La triste vida alegre del rey de Marruecos

Toda clase de muerte es odiosa al mortal desdichado. Pero ninguna es tan miserable como la muerte por hambre.

Homero

La Odisea (Canto XII)

16/11/2023.- Quien saca ganancias de la indiferencia y perturba bélica y soberbiamente el curso de la historia de pueblos humildes, ni que se vista de seda…

I


Elena Berberana, periodista de la Agencia Pública Empresarial RTVA de Andalucía, escribe sobre el rey marroquí1 más caro de África: «… chilabas2 con oro, 600 coches, 12 palacios y 1.100 criados, cuyo mantenimiento es de un millón de euros al día». Aunque estos gastos personales básicos, que incluyen la actualización de su vitrina corporal, están cubiertos casi en su totalidad por el presupuesto del gobierno, que es él mismo. El rey ya está habituado a satisfacer sus antojos con 1.100 sirvientes disponibles las 24 horas, lo que supone un placer el hecho de saber que están ahí, así no hagan nada y así se desperdicien esos recursos para el bienestar de su pueblo. El rey es alabado por los medios de comunicación afines, quienes lo adulan y celebran su exquisitez. Según ellos, el monarca se inspira en las estrellas del rock y, muy especialmente, del hip hop, para decorar su cuerpo, añadiendo a su gusto toques de color y motivos tradicionales de su país.

No tan al margen, sino estratégicamente, ya es cultura de la realeza usar a la población como objetos de su reino para forzar o entrabar decisiones no convenientes a sus intereses. Así lo detectamos cuando el rey anterior3 introducía, el 6 de noviembre de 1975, más de 300 mil marroquíes a territorio de la República Árabe Saharaui Democrática, con el fin de tener argumentos para postergar el referendo autorizado por la ONU, donde se votaría la autodeterminación del pueblo saharaui. Y como ha ocurrido recientemente en el conflicto diplomático con España, en el cual Mohamed VI ordena la liberación de las fronteras marroquíes, como afrenta, por el hecho de España hospitalizar, debido a razones humanitarias, al líder del Frente Polisario, Brahim Gali. Citaba para ese momento (19 de mayo 2021) el medio de comunicación La Razón:

Avalancha de inmigrantes llegados a España este martes ha desatado una crisis humanitaria y política. Señalan al rey de Marruecos, un hombre en el centro de la polémica constante por sus excentricidades y que, por el momento, subestima la dramática situación.

Mientras, el Presidente de los Estados Unidos expresaba su apoyo a la intransigencia de Marruecos, en el mismo momento en que se desataba la crisis con España. Como es de apreciar, la ambición del rey también ha materializado que Estados Unidos sea su fiel socio y protector en los organismos de derecho internacional, por encima de España. El chantaje existe, a pesar de que Marruecos, según noticia actualizada el 19 de mayo de 2021 por Europa Press, había recibido cerca de 250 millones de la UE, en tres años, para la cooperación asociada al control migratorio.

Hace casi 22 años, Mohamed VI obtuvo por herencia el cargo de rey, con una corona de 300 años de antigüedad, además de una fortuna que ha crecido inconmensurablemente a través de los negocios nacionales y trasnacionales. En sus dos décadas como rey, los cálculos financieros siguen coincidiendo en cuanto a que ha abultado una riqueza que lo ubica, según la revista financiera Forbes, en el primer puesto de los más ricos de Marruecos y como el quinto más acaudalado del continente africano. De igual modo, Sonia Moreno, periodista activa en el Magreb desde 2010, en una publicación de noviembre de 2015, también lo ubica, según Forbes, como uno de los monarcas más ricos del mundo.

