Guatemala es noticia en estos días por oscuros sucesos poco democráticos que buscan obturar la voluntad popular en comicios que los veedores internacionales calificaron como limpios y dejaron en la segunda vuelta electoral al partido Semilla, cuyo candidato presidencial es Bernardo Arévalo, hijo de Juan José Arévalo, el presidente que en 1944 osó tomar medidas en favor de los desfavorecidos del país y fue calificado por eso de comunista. Bernardo Arévalo tiene la chance terminar con más de cuarenta años de gobiernos liberales y corruptos. Y eso parece imperdonable para los poderosos. Pero también debiera ser noticia por la prisión injusta que padece el comandante César Montes.
Por Maynor Berganza, académico de la Universidad de San Carlos de Guatemala
Es lamentable que pocos guatemaltecos conozcan el caso del comandante César Montes. La infamia del tribunal sentenciador no tiene comparación. La Fiscalía solicitó cincuenta años de prisión y los jueces del tribunal le impusieron una pena CUATRO veces mayor, 175 años, a pesar de haber probado que estaba en otro lugar. Se pudo establecer que en el lugar de los hechos imputados no hay señal de celular, por lo tanto, era imposible que coordinase alguna acción.
Otro aspecto toral es que el arribo de los militares fallecidos no fue algo que alguien supiera, fue una incursión repentina. Por lo mismo no puede afirmarse categóricamente que haya habido una planificación.
Por su avanzada edad, la pena por leve que hubiere sido, es grave para sus expectativas de vida.
Sin lugar a dudas, el tribunal sentenciador forma parte de un Estado que es expresión de la alianza de los más rancios intereses de la oligarquía parasitaria fascistoide, mezcladas con el crímen organizado, la llamada alta delincuencia de cuello blanco asentada en la corrupción.
Una revisión del caso con jueces imparciales sin duda revertiría esa infame condena, pero es mucho pedir a este sistema podrido.
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* Caso judicial de César Montes:
El 3 de septiembre de 2019 se produjo una incursión inesperada de hombres armados y enmascarados que decían ser del ejército guatemalteco en la aldea quekchi Semuy al norte de Guatemala. La población indígena acostumbrada a los atropellos con robos y violaciones, se defendió de los nueve atacantes: tres murieron, tres fueron heridos y tres huyeron. Eran soldados del ejército guatemalteco en busca de cargamentos con drogas. Nunca queda claro si buscan confiscarlo o robarlo.
De ese enfrentamiento fue responsabilizado César Montes, creador y dirigente de la Fundación Turcios Lima que apoya a campesinos en esa zona. Durante el juicio entre 2020 y 2021 se pudo demostrar que Montes no estuvo en el lugar ese día ni dio la orden de actuar a los campesinos que sólo buscaban defenderse de una agresión desconocida.
Nada de eso fue tomando en cuenta por la fiscalía ni por los jueces que condenaron a Montes a 175 años de cárcel y a otros ocho campesinos a penas inferiores, aunque similares. Ahora, en junio de 2023, la justicia aceptó revisar la condena. Pero César Montes y los campesinos siguen purgando prisión.
César Montes es maestro de escuela, tiene 83 años y fue fundador en los años sesenta de la guerrilla en Guatemala.