Israel quiere extender sus crímenes de lesa humanidad en todo Medio Oriente, convirtiéndolo no sólo en un conflicto iraní-estadounidense; sino en la guerra contra todo el “Eje de la Resistencia”, tras su reciente ataque aéreo en el barrio de Seyeda Zainab, al sur de Damasco capital de Siria, donde fue asesinado uno de los principales asesores y alto comandante del CGRI, Seyed Razi Musavi, el pilar central del apoyo al Eje de la Resistencia en el Mediterráneo Oriental.
A este crimen se suman otros dos, los miembros del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica de Irán (CGRI), Mohamadali Atai Shoorche y Panah Taqizade, quienes fueron asesinados mientras cumplían su misión de asesoramiento en el frente de batalla de la Resistencia islámica en Siria, el 2 de diciembre de 2023.
Estos asesinatos israelíes, cuentan con el apoyo y financiamiento de Estados Unidos, que buscan no sólo debilitar las capacidades del Ejército sirio; sino atizar el caos en toda la región violando, pisando toda Ley Internacional— violación flagrante de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas— ante el amparo y la venia de todos los organismos internacionales: la ONU, la OTAN, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), y los países europeos; quienes actúan como cómplices.
Todo esto se produce cuando Israel lleva a cabo el genocidio contra la Franja de Gaza, dejando ya un saldo de más de 22.000 palestinos muertos, la mayoría niños, donde “La comunidad internacional” está siendo testigo del asesinato de miles de inocentes, y que ante estos hechos se queda de brazos cruzados. Romper relaciones diplomáticas con Israel, ahora no basta, sino debe ser llevado ante la Corte Penal Internacional para que se lo juzgue.
Más temprano que tarde las fuerzas del Eje de la Resistencia, no tendrán otra opción que responder plenamente a sus opresores; “Tormenta de Al-Aqsa”, del Movimiento de Resistencia Islámica, puso de relieve el inminente colapso de Israel destruyendo el mito de su invencibilidad.
Por el otro flanco, el movimiento y Ansarolá (Partidarios de Dios) en Yemen, respondieron el llamado de sus hermanos palestinos, atacando en el mar rojo a los navíos con destino a Israel, por otra parte, Hezbolá en el Líbano, viene lanzando ataques al ejército sionista como en la base Birket Risha, provocando “muertos y heridos” entre los militares israelíes.
Asimismo, la República Islámica de Irán dijo que responderá a Israel y EEUU por el asesinato de sus mártires; amparado en el Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas. El general Seyed Razi Musavi, fue uno de los compañeros del fallecido general iraní Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la República Islámica de Irán (CGRI), quien fue asesinado por Estados Unidos en un ataque por drones en Irak, el 3 de enero de 2020.
Estos grandes movimientos revolucionarios contra el poder hegemónico de los imperios, tienen bajo su consigna el de enarbolar la bandera de la lucha contra todo tipo de tiranía a favor de los oprimidos del mundo.
Todo indica que el “Eje de la resistencia” será quién finalmente desterrará al régimen Israelí y a todos sus aliados; pues la cristalización de sus principios como el triunfo de la Revolución Islámica, son una muestra de su lucha en concomitancia con su libro Sagrado el Corán, que les ordena que preparen contra sus enemigos toda la fuerza y toda la caballería que puedan para atemorizar al enemigo de Dios (Corán, Sura VIII, aleya 60); siendo esta orden no de gobernantes ni generales, sino de Allah (Dios), Él que los une y que dará por recompensa a cada mártir que defiende su territorio el paraíso; a tal fin, aunque el ejército israelí “barra” con ellos, su lucha y resistencia será heredada a los niños y niñas que hoy son testigos directos de la desaparición de sus padres y madres en las garras del ente ocupacionista en Palestina, en tal sentido, querer derrotar a la resistencia islámica es una utopía, Israel debe pisar realidad; caso contrario será muy tarde para que se arrepienta por sus actos criminales contra los pueblos libres del mundo.
Por Sdenka Saavedra Alfaro, periodista, escritora y profesora universitaria