Miguel A. Jaimes N.
Venezuela.
En medio de la proyección de guerra más grande de este siglo, mayor que la vivida en la primera década de 1940, está muy presente el mayor daño militar, poderosas armas buscando el sentido nuclear y atómico. La ferocidad de Ucrania y el exterminio a Palestina sepultan a América Latina,
Los efectos de la Guerra van dejando un cierre del 2023 con las exportaciones de bienes hacia Latinoamérica con un retroceso de dos dígitos. La debilidad del mundo al terminar la pandemia ha hilvanado y comprometido a muchos países hacia los caminos de la guerra. Asistimos a una peste mundial en conflictos.
Lastimosamente, las cifras describen un panorama desolador, pues más de trescientas cincuenta mujeres con sus hijos entrarán en la dura línea de la pobreza según los números de esta y de otras regions cercanas. Las exportaciones han caído 6,0%. El abismo se ha abierto y los precios en los productos pasan al 5,0% de su volumen en lo exportado apenas situándose en 3,0%.
La debilidad va en aumento. El PIB de actividades económicas regionales apenas proyecta un 7,1%. La catástrofe anunciada es tal que al compararse con el año 2022 cuando aquel crecimiento fue de 3,8%. Los anuncios de informes simplemente son burbujas aireadas.
El informe en cuanto a perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe del 2023 lo confirma. Cuando anota que el sueño de las exportaciones subregionales han caído velozmente de menos 5,0% a menos 6,0%. Los dígitos seguirán aumentando a la baja y esto se refleja en la pobreza de la población.
Mientras, la protección de mercados por parte de Estados Unidos para el beneficio de su economía están en México y en buena parte de América Central, cuyas exportaciones en contraste con la Sudamericana han aumentado dos puntos.
Pero la peor experiencia está por venir: Se avecina sobre los países productores de crudo: Argentina, Ecuador, Brasil y Venezuela mayores dificultades. También se verán afectados en la misma región los exportadores de productos agrícolas: Colombia, Perú, Uruguay y Paraguay.
El retroceso igual se estacionará en los servicios modernos digitalizados: informáticos, financieros y empresariales, todos desacelerarán. La situación turística será peor catalogada como una prepandemia.
Los llamados son hacia los grupos de empresas interrelacionadas las cuales podemos llamar clusters geopolíticos en el mismo sector, ejemplo: hidrocarburos ―petróleo y gas― más petroquímica podrían dar interesantes colocaciones si a su desarrollo productivo interno se lo permiten. Si Venezuela resucita podría impulsar el crecimiento argentino, ecuatoriano y brasileño, si esto no gira los demás podrían verse arrastradas pues los inversionistas se han arriesgado demasiado y muchos de ellos se han alejado, sin embargo muchos de ellos que se exiliaron están regresando tras el nuevo efecto venezolano.
El entorno comercial del planeta es incierto y América Latina debe jugar la carta de integración regional: PETROCARIBE, CELAC y UNASUR. Algo propio que generaría eficientes escalas de producción desde su industria energética.
Pero esta situación no es gratis. Todo tiene aparte de su precio su costo. La responsabilidad en cuanto a la debilidad del comercio mundial arropa a la región. No hemos hecho nada, ni una fórmula frente a las altas tasas de interés impuestas por chantajes norteamericanos y europeos, juntos siguen clavando su neocolonialismo y un nuevo canon propio, auténtico latinoamericano y caribeño no se deja cuajar por nuestras propias incertidumbres.
Las crecientes tensiones y amenazas alteran la estabilidad geopolítica y las respuestas de integración se quedan esperando. En eso fallamos. Mientras el crecimiento global este imbuido en los paquetes de la Organización Mundial de Comercio, seguirán apelando al mundo de las materias primas a la hora de querer salvarse. Asistimos al fracaso del comercio mundial el cual ha descendido a un crecimiento de apenas 0,8%
Sin embargo, las proyecciones de la OMC en cuanto a expansión para el 2024 es de 3,3%. Esto también podría ser parte de la misma mentira y a final de año caerán en el actual estrepitoso fracaso. La guerra ha imbuido importantes áreas de crecimiento que antes no habían sido tocadas ni amenazadas. Lo que está por venir ha sido lo esperado en el Golfo Pérsico, ya nadie podría advertir que vendrá un verdadero y absoluto desastre. Las consecuencias arroparán las próximas dos décadas.
Los ejemplos son catastróficos para la región. Si los comparamos con China entre los periodos 2000 y 2022 del comercio entre ambas regiones el cual con América Latina y el Caribe y el gigante asiático se multiplicó por treinta y cinco, pero la misma región latinoamericana y caribeña con el resto del mundo solo lo hizo con cuatro por ciento. Estamos frente a una base de desigualdad y no vemos cuándo vamos a tomar medidas para detener esta prolongada situación desde hace más de siglo y medio.
Las cifras con China rebasaron la imaginación en un momento el cual no acaba y hoy sus números no dejan de sorprendernos. De 14.000 millones de dólares en el 2000 se pasó en el 2022 a 500.000 millones de dólares. Desplazando a toda Europa y situándose como segundo socio comercial, transformándose en el primer socio comercial. Esto incomodó a Washington quien respondió contra quien consideró el primer responsable de esta nueva situación, el país bisagra: Venezuela.
Para China comprar petróleo, frijoles de soja, hierro, cátodos de cobre, carne bovina y minerales de cobre representan un 72%, solo seis productos, un 93% colocados desde América del Sur.
Sin embargo la producción regional de estos mismos países se ha visto disminuida al competir contra la violenta penetración por ejemplo de las manufacturas chinas y de otros rubros. Por un lado nos dan y por otro nos quitan, afectando sensiblemente el intento de crear una verdadera industria.
Sin embargo para la región se abre la oportunidad dee diversificar y sofisticar la oferta exportadora a China en un corto plazo, pero debemos flexibilizar el aumento en las barreras arancelarias y fortalecer la inteligencia de los mercados de alimentos, estos irían a satisfacer las necesidades y gustos de China.
A pesar que China cuenta con nueve millones seiscientos mil kilómetros cuadrados el 56% está cultivado, mantiene el récord de construir una fábrica en treinta y seis días y su población asciende a mil cuatrocientos millones de habitantes, la comida es insuficiente, siendo está una oportunidad presentada a nuestra región.
América Latina y en especial Sudamérica tiene todo advertido. Debe cerrar su brecha en infraestructura regional hacia un pacto con las carreteras y abrir líneas de ferrocarriles, transporte y logística. Urgentemente se debe limitar el espacio fiscal, el cual en algunos países es exagerado.
Todo ha quedado geopolíticamente advertido. Finalmente, Venezuela debe explorar otras alternativas al transportar su petróleo y abordar respuestas frente a la sensibilidad de las sanciones a las que ha sido impuestas.
No sería alocado ni alegre pensar que al cruzar su mar territorial por parte de embarcaciones petroleras y metaneros estas materias primas pasarán a ser transportadas como propiedad de la OPEP. Es decir, al cruzar aguas internacionales automáticamente el crudo pasa a ser propiedad de la OPEP.
Hasta más pronto…
Miguel A. Jaimes N.
venezuela01@gmail.com
https://www.geopoliticapetrolera.com
Noviembre 9 2023