Había mucha mística. Quisimos asaltar el cielo.
Pretendimos cambiar la historia.
Y muchos murieron en el intento.
Nancy Zambrano
Por ahí andan, con sus ochenta o más años a cuestas, cientos, miles o más venezolanos y venezolanas y algunos extranjeros. Son soñadores y soñadoras que cerraron filas en los acontecimientos de los años sesenta, en procura de una Venezuela diferente, por la que lucharon los héroes y heroínas de los años cincuenta contra la dictadura perezjimenista.
Son muchos los cuchitriles, plazas, esquinas calientes, donde aún se dan las tertulias sobre las luchas de ayer, esas luchas que han podido cambiar para bien, pero cuya ruta torcieron los traidores adeco-copeyanos, irrespetando los pasos dados durante las jornadas del 23 de Enero, bajo el liderazgo de Fabricio Ojeda y el coronel Hugo Trejo, desde la Junta Patriótica.
«Pero no basta rezar», como nos canta Alí Primera, «hacen falta muchas cosas para conseguir la paz», y en eso andan muchos veteranos de aquellas contiendas de los sesenta, a pesar del peso del almanaque: muchos han esgrimido la escritura como arma de combate, la cátedra, el análisis, las propuestas y el mismo liderazgo, cual gotas de saberes para concientizar sobre la línea correcta, que no permita el renacimiento del fantasma puntofijista.
En eso andan miles de soñadores de ayer y de hoy, en muchos rincones del país, como en Acarigua, la capital del estado Portuguesa, una de las retaguardias más emblemáticas que tuvo el Frente Guerrillero Simón Bolívar, que comandó Argimiro Gabaldón, entre otros núcleos rebeldes, durante la década de los sesenta del siglo XX.
Las tertulias de la plaza Páez de Acarigua ya son camino andado, que abrió paso a una red que hoy da vida a la construcción de centros de memoria histórica, bautizados con el nombre de Museo Memoria Histórica de la Lucha Armada del Siglo XX en Venezuela 1969-1992, con núcleos en varias ciudades. Están bajo la coordinación nacional del periodista, escritor e historiador Octavio Beaumont Rodríguez y Ramón Caro, quienes hacen equipo con Freddy Yépez (Caracas), Emalida Viloria (Miranda), Amado Sánchez (Aragua), Blanca Esther Bermúdez (Yaracuy), Fredy Pineda (Anzoátegui), Rosa Millán (Sucre) y Virginia Jere, en el estado Monagas. En las manos de ellos y ellas está la suerte para que ese sueño se haga realidad.
Octavio Beaumont, autor de la tesis doctoral «¿Por qué fue derrotada la lucha armada en Venezuela?», considera que, a 63 años de esa etapa del país, es necesario refrescar la historia para quienes no vivieron aquella experiencia, que de alguna manera tiene que ver con lo que está ocurriendo actualmente con la Revolución Bolivariana.
Primero que todo, hay que destacar a la generación de jóvenes y adultos que tuvieron la hidalguía de ponerse al lado del traicionado pueblo y enfrentar el aparato represivo más cruel que existió en Venezuela durante la era del puntofijismo, y que asesinó a más de diez mil activistas revolucionarios.
Si de esa experiencia hay que aprender algo, a pesar de la derrota, es la falta de autenticidad de nuestra estrategia para enfrentar a los partidos del estatus, pero hay que resaltar la valentía de quienes cerraron filas al lado de las organizaciones revolucionarias del momento, como el Partido Comunista, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), Vanguardia Popular Nacionalista, Izquierda Cristiana, entre otras organizaciones.
El llamado es a conocer esta historia, a encontrarnos con nuestros héroes y heroínas, mediante la actividad ideológica diaria, que nos permita valorar el talante de nuestro pueblo y estar seguros de que podemos contar con él para tareas mayores, como la de alcanzar definitivamente la meta del socialismo, en esa búsqueda de la felicidad.
Un museo secreto
En Colombia, fue descubierto el museo secreto de lo que fuera la guerrilla más antigua de Suramérica, la FARC-EP, ubicado en la zona del Cauca y con una data de veinte años. Se trata del lugar donde operaba el Sexto Frente de la organización guerrillera, bajo el mando del creador del museo, Jesús Plata Ríos (comandante Zeplin), caído en combate hace diez años. Hoy se encuentra a cargo de una lideresa comunitaria.
Se trata de un museo arqueológico que contiene más de tres mil piezas, como ciertas obras de los indígenas de las tribus calimas, pijaos, collas y corintos. Entre esas piezas se encuentran tuberías del antiguo acueducto indígena, sarcófagos funerarios y hasta una placa que registra el paso de Simón Bolívar por la zona, en 1821.
En una visita al sitio por parte del corresponsal de TeleSur en Colombia, una de las forjadoras del proyecto, Rubí Mosquera, relató que el camarada Zeplin le propuso que se construyera un museo para mostrar esos objetos. «¿Cómo así que un museo?», le preguntó, y él respondió: «Sí, construyámoslo, y que el museo sea comunitario y campesino».
Ahora la idea es la construcción de un parque arqueológico, cultural y turístico de la Memoria Histórica para la Reconciliación del Municipio Corintio, en opinión del abogado caleño Fernando Cruz, quien estuvo en la entrevista con TeleSur.
Para él, esa comunidad tiene muchas historias por contar, denuncias sobre esa conflictiva época que produjo muchos desplazados, pero que van a regresar para hacer memoria. Para los habitantes de la zona, «este tesoro arqueológico es un bálsamo en el marco del conflicto», afirmó Fernando Cruz.
En Chile, el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) reconoció la casa Santa Fe 725 como vestigio histórico, porque allí nació y vivió el héroe del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), Miguel Enrique, asesinado en 1974 por la DINA, la policía política chilena.
En Perú, existe un museo dedicado al jefe guerrillero Abimael Guzmán, que tiene unos 1.200 objetos, organizado por la policía con fines propagandísticos contra el movimiento guerrillero Sendero Luminoso, que lideró Abimael.
Ese museo peruano está a cargo del policía Marcos Castro, quien combatió a los guerrilleros años atrás. Durante los operativos contra Sendero Luminoso, entre 1980 y 1990, fueron localizadas las piezas que se encuentran en el museo, al cual solo se tiene acceso mediante visitas selectivas.
Ángel Miguel Bastidas G.
Fuentes de consulta:
Beaumont Rodríguez, O. (2007). ¿Por qué fue derrotada la lucha armada? Caracas: UBV.
Zambrano Rivas, N. (2014). Escritos de una combatiente de la guerrilla urbana en Caracas. Caracas: Fundación Amigos de los años 60.