Luchar contra las manifestaciones del oportunismo dentro de las filas revolucionarias es un deber de todo consecuente marxista leninista. Esto a su vez exige la mayor claridad política ideológica de cada uno de los militantes marxistas leninistas para entender y precisar con acierto el carácter de este fenómeno que en ocasiones va generando en las filas revolucionarias las condiciones para que vaya creciendo la descomposición orgánica, la desconfianza y la dispersión lo que puede llegar a convertirse en una brecha que puede alcanzar grandes dimensiones en la dinámica de una organización.
Podemos decir que en parte el oportunismo se sustenta del pragmatismo, el cual se caracteriza por el evidente descuido y menosprecio de la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, inclinando la balanza de manera desmedida por este último.
Stalin en su obra “Sobre Algunas Cuestiones de la Historia del Bolchevismo” (Carta a la redacción de la revista Proletárskaia Revolutsia) expresa lo siguiente: *“Todo el mundo sabe que el leninismo nació, creció y se fortaleció en lucha implacable contra el oportunismo de toda laya”*. Deja aquí Stalin muy en claro la importancia que contiene la lucha consecuente contra el oportunismo, al concluir que el crecimiento y fortalecimiento de la organización leninista proviene de una lucha frontal contra este fenómeno que además contribuye a sembrar la duda en las filas revolucionarias.
La duda en las filas revolucionarias va a contribuir con el hecho de que las acciones revolucionarias estén desprovistas del necesario ímpetu revolucionario que se requiere para alcanzar pequeñas, medianas y grandes victorias.
El combate contra el oportunismo en las filas revolucionarias, en general, y del partido del proletariado en particular, es un combate por el fortalecimiento orgánico, por estructuras capaces de llevar a cabo un control y seguimiento de las tareas, velando que estas se cumplan en el marco de los parámetros que regulan las normas de funcionamiento de una organización revolucionaria que en su desarrollo busca fortalecer y consolidar un cuerpo revolucionario capaz de enfrentar las técnicas y recursos más sofisticados del enemigo capitalista. Esto se expresa a su vez en la elevación de los niveles de compresión teórica y práctica de los militantes sobre las tareas que deben desarrollar en el marco de una adecuada orientación política que es producto de una lectura acertada de la realidad concreta, tomando en cuenta el contexto en el cual se desarrolla.
El oportunismo es un fenómeno que entre sus características está supeditar incluso lo estratégico, a los intereses dictados por la realidad inmediata, desatendiendo los principios, llegando incluso a conclusiones basadas en hechos y situaciones particulares que pretende convertir en elementos generales, cayendo así en un engaño que va a perjudicar al movimiento de las fuerzas proletarias.
El oportunismo de izquierda y de derecha son fenómenos que deben ser enfrentados a la medida que exigen las circunstancias dictadas por la realidad concreta. Enfrentar al oportunismo exige identificar sus rasgos tanto de derecha como de izquierda, podemos decir que en lo general no se puede combatir con éxito las posiciones oportunistas en el seno del movimiento revolucionario recurriendo a acciones y actitudes oportunistas, las cuales se centran en lograr objetivos inmediatos mientras reniegan u “olvidan” los principios del marxismo leninismo sobre la lucha revolucionaria, convirtiendo este comportamiento en sistemático y recurrente.
En la realidad concreta de hoy, la lucha contra el revisionismo y el oportunismo toma una particular importancia a la hora de determinar las orientaciones que han de guiar a los pueblos en general y al proletariado en particular en su lucha contra el capitalismo en su fase imperialista.
Es útil recordar algunas orientaciones de Stalin, expuestas en Fundamentos del leninismo, en el segundo capítulo, en el cual caracteriza las exigencias del método leninista. En este sentido podemos destacar la orientación a vigilar la relación dialéctica entre la teoría y la práctica, mantener la relación entre estos elementos, garantizar su unidad.
Refiriéndose a los partidos de la segunda internacional, Stalin expresaba que había que comprobar su política no por sus consignas y sus resoluciones, sino por sus hechos. Esta orientación bien sirve para la realidad de hoy y la reivindicamos como elemento a orientar la vigilancia revolucionaria en las filas de los partidos proletarios, lo que los fortalece en la lucha contra el oportunismo y revisionismo.
La batalla en el campo político e ideológico plantea grandes retos con el legado del marxismo leninismo, hemos de librarla siempre en favor de los centrales intereses de la causa Proletariado.