Dr. Juan Eduardo Romero J.
Historiador/politólogo
1/12/2023
La decisión de la CIJ abre un espacio en torno a la posición de Venezuela.
En primer lugar, al rechazar «muy cortésmente» la solicitud implícita de Guyana de impedir el Referendo.
En segundo lugar, al no impedirlo, pues entraría en contradicción con la tradición jurídica de No Injerencia en asuntos internos de los países, significa un triunfo comunicacional (y jurídico) de nuestros equipos.
Tres, la manera en que llama a las partes a no ejecutar acciones que incrementen la controversia, perjudica más a Guyana que a Venezuela, pues ellos están violentando el Derecho Internacional Público y el Derecho Internacional del Mar, al otorgar concesiones en una zona marítima no delimitado y sobre la cual, no tienen jurisdicción.
Cuatro, es muy auspiciante y esperanzador para Venezuela, esa postura de la CIJ, que aunque no aceptamos su intervención, está decisión se acerca a la.postura histórica que siempre hemos asumido, en torno a los derechos históricos que nos asistente en la Reclamación .
Quinto, aún en el caso que la CIJ, por la composición de su estructura, con un 40% de jueces de origen británico o nacidos en ex colonias, se pronuncié en nuestra contra; esa decisión según la propia Carta de la ONU en su artículo 37, señala que si una de las partes no acepta la decisión de uno de los mecanismos aplicados en el art.33, se debe acudir al Consejo de Seguridad. Ello se traduce, en trabajar más nuestras alianzas con Rusia y China, que tienen voto permanente en esa instancia y poder de veto a las decisiones tomadas.
Finalmente, para Guyana debe ser muy preocupante, la decisión de la CIJ, pues refleja las tensiones y presiones que una consulta de este tipo genera, sobre los jueces que la componen y que corren el riesgo, de cometer un exceso jurídico, que echaría por tierra décadas de jurisprudencia de respeto a Tratados y Acuerdos tomados en el seno de la ONU.