Estramos en una coyuntura muy lamentable para el pueblo revolucionario. Este luego de la partida de Hugo Chávez, vota por Maduro quién con su nuevo gobierno comienzan a privatizar someramente para luego desviar el proceso histórico en su totalidad al capitalismo.
Se desborda una corrupción que galopa sin precedentes, se crea una nueva burguesía, pactan con la derecha, humillan al pueblo trabajador con un salario que lo golpea, luego se convierten en los creadores de un Milei venezolano exterminador de las ideas en versión femenino al cual dicen adversar, pero lo impulsan nombrandolo y victimizandolo a diario de manera de darle un posicionamiento que logra hacerse con el liderazgo de todas las fuerzas dispersas de la oposición tradicional venezolana.
Dividen todas las fuerzas históricas revolucionarias con el apoyo de una infiltración de derecha que toma prácticamente todos los espacios políticos de poder convirtiendo a dicha fuerza en un pueblo disperso donde intervienen a todos los partidos de izquierda y le asaltan sus tarjetas electorales para tratar de arrodillarlos.
La izquierda irreverente es perseguida, no tiene derecho a la participación electoral, una situación crítica que evidencia la entrega controlada de los espacios del proceso histórico que hoy el pueblo quién lo forjó, busca con desespero regresar a los pasos originarios, pero que lucha con dos fuerzas económicas poderosas como lo son la extrema derecha posicionada, unificada e impulsada por la traición y contra el poder económico gubernamental que entrega lo que no le pertenece a través de oscuros pactos con el imperio norteamericano y el poder empresarial quienes son el poder detrás del poder tanto en EE.UU como en Venezuela.
Nos encontramos a las puertas del abismo, pero callar y resignarse es de cobardes y el no perseverar en la constancia y en la lucha, no es de revolucionarios dignos.
Si la muerte me consiguiere luchando por lo que creo, le daría la mano sin el temor de haber vendido mi conciencia. JLIE.
Toca Luchar.
BHP.
JL Ibrahin Esté.