Nuestramérica. En agosto se vota en Ecuador y Guatemala: dramas, paradojas y el reino de la incertidumbre

Por: César Verduga Vélez, Resumen Latinoamericano, 3 de agosto de 2023.

El 20 de Agosto se celebra la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Ecuador y la segunda de las de Guatemala. En Ecuador se elegirá un presidente o presidenta y se renovará la Asamblea Nacional. En Guatemala el Parlamento ya fue electo en la primera vuelta y sólo se definirá la presidencia.

Ecuador tiene cerca de 260.000 kilómetros cuadrados de territorio y alrededor de 17, 8 millones de habitantes. Guatemala tiene  cerca de 110.000 kilómetros cuadrados de extensión territorial y alrededor de 17,1 millones de habitantes.

Ambos países comparten una historia de drama y paradoja, como el título del pionero ensayo del diplomático y escritor ecuatoriano Leopoldo Benítez Vinueza, quien fue el primer ecuatoriano que presidió la Asamblea General de Naciones Unidas.

En Guatemala hace ya 75 años que los temas de inseguridad, corrupción e impunidad son dominantes en la agenda pública. En el Ecuador ese drama ha copado las más de dos décadas del siglo XXI. El clima social previo a las elecciones es diferente en estas dos realidades. En Ecuador las encuestas parecen reflejar una apatía desesperanzada hacia las elecciones, según lo consigna un estudio de la empresa Cedatos del 20 de Julio, en el cual la mayoría de los encuestados no saben aún que se celebran elecciones generales en la fecha prevista y también la mayoría declara no tener decidido su voto.

Eso es comprensible porque Ecuador vive uno de los peores momentos de su historia, marcado por la violencia  en las calles y cárceles y  con el hito del asesinato del alcalde del segundo puerto en importancia en el país, Manta. En tales condiciones, y sin reactivación económica, la mitad de la población que vive en la pobreza y extrema pobreza tiene en su cabeza predominantemente los temas de sobrevivir económica y físicamente, como lo enseñan las ciencias sociales.

En Guatemala ocurrió algo semejante en la primera vuelta en la que los votos nulos y blancos fueron los ganadores en silenciosa protesta contra el Pacto de Corruptos que domina el país desde 1954. Más la inesperada irrupción electoral de Semilla, liderada por Bernardo Arévalo ha cambiado el ánimo social y ha engendrado una expectativa esperanzada que se refleja en los masivos eventos de campaña.

Bernardo Arévalo: la sorpresa en la primera vuelta de las elecciones en Guatemala.
Foto: Movimiento Semilla political party / AFP

En Ecuador, donde se publican encuestas autorizadas por el CNE, al día 26 de Julio, los ejercicios estadísticos publicados mostraban fluctuaciones impresionantes entre las  empresas encuestadoras. Sobre el universo de menos del 50% de personas que tenían candidato de su preferencia, la candidata Luisa Gonzáles encabezaba con guarismos que fluctuaban entre el 40% y el 26 % con todos los porcentajes intermedios, según la casa encuestadora autorizada y consultada. Otto Sonneholzner aparecía segundo con porcentajes que fluctuaban entre el 19,4% y el 11%. Yaku Perez fluctuaba entre el 13,6% y el 6,5%. Fernando Villavicencio tenía una fluctuación entre el 17,1% y el 7,6%. Xavier Hervas fluctuaba entre el 10,1% y el 2,3 %. Y el candidato Jean Topic exhibía fluctuaciones estadísticas entre el 3,8% y el 13%.

Cuando el único factor que provoca las fluctuaciones es la empresa encuestadora y el país y el día de la encuesta son Ecuador al 26 de Julio del 2023, la  observación plausible es que la decena de encuestadoras autorizadas tienen lentes distintos para mirar la misma realidad. Y la conclusión razonable es que la incertidumbre es la gran ganadora todavía en las próximas elecciones ecuatorianas.

Ecuador y Guatemala, con ánimo social distinto, comparten los temas analizados por Benítez Vinueza en su ensayo. Ambas patrias latinoamericanas elegirán autoridades estatales para administrar un territorio y una población con multiplicidad regional, social y étnica. Y ambos pueblos aspiran a un cambio para generar un futuro sin corrupción e impunidad.

FUENTE: Tiempo Argentino