Nada más su vestuario tiene un costo para el Estado marroquí de dos millones de euros al año. Para muestra podemos tomar, de manera literal, un botón de oro de su chilaba. Conoce las redes sociales y su imagen está cuidadosamente estudiada y proyectada. Aun así, es difícil que pueda llamarse «Rey de los Pobres de Marruecos», con 12 palacios, equipados con su propio ejército de sirvientes cada uno. A ellos se suma su colección de 600 automóviles de alta gama, entre antigüedades y últimos modelos diseñados en exclusiva para él, gastos que consumen 6 millones de euros del presupuesto marroquí.

Elige para trabajar el lujoso y perfecto palacio de Rabat, más grande que un pueblo de 20 mil habitantes, donde muchos no han podido encontrar la salida o se han perdido en los laberintos internos, entre una nómina de más de mil funcionarios marroquíes. Cuenta, entre otros lujos, con una escuela de equitación, un colegio, una cárcel, dos campos de golf, pistas de tenis, un cementerio y dos piscinas. En él dormían los consentidos reyes de España hasta que todo se complicó cuando Mohamed VI fue retenido por la Guardia Civil, tras confundirlo con un narcotraficante en aguas de Ceuta, mientras paseaba con su moto acuática, custodiado por su flotilla. Ceuta, ciudad autónoma española, situada en la península Tingitana, en la orilla africana del estrecho de Gibraltar, bañada por las aguas del mar Mediterráneo, mientras que al oeste y suroeste limita con Marruecos, que también reclama su soberanía. Cinco días después, se producía la mayor avalancha de inmigrantes en las costas españolas ese año. A partir de ahí, ya no se produjeron más visitas oficiales ni encuentros reales con su gran hermano negociante, el rey de España.

II

Cuando llega el verano, al rey de Marruecos le agrada descansar, después de tanto trabajo oficial, en el palacio de Tetuán, teniendo a su orden, día y noche, a 200 criados. Para movilizarse con mayor comodidad, el Rey de los Pobres siempre usa dos aviones privados y uno militar, y últimamente dos aviones adicionales pequeños. Para llegar hasta el palacio de Tetuán, viaja en aviones que deben albergar hasta 300 pasajeros, un Boeing 737, o un 747, y un Hércules C-130 para el equipaje, es decir, para las maletas y muebles del rey.

Como todo gran rey, Mohamed VI es el mayor dueño de territorio en su país, con cientos de residencias en tierras urbanas y agrícolas. En consecuencia, es el principal empresario agrícola y accionista mayoritario de la Sociedad Nacional de Inversiones, un holding que engloba propiedades en todo Marruecos y cuyas ganancias le generan al soberano el sustento para ser ubicado como una de las personalidades de mayor riqueza en el globo terráqueo. Entre esas propiedades se cuentan, en la ciudad de Marrakech, el hotel más lujoso del mundo, el Royal Mansour, atendido por 500 empleados y con estancias privadas de más de 850 metros cuadrados; al igual que un spa de 1.500 metros cuadrados de mármol blanco. Sin embargo, sus ingresos extras los cumple en parte su emporio empresarial, Al Mada, un poderoso grupo financiero trasnacional con grandes inversiones en su país y en el extranjero.

