones diplomáticas, políticas, financieras, de inteligencia y armadas por Estados extranjeros, a través de sus funcionarios y personas y grupos paraestatales de esos países, de otros países y de nuestro propio país, y sus autores, que se mofan públicamente de sus conductas delictiva contra Venezuela, sus magistrados y su población. muy poco se hace para enfrentarlos con la ley nacional y la Ley Internacional.
Estos delincuentes internacionales son, principalmente, George W. Bush, Barack Hussein Obama, Donald Trump y Joshep Biden, presidentes de Estados Unidos, quienes a través de sus Secretarios de Justicia – que a la vez son Fiscal General de ese país – han calificado de criminales a nuestro presidente Nicolás Maduro Moros y la mayoría de sus Ministros, Miembros del TSJ, el Alto Mando Militar, gobernadores, presidentes de Institutos y otras personalidades, quienes hoy se encuentran sub-judice en Cortes Federales de EEUU, limitados en su desplazamientos fuera de Venezuela por el Código Rojo de Interpol y, lo que es aún más grave, con la difamante acusación de narcotraficantes, lavadores de dólares, financiadores del terrorismo y hasta de Trata de Blanca, sin que hasta el momento, en ejercicio del Principio de Reciprocidad vigente en las relaciones entre los Estados, la Fiscalía General de la República Bolivariana de Venezuela, en la persona de su titular el Abogado Magister Sciencie, Tareck Willians Saad, se haya iniciado – que se sepa – acción judicial alguna contra tales personas, dirigidas a investigar, calificar y presentar ante la autoridad judicial competente, acción judicial por los actos presuntamente constitutivos de delitos según nuestra legislación punitiva vigente y los instrumentos internacionales válidamente suscritos por la República, en contra de los Altos funcionarios venezolanos afectados y en defensa misma de los intereses,
la Seguridad y la Dignidad de la Nación Venezolana .
Es común por repetitivo y sin consecuencias efectivas, en el discurso oficial, declarar BASTA!, ante las tropelías de las potencias imperialistas y colonialistas contra la República Bolivariana de Venezuela, sus gobernantes y su pueblo pero, más allá de las palabras, no se conocen acciones concretas del mismo sentido y efectos de las de los agresores, terminando tal declaración en una palabra inocua, inservible y demagógica y sin valor político que los gobernados no toman en serio.
Pero lo peor, es que está agresion política injustificada de Estados extranjeros que difama, calumnia y agrede a la Nación Venezolana tienen, en los Hechos, una contestación en diálogos, negociaciones y acuerdos favorables y hasta muy lucrativos para los agresores que incluyen la aceptación de la intervención en los asuntos politicoelectorales internos del país (los diálogos con la oposición de Oslo, Barbados y México), la entrega de ventajas ilegítimas en el negocio petrolero (CHEVRON) y, hasta la engañosa y estafadora liberación de parte del dinero ilegalmente incautado en bancos extranjeros con el fin de atender la emergencia sanitaria del CIVID19, en las cuales se les hicieron importantes concesiones a los apadrinados opositores internos pero que, EEUU, no cumplió con su oferta de entrega una parte de nuestro dinero de la empresa CITGO.
Ha llegado el momento de romper esa conducta timorata y defensivista frente al enemigo imperialista y sus gobiernos satélites de la Unión Europea, Canadá, Japón y Australia y recuperar en nuestra política exterior el gesto de la Dignidad Nacional del doctor Ignacio Luis Arcaya, Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno del sátrapa Rómulo Betancourt quien, contrariando la posicion de su gobierno y levantando la dignidad de la Nación Venezolana, se negó a votar en contra de la naciente República Socialista de Cuba en el seno de la Organización de Estados Americanos, OEA, y comenzar a construir un blindaje político, diplomático y de seguridad que enfrente radicalmente – como lo han hecho la Cuba de Fidel, la Nicaragua Sandinista y la Venezuela de Bolivar y Chavez en su momento – desarrollando una nueva actitud politica – no solo en el discurso – que imponga el respeto a nuestra digna Nación, que responda con firmeza a las agresiones extranjeras, fortaleciendo, sin duda ni recelo alguno, los vínculos políticos diplomaticos y de seguridad con nuestros aliados estrategicos, socios y amigos del mundo, convencidos que la razón y el Derecho están de nuestra parte y tenemos fuerzas internas y externas para disuadir, neutralizar, enfrentar y derrotar tal agresión a la Patria, como lo hizo Bolívar y su Ejército Libertador en Carabobo, Boyacá, Pichancha, Junín, Bombona y Ayacucho de al perverso imperio de la monarquía criminal de Los Borbones.
Estás son horas nacionales y mundiales de definiciones y posiciones firmes y valientes. A Venezuela se respetara si se hace respetar y, en ello, todo el servicio exterior y la dirección política y diplomática del gobierno del Presidente Nicolás Maduro Moros y los otros organos de los Poderes Publicos de la República, deben unificarse y colaborar para la defensa integral de la Nación, conforme lo dispuesto en los artículos 7, 130, 136, 156 (1) y 236 (4) de la vigente Constitucion de la República Bolivariana de Venezuela.
YOEL PEREZ MARCANO