¿Cómo entender la decisión del TSJ?

Por: Eligio Damas 

He pasado unos días sin escribir, dado que mi máquina está en servicio por haber estado «boqueando» y hasta caminando como Chencha, desde algún tiempo atrás. Un amigo, quien sabe del asunto, se la llevó a su casa a fines de remozármela, pero debo esperar con calma, más tratándose de un favor.

Ahora mismo, aprovechando que estoy de visita en casa de otro amigo, quien tuvo la gentileza de buscarme en casa para que hablásemos, me permitió, a solicitud mía, más estando de por medio la «extraña» decisión del TSJ sobre las primaria opositoras, unos instantes, para que escribiese en su máquina. Y le pedí ese favor, pese lo primordial es que hablásemos, pues a ambos eso nos hace falta, porque escribir también es para mí lo mismo y lo que abunda no daña.

Para satisfacer a un lector quien de manera irónica me llamó la atención por haber incluido a Luis Eduardo, «El burro» Martínez, militante de la AD de Bernabé Gutiérrez, como de los participantes en las primarias, reconozco mi error. Pero eso no cambia para nada lo que sostuve en mi artículo acerca de la percepción que tengo de los resultados de las primarias. Que ellas no recogieron sino la aspiración de un pequeño universo opositor y más aún del padrón electoral venezolano. Y como que ese factor, AD de Bernabé Gutierrez, forma parte de la abundante oposición que no participó en las primarias y no reconoce el liderazgo de la ganadora en ellas.

Pero vayamos al tema enunciado en el título. El TSJ, en una decisión que no deja de ser sorprendente, lo que explicaremos más adelante, ha declarado, digamos, inválidos, para los efectos legales, los resultados de las elecciones primarias efectuados por un sector de la oposición y hasta ha pedido detalles de ellos y otros asuntos de menor interés.

Lo primero que hay que resaltar, pues pudiera tener mucha significación al intentar interpretar esa decisión del TSJ, es que este organismo atendió a un recurso interpuesto por el diputado José Brito, dirigente de uno de los tantos partidos que forman la oposición venezolana y no intervino en esas cuestionadas por ellos, elecciones primarias.

Es por demás obvio que, en todo el universo contrario políticamente a quienes organizaron las primarias, priva el interés de descalificarlas, lo que va más allá, de lo que nosotros hemos pensado, como que cuantitativamente no tiene mayor significado y no pasa de ser el deseo manifiesto de una oposición muy radical y, particularmente, con mayores vínculos y compromisos con el gobierno de Estados Unidos.

La decisión del TSJ, en principio, pareciera no tener sentido, pues aparte que, según nuestro parecer, no entra eso en el área de su deber y responsabilidades, hasta pudiera resultar más bien en favor de quienes se pretende «sancionar». Esas primarias, cuestionadas incluso por quienes en ellas participaron como candidatos, cual es el caso Prosperi, fueron aceptadas por la mayoría de los participantes y sus resultados, pese cualquier tribunal halle en ellos indicios para invalidarlos, eso no tendría resultado alguno, dado quienes en ella participaron las aceptan, en gran medida, con satisfacción. Dicho de manera concreta, pese lo que diga el TSJ, María Corina Machado seguirá siendo la ganadora, pues entre las participantes no hay intención de desconocerla y menos pedir se repitan. Es más, el grupo por el cual compitió Prosperi, aceptó de gusto los resultados.

En concreto, hasta ahora, por encima de la invalidación del TSJ y la permanencia de la inhabilitación que pesa sobre la ganadora de las primarias, esta continuará siendo precandidata presidencial de ese sector. O lo que es lo mismo, la decisión del TSj, no cambia la decisión,

Lo que sí podría cambiar esa decisión, es la actitud a su favor de quienes por ella no votaron en las primarias, lo hicieron por otros candidatos y hasta de mucha gente fuera de ese universo, dado lo extraño o incómodo del TSJ en un asunto que le es ajeno y más cuando ninguno de los en ellas participantes, acudieron a ese organismo en busca de protección legal. Lo hizo un extraño, que nada tuvo que ver en aquel evento. Para los participantes, al margen de los dispuesto por el TSJ, todo está decidido y no creo, hasta donde llegan mis antenas, que no repetirlas constituya un delito y menos un motivo para desconocer a la ganadora en su espacio. Para ellos es suficiente lo que ha sucedido. Es decir, la señora Machado es, hasta ahora, su candidata.

Tratando de entender lo resuelto por el TSJ, lo he divido en dos partes; pues al parecer, en ello hay una como doble intención.