El holding del rey de Marruecos es uno de los más poderosos de África, con intereses en la banca, los seguros, el turismo y la telefonía. Francisco Peregil, en un escrito del 16 de mayo de 2021, desde Rabat, capital de Marruecos, detalla someramente que la riqueza del rey crece cada vez que alguien en Marruecos o en otros países de África ingrese dinero en el banco Attijariwafa, el más grande del país y uno de los de mayor presencia en el continente africano. O cuando alguna persona contrata una póliza con su filial Wafa Assurance, la aseguradora líder en Marruecos. El acumulado de su fortuna crece también al comprar en el principal hipermercado de Marruecos, el Marjane, que dispone de 100 puntos de venta en 30 ciudades; cuando contrata una línea de teléfono o de internet con el segundo operador del país (Inwi); o al hospedarse en un hotel de la cadena Atlas, con presencia en las principales ciudades de Marruecos. O cuando un ayuntamiento, una empresa o un particular compra cemento a la filial marroquí del grupo franco-suizo Lafarge Holcim, la mayor cementera del mundo, con la que está asociado el grupo empresarial del monarca. O si alguien compra materiales de construcción a la compañía Sonasid (Sociedad Nacional de Siderurgia), líder en el mercado del acero en Marruecos. Por supuesto, el dinero le sobra para mantener otro palacio en París. Todas estas compañías pertenecen al grupo Al Mada, con activos y pasivos en 24 países de África. Al Mada se expande en siete sectores, con distintas participaciones del monarca y su familia: servicios financieros (Al Mada posee un 46% de Attijariwafa Bank, según afirmaba en 2020 el semanario Jeune Afrique, citando a la agencia de calificación Fitch), materiales de construcción, distribución, minas (empresa Managem), inmobiliaria y turismo, energía (compañía Nareva) y telecomunicación (Inwi). El grupo económico de la realeza presentó un resultado contable histórico del ejercicio 2020 equivalente a 302 millones de euros, a pesar de la pandemia, con lo que superó su anterior récord, establecido en 2018, según publicó el sitio digital African Intelligence, ubicado en Francia.

Mohamed VI, también renombrado como «el Rey Fashion«, es todo un influencer, que suele manejar él mismo su flota de Mercedes, Ferrari, Bentley, Rolls-Royce o Aston Martin. A diferencia de su abuelo, Mohamed V, y de su padre, Hassan II, que tenían exclusividad por los Rolls-Royce y los Cadillacs. No podían al rey faltarle los relojes Rolex con diamantes valorados en millones de euros, para todas las ocasiones, marca puntual del magnate del mundo árabe, combinados con el vehículo en uso. O el yate, que es uno de los barcos de vela más grandes del mundo, con 70 metros de eslora y muchos problemas para aparcar en los puertos. Cuenta con un salón de 157 metros cuadrados y seis cabinas: una suite principal, dos VIP y tres dobles, con capacidad para 12 personas, además de los 12 miembros de la tripulación. La verdad, no se sabe a ciencia cierta si el rey alauita compró el yate con el presupuesto anual de 250 millones de euros al año asignado a la familia real, presupuesto mayor que muchos de sus ministerios. O fue un presente desinteresado de 90 millones de dólares de algún empresario humanitario estadounidense.

III

Marruecos construyó en Sahara Occidental el muro militar más grande del mundo.

África es el continente más saqueado de todos los tiempos, y aun así sigue pariendo privilegios. Y es el continente adonde más viajes oficiales ha efectuado Mohamed VI, unos 50 viajes en 20 años. Y su interés, además del económico, es en parte geopolítico, claro, siempre y cuando sea en su tiempo libre. Busca aliados en África para contrarrestar la fortaleza de Argelia como principal aliado solidario del Frente Polisario, este último en guerra actual con Marruecos.

Los orígenes de Al Mada se remontan a otros dos grupos ligados al rey: ONA y la Sociedad Nacional de Inversiones (SNI). El accionista mayoritario de SNI era otro grupo económico del rey, llamado Siger, fundado en 2002. ONA y SNI se fusionaron en 2010 y pasaron a llamarse SNI.

Un periodista anónimo señalaba:

La creación de Al Mada en 2018 fue, sobre todo, una operación de mercadotecnia. El palacio necesitaba cambiar el nombre anterior (SNI), que estaba demasiado vinculado a la familia real. Y eso es lo único que hizo, cambiar el nombre. El 60% de SNI pertenecía a Copropar, un grupo que engloba las participaciones del rey (a través de los holdings Siger y Ergis), las de su hermano, Moulay Rachid (mediante Providence Holding) y las de sus tres hermanas: Lalla Meryem (Unihold), Lalla Asma (Yano Participation) y Lalla Hasna (Star Finance).

