Por Semanario Voz -11 octubre, 2023
Luis Jairo Ramírez H.
@JairoRamirezH
A pesar del escándalo mediático que han causado los ataques lanzados por Hamas desde Gaza, en realidad hacen parte de una larga cadena de acciones en respuesta a la ocupación territorial de hecho que el régimen israelí, en asocio con Estados Unidos y sus plebeyos europeos, han consumado contra del pueblo palestino por décadas, desconociendo innumerables resoluciones de la ONU. Seguramente las nuevas generaciones desconocen esta parte de la historia.
Tras el holocausto nazi contra millones de judíos que se habían establecido en Europa antes y durante la segunda guerra mundial, creció la presión de sectores sionistas para el establecimiento de un Estado Judío.
El mandato británico sobre Palestina entró en vigor desde 1922, pero desde allí ya existían expectativas expansionistas territoriales de la Organización Sionista Internacional, que además del territorio Palestino, querían parte de territorios de los Estados vecinos (Líbano, Siria, Transjordania y Egipto) para la creación de un futuro Estado Judío. Muchos judíos iban tomando posesión en territorio de Palestina y al mismo tiempo se crearon dos grupos sionistas terroristas: el Irgun y la Banda de Stern, que ya desplegaban una serie de atentados.
En noviembre de 1947 la Asamblea General de la ONU aprobó una Resolución que ponía fin al Mandato Británico y dividía el territorio de Palestina en dos Estados: uno judío y otro árabe. El plan de partición fue recibido con entusiasmo por la mayoría judía, sin embargo, fue considerado inaceptable por parte de los estados árabes y Palestinos, porque determinaba que un 78% del territorio del viejo Mandato británico de Palestina quedaba en manos de Israel, mientras que el 22% del territorio restante (la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este) quedarían en manos de Egipto y Jordania. En los años posteriores esa porción se redujo con los agresivos ataques israelíes.
Entre 1947-49 el territorio palestino fue ocupado violentamente por movimientos sionistas para establecer allí el Estado de Israel, bajo la mirada complaciente de la ONU, EE. UU. y Europa. Desde entonces son seis décadas de guerra, exilio, bloqueo del agua y los alimentos para la población, ocupación y abandono que han tenido un enorme costo porque prácticamente convirtieron a Gaza en un enorme campo de concentración, paradójicamente igual al que sufrieron los judíos en la segunda guerra mundial.
La ONU reporta que las fuerzas armadas israelíes ocasionaron entre enero del 2008 y septiembre de 2023 la muerte de 6.407 palestinos al tiempo que 152.560 sufrieron heridas y lesiones de diversa gravedad. Por contraposición, las víctimas israelíes en ese mismo lapso fueron 308 y 6.307 respectivamente. En el 2023 es el más sanguinario en la larga historia de la ocupación israelí: 36 niños han sido ultimados en el período que termino el 31 de agosto. La gigantesca asimetría entre los muertos y heridos de ambos lados hablan con elocuencia de los alcances de este genocidio practicado por los sionistas.
Los alcances de la agresión israelí sobre los territorios ocupados y especialmente Gaza son de una crueldad e inhumanidad gigantescas, y suficientemente conocidos, lo cual sin embargo es ajeno al escándalo calculado de la poderosa prensa sensacionalista, que no solo ha justificado durante años el genocidio, sino que lo silencia.
Hasta cuando el autodenominado “mundo civilizado” creerá que Israel tiene un derecho milenario y arbitrario sobre la Palestina ultrajada e histórica.