Creatividad para la tortura
15/08/2023.- En el año 1976 se construyó un barco de alojamiento. Este tipo de botes suele utilizarse en la industria turística hotelera para ofrecer una experiencia de descanso sobre el agua; sin embargo, el barco al que nos referimos –con una historia difícil de rastrear– se utilizó como asilo para personas sin hogar a inicios de los años 90 en Alemania. Años después se usó en los Países Bajos con el mismo fin, pero la mala fama le seguía a todas partes. Las condiciones de vida eran precarias y más que asilo, este fungía como prisión.
En su histórico también se cuenta con haber servido de vivienda temporal para trabajadores de una planta de gas en Escocia a inicios de los dos mil y, por supuesto, las quejas no se hicieron esperar. Hasta amenazas de bomba hubo. La nefasta embarcación no era sino un cubo gigantesco con escasas ventanas diseñado para encerrar gente, uno de esos diseños del ser humano que carecen absolutamente de algún sentido de la belleza; una caja horrible y flotante que, rebautizada como el Bibby Stockholm, utiliza hoy el Gobierno del Reino Unido como «alojamiento» para solicitantes de asilo en sus costas, por la zona del canal de la Mancha, a la que se acercan miles de personas en busca de un futuro mejor.
El Bibby, cuya naviera propietaria (la Bibby Lane) es acusada de tener nexos con el tráfico de esclavos, fue documentado por un periodista holandés de incógnito, quien lo señaló como un lugar de maltrato, mientras que diversas organizaciones europeas lo calificaron como un “entorno opresivo” y “trampa mortal”. Semejante y nefasto objeto ha sido seleccionado por Gran Bretaña como la mejor opción para “ahorrar dinero de los contribuyentes” que se gastan en alojar a personas en situación de asilo, un “problema” cada vez más angustioso no solo para los británicos, sino para toda Europa, cuya creatividad para “atender” el problema sorprende únicamente por su falta de humanidad.
Barcos-cárceles, muros electrificados y prácticas de dispersión de náufragos son la respuesta europea al problema de la migración africana y medio oriental causada por ellos mismos al destruir sus países de origen con guerras, colonialismo, robo histórico de recursos y pare usted de contar. Ciertamente somos todos testigos de una gran vergüenza mundial, pues sigue pareciendo más digno de atención e interés el Titanic, hundido hace más de cien años, que embarcaciones como el Bibby Stockholm que sigue a flote y que usan Gobiernos para hacinar seres humanos considerados de segunda y tercera clase.
Mariel Carrillo García