En la página 20 de las 330 que posee el documento empresarial correspondiente al ejercicio de 2019 de la compañía minera Managem, se comprueba que el 81,4% de Managem pertenece a Al Mada. Y en la página 21 consta la composición del accionariado de Al Mada: aparece Copropar como propietario del 42% de las acciones de Al Mada. Y Siger, como el dueño del 4,8% de Al Mada.

El anónimo periodista detalla, además:

Mohamed VI puede percibir a través de Siger beneficios, incluso mayores, de los que obtiene con su participación en Al Mada debido a que Siger pertenece a él en un 100%. Siger está formada por 70 filiales que no están inscritas en Al Mada. Las compañías de Siger trabajan en la promoción urbanística, la agricultura y el turismo con hoteles de lujo.

En el listado de las 500 mayores empresas de África, publicado en 2020 por el semanario Jeune Afrique, en función de las cuentas de 2018, Al Mada aparece en el puesto 37, por detrás de OCP, la gran empresa estatal marroquí de fosfatos que no pertenece a Al Mada, pero que igual controla el rey y ocupa el puesto 14. Puesto privilegiado, seguramente, con fosfato sustraído de territorio ocupado colonialmente por Marruecos en la República Árabe Saharaui Democrática.

Ahmed Benchemsi, entonces director del semanario Tel Quel y ahora responsable para el Magreb y Oriente Próximo de Human Rights Watch (HRW), con sobrada razón, advirtió que a los marroquíes ya no les sería posible seguir la evolución de las finanzas del rey. Y a nuestro entender, tampoco la gestión gubernamental ni la dedicación a sus responsabilidades con el país, ya que no para en Marruecos. De hecho, también lo llaman «el Rey Viajero» y «el Rey Sin Cobertura». De rey de Marruecos a Rey de los Pobres, hasta alcanzar a ser «el Rey de los Negocios».

No es una sorpresa que Mohamed VI, el que se identificaba como uña y carne con el pueblo marroquí, no era más que un hedonista, y sin gestión alguna dedicada a parar la corrupción masiva y sistemática de su gobierno. No obstante, sus aliados mercantiles, tales como la cooperación militar con Estados Unidos, le cuidan las espaldas al reforzar la industria militar marroquí. Es evidente cuando obvian las violaciones al derecho internacional por parte del rey y, sobre todo, cuando se trata del territorio saharaui.

Una comunicación de la agencia EFE del 26 de octubre de 2016, sobre la otra cara de la familia real, daba cuenta de 1,6 millones de personas en situación de pobreza absoluta, el 79,4 % de las cuales viven en el mundo rural, según un estudio hecho. «La pobreza en Marruecos es un fenómeno rural», decía en Rabat el director del estudio, Ahmed Lahlimi, quien sumó que el 64% de los 4,2 millones de marroquíes que están en situación de vulnerabilidad viven también en el mundo rural. Estas cifras corresponden a un estudio nacional sobre el consumo y los gastos de las familias marroquíes realizado entre 2013 y 2014, sobre una muestra de 16 mil familias procedentes de todas las regiones de Marruecos. Exactamente, en el momento cuando Mohamed VI era proyectado como el número uno de los más ricos en su país y en África.

El 10 junio de 2021, la misma agencia EFE publicaba que uno de cada dos marroquíes se siente pobre, según un estudio estatal. Es decir, que un promedio de 45% de la población marroquí se consideraba «pobre» en 2019, frente al 46,3% de la que lo decía en 2013, según estudio realizado por el Observatorio Nacional de Desarrollo Humano (ONDH, que depende del Gobierno Marroquí). El estudio, titulado «Dinámica de la pobreza en Marruecos», publicado por los medios marroquíes, especificó que el 38,6% de los marroquíes que viven en las ciudades se consideran subjetivamente pobres, frente al 58,4% que vive en las zonas rurales. Las conclusiones del ONDH mostraron que casi la mitad de la población ha vivido al menos «una experiencia de pobreza» entre 2012 y 2019, y el 18,2% se ha encontrado en este período en situación de pobreza crónica (34,4% en las zonas rurales, frente a 5,5% en las urbanas).