En primer término. pese el alegato de Brito pudiera responder exclusivamente a su interés, llama la atención, atrae sobre sí las miradas y tomando en cuenta que no forma parte de quienes participaron en ese proceso, pues como ya hemos dicho, sólo una parte de la oposición participó en él, y ni siquiera moralmente le compete, como si a quienes participaron, debería sentirse obligado a acatar los resultados, no le veo sensatez tampoco a su recurso. El universo de Brito no se siente comprometido por lo decidido en las primarias. Pues más bien, él, su partido y la otra oposición, ajena a las primarias, pudiera resultar afectada, por un reclamo que no les compete y una decisión del TSJ que, en ese sentido parece significar lo mismo. Dicho de otra manera, el recurso inaproíado de Brito y la decisión del TSJ, pudieran convertir al juzgado en una víctima, objeto de un abuso e intervención injustificada. Y hasta pudiera servir para fortalecer la prédica que en Venezuela hay una dictadura.

De manera inmediata, desde la Casa Blanca se reaccionó y hasta declaró como que esa decisión, tomada en un Poder ajeno al Ejecutivo, contraviene lo acordado en Barbados. Desde allá han expresado «El gobierno de EEUU tomará medidas si Maduro y sus representantes no cumplen con sus compromisos de la hoja de ruta electoral«. Y agregó el vocero de la Casa Blanca, «El gobierno de EEUU tomará medidas si Maduro y sus representantes no cumplen con sus compromisos de la hoja de ruta electoral.»

https://www.aporrea.org/internacionales/n387446.html

En mi opinión, por razones abundantes y valederas, el gobierno no tiene interés alguno en salir o evadirse de las conversaciones en curso; al contrario, estas le son de sumo interés, estando de por medio las sanciones; pensar lo contrario es infantil. Decir lo contrario, sería elaborar un discurso convencional para intentar sacarle partido a la complicada intervención del TSJ.

Estrictamente hablando, la decisión del TSJ, a mi parecer, no es más que una escaramuza, bien pensada o no, que no interfiere para nada lo acordado en las primarias. Pues pese lo que haya decidido ese organismo, la señora Machado sigue siendo la ganadora de de ese evento y esa decisión sólo podrían cambiarla quienes lo organizaron y en él participaron voluntariamente y es obvio que por ahora, eso no harán.

Dije arriba, que la intervención o diligencia de Brito pudo tener la intención de llamar la atención, pues no forma parte del universo que pudo haber sido afectado, como lo pudo haber sido Caleca o Delsa Solórzano, quienes han aceptado los resultados. Prosperi manifestó su inconformidad, pero su grupo o parcialidad política terminó convalidando los resultados. Brito pudo, como ya dije, querer llamar la atención o haber entrado a jugar otro rol.

Lo que sí es sustantivo en lo decidido por el TSJ, aprovechando el reclamo de Brito, al cual pudieron atender dado el rol que juega y no siendo acertado desconocerlo, desatenderlo o ponerle a un lado, es que se aprovechó la oportunidad para expresar y validar, con la fuerza y pertinencia de ese alto órgano del poder público, las inhabilitaciones que pesan sobre muchos ciudadanos, particularmente la señora Machado, pese a ella no se le nombra en el texto hecho público por el organismo antes mencionado.

Pero aun así, esto en el fondo no cambia para nada en verdad, el ritmo y rumbo de las conversaciones. En mi parecer, se aprovechó el TSJ y quizás el Poder Ejecutivo, no lo sé exactamente, pues carezco de dotes de adivino o de las facultades del Oráculo de Delfos, para darle un respaldo a lo que había sido una decisión de la Contraloría de la República. Ahora las inhabilitaciones pasan a un nivel más alto y un poder ajeno al Ejecutivo.

Es decir, creo que aquí está el meollo de la cuestión o la punta del ovillo, las inhabilitaciones, pasan a la competencia del TSJ y ponen las posibilidades de acuerdo en otro nivel de dificultades. O como vengo diciendo, en las conversaciones venideras, derivadas de los acuerdos de Barbados, donde sin duda se hablará de las inhabilitaciones, lo que no excluye a nadie, ni siquiera a la señora Machado, estas, ahora, adquieren un «mayor nivel» de dificultades y valor de cambio.

Antes el cambio estaba sujeto a una instancia de menor jerarquía y mayor facilidad, en lo formal, para el Poder Ejecutivo. Ahora se le ha elevado de rango y rodeado de dificultades y por ende, elevado de valor, De donde en el toma y dame, la inhabilitación deseada por cierto factor político y la Casa Blanca, la de la señora Machado, opción que como he venido diciendo no descarto, adquiere mayor valor de cambio. Esto es para mí lo sustancial, lo racional en la decisión del TSJ. Y, por supuesto, le veo bastante significado.