PEDRO GONZÁLEZ HEREDIA: UN HOMBRE POCO COMÚN

Pedro González Heredia fue lo que generalmente denominamos “un hombre poco común”. Su muy particular personalidad no lo hacía proclive a la búsqueda de reconocimientos, nunca mostró apetito por ellos ni ansias de figuración individual; sin embargo, siempre le sobraron méritos para que la sociedad se los otorgara.
Pedro, como cariñosamente le llamábamos, tenía virtudes y defectos como todo ser humano. Era un hombre sencillo, no obstante, provisto de un conjunto de cualidades que no son fáciles de hallar, ni por separado, en una sola persona. Era de carácter reservado y hasta misterioso, según la opinión de algunas de sus amistades más cercanas, lo cual no le impedía cultivar afecto y simpatías entre quienes le rodeaban. Si debemos resaltar algunas de sus virtudes más destacadas, podemos decir que era un ser solidario y materialmente desprendido, intelectual en el más amplio sentido de la palabra, lector apasionado, partidario entusiasta y activo participante de las causas justas a nivel nacional e internacional, amigo de los amigos, respetuoso de los no amigos, empedernido tomador de café y fumador de pipa y, sobre todo, un hombre de conciencia revolucionaria.
Es posible que cometamos algunas imprecisiones al referir aspectos de su vida debido a la limitada información de la que disponemos, por lo cual presentamos anticipadas disculpas. Pedro nació en Guanare, estado Portuguesa, y recibió el título de Ingeniero Agrónomo en la Universidad del Zulia (LUZ). Durante un relativo corto tiempo trabajó como profesor contratado en la Facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Maracay, para luego ingresar al antiguo Pedagógico Experimental (IUPEMAR) de esta misma ciudad, hoy Universidad Pedagógica Experimental Libertador (UPEL), mediante un bien ganado concurso de oposición. Su extensa y destacada trayectoria en esta última institución, a la que convirtió prácticamente en su segundo hogar, hizo que nuestro personaje fuera conocido principalmente como educador. Trabajo en el Departamento de Física; desde donde ejerció su profesión hasta después de su jubilación e, incluso hasta el momento en que sus fuerzas ya no le permitieron continuar. Su don de gente y condición de maestro a carta cabal le granjearon el aprecio y el respeto de sus alumnos, colegas y demás trabajadores de esta comunidad universitaria, donde, como en todos nosotros, permanecerá vivo su recuerdo.
Pedro fue también un activo defensor de los derechos humanos y un luchador consecuente por la libertad de los presos políticos, llegando él mismo a ser uno de ellos. Quizás el hecho de haber sido hermano del brillante dirigente revolucionario, Tito González Heredia, asesinado por la DISIP, pudo influir en su carácter libertario para dedicarse a estas loables actividades. Esto le valió ser víctima de hostigamientos, allanamientos y detenciones. Fue, además, en su oportunidad, Director del periódico ¿Qué hacer?, órgano central de los Comités de Luchas Populares (CLP); lo que sirvió de excusa al régimen puntofijista para encerrarlo en el tristemente célebre cuartel San Carlos, junto a otros dirigentes que le acompañaron en sus funciones al frente de aquel semanario.
Hoy sentimos un profundo dolor y una gran indignación porque un hombre de tantos méritos hubo de pasar el fin de sus días en las penosas circunstancias a las cuales somete el Estado patrón a los trabajadores en general y a los educadores en particular. Imposible finalizar este modesto homenaje póstumo a un ciudadano, amigo y compañero de la inmensa talla de Pedro González Heredia, sin exaltar su condición de amoroso padre de familia y manifestar nuestro sentido pésame y sincero acompañamiento a sus hijas, Belinda y Rosariany; así como a Aracelys, la madre de estas, a todos sus familiares y relacionados, ante la partida física de Pedro, cuyo recuerdo quedará por siempre sembrado en nuestra memoria.
¡Honor y gloria a Pedro González Heredia!
Caracas, 29 de octubre de 2023
Comité Político Nacional de Vanguardia Popular (VP)