CARLOS D’ HOY
Los Centros de Detención Preventiva, o cárceles de las policías, albergan a más de 20 mil detenidos con altísimas tasas de hacinamiento, insalubridad y enfermedades
Las complicaciones respiratorias, desnutrición, cáncer e infartos fueron las principales causas de muerte de las personas que se encuentran presas en los denominados Centros de Detención Preventiva (CDP), o retenes policiales, según se desprende del informe que analiza la situación que vivieron en el año 2023 estos detenidos, realizado por la Organización No Gubernamental Una Ventana a la Libertad.
Hacinamiento en las nuevas cárceles del siglo XXI
Al evaluar la situación en “las nuevas cárceles del siglo XXI”, la situación fue la siguiente: En el primer semestre de 2023 la población masculina fue de 20.886 detenidos que convivían en centros que tienen una capacidad instalada de 10.842 cupos. El hacinamiento llegó a 192,64%.
En el segundo semestre, la población masculina fue de 17.481 personas presas en centros con una capacidad máxima de 9.234 personas. El hacinamiento llegó al 189,31%.
La situación se complica cuando vemos cómo conviven las mujeres detenidas: El primer semestre de 2023 la población era de 1.773 detenidas y en el segundo semestre de 2.028, la capacidad instalada para atenderlas en las cárceles era de 213 cupos, el hacinamiento llegó a un alarmante 832,39%.
Los investigadores encargados de elaborar el informe señalaron que a manera de ejemplo en Caracas la capacidad instalada es de 1.053 cupos y el 2023 cerró con 3.036 detenidos, el hacinamiento llegó al 288,59%; el estado Zulia con una capacidad de 930 cupos en 2023 tuvo 2.473 detenidos, el hacinamiento fue de 265,91%.
Muertes prevenibles
El Informe Anual de la ONG señala que al menos 17 personas, recluidas en centros de detención preventiva o retenes policiales, murieron en 2023 por razones de salud, ocho de ellas durante el primer semestre y nueve durante el segundo semestre. En ese periodo otro detenido falleció, aunque las causas del deceso no fueron tan naturales como las anteriores, este se había fugado y fue recapturado, los investigadores no informaron qué provocó la muerte del detenido.
Asimismo, la investigación revela también que un privado de libertad, recluido en un calabozo policial, murió al recibir un golpe en el abdomen.
Suicidios, un tema a ser analizado
Los redactores del informe detectaron un preocupante indicador en lo relacionado al tema de la violencia autoinflingida: el año pasado se registraron cinco casos de suicidio en calabozos policiales- El informe señala textualmente: “La cifra de suicidios es tan alarmante que podemos compararla con la de los casos de tuberculosis”, un tema delicado y que debería ser analizado con detenimiento por parte de las autoridades policiales, al considerar que pocos, por no decir ningún preso en este tipo de calabozos se encuentra solo.
Enfermedades de la miseria
Según el registro de casos recopilados por UVL, 19 hombres murieron en los CDP: Ocho de tuberculosis, siete por complicaciones pulmonares y respiratorias, uno por hemorragia digestiva, uno de meningitis, uno de paludismo, uno por un tumor cerebral.
Además se debe agregar la muerte de tres mujeres, una de tuberculosis, una de cáncer y una de desnutrición.
UVL destaca en su informe que la tuberculosis (TBC) es el problema de salud más grave que sufren los privados de libertad en Venezuela. En total se reportaron 2.151 personas enfermas.
Los reportes del año pasado establecen que las enfermedades más comunes detectadas fueron la gripe, escabiosis o sarna y tuberculosis, además encontraron un importante número de presos contagiados de VIH-SIDA
También se detectaron casos de cáncer de mama, accidentes cerebrovasculares, esquizofrenia, hipertensión, parálisis cerebral, tumores cerebrales, complicaciones respiratorias/pulmonares, infecciones bacterianas y mastitis.
La falta de baños, la existencia de letrinas improvisadas y la acumulación de heces fecales y basura dentro de las celdas contribuye a que los detenidos sufran enfermedades gastrointestinales con mucha frecuencia.
En estos lugares hay todo tipo de animales rastreros, moscas, zancudos y cucarachas, la falta de aseo es constante.
Por cierto, los familiares de los detenidos son los únicos responsables de la sobrevivencia de todos los detenidos.
Madres, esposas, hermanas y concubinas suministran alimentos preparados y para preparar, agua potable, productos de aseo personal y limpieza de las celdas, y pagan los traslados cuando los detenidos deben ir a centros asistenciales.
Mujeres sin derecho a la salud sanitaria
UVL destaca que, al cierre del 2023, 2.028 mujeres se encontraban recluidas en centros de detención preventiva, pero solo existen 12 calabozos policiales a nivel nacional exclusivos para ellas, 74 son solo para hombres y 207 retenes son mixtos.
“En apenas tres centros de detención preventiva, se le entrega papel toilette y toallas sanitarias a las detenidas”, refleja la investigación.
La organización destaca el hecho de que las mujeres no tienen derecho a recibir visitas conyugales, pero se encontraron varias embarazadas. “O ingresan embarazadas o quedan embarazadas durante su estadía en el calabozo policial”, indican los investigadores.
Por lo general las detenidas son ubicadas en oficinas convertidas en celdas, a las embarazadas no se les presta atención médica adecuada y solo son trasladadas a centros asistenciales cuando se presenta el parto.
“En esos calabozos hay más espacios para la población LGBTQ+ que para las mujeres”, indica el informe.