Xin chào | Cincuenta y cuatro años de Woodstock

Mi vida es solo importante si puedo ayudar a muchos; si mi vida es para mí y mi seguridad, entonces no la quiero. Mi vida es para la gente, esa es mi filosofía.

Bob Marley

04/08/2023.- La década de los años sesenta del siglo pasado aguardaba momentos convulsos en la vida política de Estados Unidos, al ritmo del rock and roll y en la voz de grandes figuras, encabezadas por el inglés John Lennon con su «Dale un chance a la paz«. Y es que así ha sido la historia de un país cuyos gobernantes se consideran inspirados por un supuesto destino manifiesto, de tal manera que fueron extendiendo su territorio, armados con rifles Winchester y revólveres Colt 45 para desaparecer a los pueblos originarios y luego asaltar predios mexicanos, como Texas, California, Nevada, Utah y gran parte de Colorado, Nuevo México y Arizona.

Con los músculos inflados, Estados Unidos fue sumando territorios extranjeros, esta vez con los equipos militares más sofisticados del momento, como los superbombarderos B-52, penetrando tentáculos en territorios con olor a oro negro, desde el Medio Oriente hasta las profundidades del lejano sur, donde se encontraron con rocas difíciles de perforar. La gran sorpresa fue un diminuto país de tan solo 331.690 km², pero habitado por un pueblo que venía de arrodillar al bien armado Imperio francés en las alturas de Điện Biên, al noroeste de Vietnam.

El ambiente político en los años sesenta, en lo que EE. UU. llamaba su patio trasero, no le era nada alentador, porque las dictaduras militares y las falsas democracias, que había auspiciado en la Abya Yala para apoderarse de las riquezas naturales, comenzaron a caer como piezas de dominó, desde la Patagonia hasta el Río Grande. Destacaba Cuba, donde el dictador proyanqui Fulgencio Batista fue derrotado por la guerrilla de los barbudos, liderada por Fidel Castro, su hermano Raúl, el Che Guevara y Camilo Cienfuegos.

Venezuela no era poca cosa, porque el Partido Comunista (PCV), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y otros grupos de izquierda se habían alzado en armas contra el gobierno entreguista y represivo de Rómulo Betancourt, inspirados en los sucesos de La Habana y Vietnam, donde había quedado demostrado que un pueblo unido y armado de conciencia podía vencer a cualquier potencia mundial, como afirmara Hồ Chí Minh en una oportunidad.

La batalla de Woodstock

Durante la década de los sesenta, ante ese desalentador panorama internacional, los gobiernos de Lyndon Johnson y Richard Nixon debieron enfrentar numerosas manifestaciones estudiantiles en las principales universidades estadounidenses. Estas contaron con el apoyo de grandes figuras defensoras de los derechos humanos como Martin Luther King, quien fuera asesinado el 4 de abril de 1968; Malcolm X, igualmente tiroteado el 21 de febrero de 1965; el famoso campeón mundial de peso pesado Muhammad Ali, encarcelado por negarse a combatir en Vietnam; Angela Davis; Jane Fonda y la cantante surafricana Miriam Makeba, entre otras celebridades.

La carga de ese poder joven se vio magnificada por grandes artistas de rock. Además de Lennon, estuvo el canto rebelde de Bob Dylan, Jimi Hendrix, Joe Cocker, Carlos Santana, Janis Joplin, Joan Báez, Johnny Winter y el famoso cantante jamaiquino Bob Marley. Este estaba en la mira de la CIA, al ser considerado uno de los principales líderes de las protestas contra la guerra y por la paz, por lo cual fue asesinado por la tristemente agencia de inteligencia del gobierno, autora de numerosos atentados en todo el mundo.

El mayor golpe del movimiento protestatario de los sesenta a la política militarista de la Casa Blanca fue el concierto de Woodstock, que tuvo lugar en una granja del condado Sullivan, Nueva York, entre el 15 y el 18 de agosto de 1969, con la asistencia aproximada de medio millón de personas. Marcó un hito en las históricas protestas de las universidades, como respuesta en todo Estados Unidos a los ataques militares sobre pueblos de la península indochina del sureste asiático.

Fue en verdad una contundente reprimenda a la política belicista del gobierno de Lyndon B. Johnson, quien ese mismo año se vio obligado a renunciar a la candidatura de cara a la reelección, debido a los reveses sufridos por las tropas estadounidenses, sobre todo durante la ofensiva del Tet, que lanzó el Frente de Liberación Nacional del Sur, de Vietnam en enero de 1968.

De esa forma, Nixon había quedado con el camino despejado para las siguientes presidenciales. Sin embargo, el nuevo gobierno fue sacudido por una fuerte derrota en Hanói, en la propia capital vietnamita, en 1972, que lo obligó a retirar las tropas estadounidenses de aquel territorio. Meses más tarde se produjo el escándalo Watergate, cuando agentes secretos del gobierno fueron sorprendidos espiando la sede del Partido Demócrata, lo cual forzó la renuncia de Nixon.

Confesiones de un espía

Recientemente, el agente de la CIA Bill Oxley, quien se encuentra internado en el hospital Mercy de Maine (EE. UU.) debido a un cáncer, dio a conocer que él le causó la muerte al cantante jamaiquino de reggae Bob Marley.

La ironía del hecho es que Oxley, quien vive sus últimos días a causa de la fatal enfermedad, confesó haberle inoculado un virus cancerígeno a Marley, quien a la postre falleció en el hospital Memorial Jackson de Miami, Florida, el 11 de mayo de 1981.

Relató Oxley que la unidad a la cual perteneció en la CIA había tiroteado a Marley en su casa de Kingston, la capital de Jamaica, pero no lograron eliminarlo, por lo cual insistieron con un segundo intento. Visitaron al cantante en las Montañas Azules, lugar donde el artista ensayaba de cara a su próximo concierto. El agente Oxley, hoy de 79 años de edad, confiesa que se presentó como periodista de un conocido diario neoyorquino, para hacerle unas fotos y obsequiarle unos zapatos deportivos a Marley, quien al probárselos sintió un pinchazo. Eso le indicó a Oxley que esa vez había logrado con éxito la eliminación de uno de los líderes más importantes del movimiento de protesta contra la guerra en Estados Unidos.

Oxley confesó haber ejecutado a 17 personas como agente de la CIA, entre 1974 y 1985, incluido el ícono de protesta Bob Marley.

La CIA llevó a cabo numerosas operaciones contra los movimientos de apoyo a la paz, sobre todo contra la guerra en Vietnam. Uno de esos procedimientos consistió en distribuir la droga LSD entre los asistentes a los conciertos musicales donde actuaban renombrados cantantes, incluyendo el famoso evento de Woodstock. Esa conspiración de la CIA funcionó, porque a la postre fueron minando aquel hermoso proyecto, que, sin embargo, logró detener la locura belicista de los gobiernos estadounidenses, sobre todo los de Johnson y Nixon.

De acuerdo con los acontecimientos posteriores a la agresión contra Vietnam, Estados Unidos insiste en mantener su hegemonía planetaria basada en la intimidación bélica. Así lo indican las confrontaciones que tienen lugar en Ucrania desde el año 2014, con la estrategia de generar una guerra global, en alianza con los países europeos, contra la Federación de Rusia, siempre con la mira puesta en la República Popular de China.

La paz no es algo que deseas, es algo que creas, algo que haces, algo que eres y algo que das.

John Lennon

Ángel Miguel Bastidas G.