Según el Alto Comisionado de Planificación (la estatal HCP), la incidencia de la pobreza se multiplicó por siete durante la crisis sanitaria del covid-19, reflejando así las dificultades económicas y sociales de muchos hogares marroquíes. El último informe de las Naciones Unidas revela que casi cinco millones de marroquíes viven con poco más de un euro al día. Las áreas rurales siguen siendo las más afectadas, donde un 5% de los niños sufre desnutrición. Esta pobreza ha causado la muerte de 20 mil niños marroquíes menores de 5 años para el 2015, según cita Unicef. Estiman los organismos internacionales que Marruecos necesitaría 750 millones de euros para erradicar la pobreza extrema de aquí al año 2030.

Cita la politóloga y colaboradora de prensa y televisión Ana Polo Alonso el 23 de mayo de 2021:

Las poquísimas biografías serias publicadas sobre el rey dicen que, en el fondo, Mohamed VI huye en mínimo de sus responsabilidades porque es un hombre abrumado por el cargo, que nunca deseó ser rey y que le gustaría vivir sin ataduras.

Excepto las ataduras del oropel, diríamos nosotros… Adicto a la opulencia, también se da el lujo de someter militarmente al pueblo saharaui, ocuparle su territorio, apropiarse de sus recursos y trancar y burlar las decisiones que tienen que ver con el referéndum aprobado por la ONU (hipermercado imperial de los derechos internacionales) para la autodeterminación de la República Árabe Saharaui Democrática.

Faltarían 750 millones de los 5.700 millones de euros de las finanzas personales del rey para que el pueblo pobre marroquí fuese uno de los pueblos privilegiados en el mundo y que nadie que se acostara sin comer. Y no existiría la terrible estadística que para el 2015 contabilizaba la muerte de 20 mil niños por desnutrición. Y con lo invertido en el muro de la vergüenza, el símbolo real de 2.700 kilómetros que dividen la vida de la muerte y los territorios saharauis ocupados, custodiado a diario por más de 100 mil soldados, y flanqueado en simultáneo por 7 millones de minas antipersonales, sobraría dinero para llenar de alegría y justicia al gran pueblo de Marruecos y de juguetes a los niños pobres en la fiesta de Achor, celebrada cada diez de enero.

Sería otra la herencia y otra la felicidad del Festival de Rosas que en cada primavera se realiza en el Valle de las Rosas, en el Alto Atlas. De seguro no hubiese existido la dolorosa muerte de esos niños desnutridos y tal vez ya estuviesen en casa los 173 mil refugiados saharauis que aún están allí en Tinduf, Argelia, y que son definidos, a sus 45 años de refugiados, como la crisis humanitaria más larga de la historia. Humildemente, solo sueñan con el derecho a una vida en su país, sin esperar otra generación fuera de casa. Y probablemente también serían muchos menos los 10.711 muertos por covid hasta el 10 de agosto del 2021, que sitúan a Marruecos en el puesto 39 de 193 países reconocidos por la Organización de Naciones Unidas.

Carlos Angulo

Notas:

1Mohamed VI (Rabat, 21 de agosto de 1963). Ascendió al poder en 1999, tras el fallecimiento de su padre y predecesor el rey Hassan II de Marruecos.

2Una chilaba es una túnica tradicional de Marruecos, holgada y con capucha. Cubre desde el cuello hasta el tobillo. Se utiliza para salir a la calle y se llevan encima de la ropa de casa o de fiesta, retirándose al llegar al lugar de destino.

3Hassan II de Marruecos (Rabat, 9 de julio de 1929-23 de julio de 1999) tuvo un reinado de 38 años, desde el 26 de febrero de 1961, hasta su muerte, cuando fue sucedido por Mohamed VI. Su predecesor fue su padre, el rey Mohamed V.