TODOS ESTUVIMOS ALLÍ

En aquel momento de la historia todos estuvimos allí, pero como pudo ser, si son tres generaciones con diferentes edades, muy sencillo, cinco décadas que en hechos intercalados, nos llevaron a vincularnos de una u otra forma a las luchas de un pueblo, por cierto un pueblo que fue más que todo espectador, de una serie de acciones de la vanguardia entusiasta y decidida, a producir los cambios anhelados y necesarios para avanzar en la construcción de un mundo nuevo, ideales inspiradores
de la lucha revolucionaria, que marco esas cinco décadas, dónde tres generaciones de venezolanos, enrrumbarian sus vidas, para tomar el cielo por asalto, objetivo grandioso que llenó el camino de mártires, héroes y desechos de guerra, que hoy debemos cuantificar y producir un balance objetivo, de las dimensiones y alcances que tuvieron esos sucesos, que debemos llamar la guerra revolucionaria de los años 60, 70 y 80, no así los 90 del Siglo pasado, porque ya para esa fecha, el repliegue fue evidente y el escenario fue otro con la insurgencia militar, con muy poca participación de civiles armados, para tales movimientos, hay sobradas razones para que así ocurriera, ello no significa, que no tenga importancia, solamente implica lo que todos sabemos, que para los años 90, la derrota era un hecho, el escepticismo de los cuadros revolucionarios, era notable y a decir verdad, muchos de nosotros nos tocó vivir un cuadro de desolación y apatía en la continuación de la lucha, por vías armadas y violentas, en cabio fue necesario sobrevivir, con las experiencias de la guerra revolucionaria, cuestión que no tiene discusión en nuestro mundo, porque no hay razón para arrepentirnos, desde el punto de vista ético y moral, ya que esa moral burguesa y esa ética del capitalismo, no cabe en nuestra ideología, porque nuestra condición de insurgentes, no va en congruencia con esos valores de la sociedad explotadora, a la que siempre combatimos y seguiremos combatiendo, en cualquier circunstancia y en cualquier terreno, porque nosotros los revolucionarios no somos de un día, somos toda la vida, y estaremos allí donde el compromiso nos reclame nuestra presencia, ya que está lucha es, hasta vencer o morir, y nosotros venceremos.


El porque decimos que todos estuvimos allí, he aquí la explicación, en la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, muchos de nosotros eramos niños, otros adolecentes y muy pocos ya mayores de edad, aunque algunos, ya no nos acompañan en este mundo, en esa época nuestra vanguardia desafió al poder militar y su política dictatorial, la presión política y la resistencia civici-militar, permitió la salida del dictador, muchos de los nuestros estuvieron allí, viene un nuevo panorama político, y desde Nueva York, se engendra un nefasto plan político, que se llamó el Pacto de Punto Fijo, eso significó la frustración de las esperanzas patrioticas en crear un modelo político soberano, incluyente y libertario, por supuesto, no se hizo esperar la reacción de los sectores nacionalistas, patrióticos y revolucionarios venezolanos, ante esa política entreguista y represiva del gobierno de Rómulo Betancourt, dando origen a la insurgencia del PCV y el MIR, partidos que asumieron como vanguardia la dirección de la guerra revolucionaria, de los años 60 y 70 del siglo pasado, que luego continúa el PRV-FALN, BR, en parte la OR y el Grupo Punto Cero, para la década de los ochenta, ya los movimientos armados, tienen una presencia de baja intensidad, con brotes de pequeños núcleos armados, sin una clara orientación política y realizando operaciones de carácter finacieras y de efectos subversivos, así llegamos a los 90, sin una presencia orgánica y manifiesta, que indicaba un repliegue tácito y sobrentendido, que evidenció un escepticismo de los revolucionarios, en presentar batalla y menos aún en alianza con ese ejército, al cual habían combatido y que todavía quedaban viejas heridas, del reciente pasado de guerra, situación fácil de entender, sin embargo algunos de nosotros sentimos la necesidad de acompañar ese nuevo planteamiento a sabiendas, que no había un programa bien definido, pero siempre nos acompañó un ideal de cambio revolucionario, sin dejar de tener la suspicacia hacia donde iría ese torbellino insurreccional, con la esperanza de llegar a encaminarlo por una verdadera revolución socialista.


Pero eso sí, todos estuvimos allí, como actores o como espectadores, pero todos somos revolucionarios, no hay razón para que nadie nos excluya, ya que siempre estaremos en la línea revolucionaria, como debe ser.
Para la felicidad de los combatientes, activistas politicos y retaguardia de la Guerra Revolucionaria por la Liberación Nacional y el Socialismo en los años 60, 70, 80 y 90 del Siglo XX en Venezuela.
HASTA LA VICTORIA SIEMPRE VENCEREMOS

RAMÓN CARO.