Repensando el febrero rebelde como lucha y resistencia

Febrero de rebelión en dos tiempos, primero la subversión de lo social el 27 y 28 de 1989 y luego la rebelión militar de 1992.

Aquí no incluimos las jornadas de luchas de los estudiantes y movimiento Popular del 14 de febrero de 1936 en el proceso de transición del gomecismo y el gobierno de Eleazar López Contreras, esta jornada es poco difundida en muchos círculos políticos de la izquierda venezolana. A veces el Memorial de luchas solo se comprime en el sesgo que interesa.

Existió ideas de rebelión en estas jornadas de luchas en especial la de 1989 y 1992, hay simetrías en ellas como continuidad o coincidencia en lecturas de los tiempos.

Lucien Goldmann, Filósofo marxista francés 1913/1970, nos dice que la historia de las ideas, en nuestro caso de insurgencias debe hacerse de «manera íntima con la historia de la vida económica, social y política de los hombres«, circunstancias y superación de ellas diría Ortega y Gasset.

Como huracán de ideas contradictorias, de acción espontánea, es una especie de rebelión popular de 1814 pero sin Boves, el Caracazo o insurgencia de los pobres, develó las fallas y grietas profundas de un país en crisis y quiebre de la dirección ético moral del modelo representativo de democracia burguesa, la burbuja explotó en forma inesperada y el comenzó a derribarse en menos de dos meses.

La lección a pagar para los sectores populares fue infernal, centenares de muertos, detenciones y allanamientos a lo largo y ancho del país, buscando una conspiración política inexistente hasta llegar a la criminalización de toda la jornada de luchas, llevándola a una acción de resentimiento social sin mayores conexiones políticas. Sin embargo la idea y rechazo circula desde abajo, desde el rizoma, raíces aún en crecimiento.

«Por subversión social entendemos la forma de violencia colectiva que se manifiesta en movimiento espontáneo de rebeldía, irrumpe y se realiza por sujetos sociales que no son portadores de una intenciónalidad estratégica, es una insurrección desprovista de elementos normativos, teóricos y programaticos». Luis Damiani Revista Sic

La rebelión del 4 de febrero si llevaba todo un sello y objetivo político contra el gobierno de Carlos A. Pérez, marcado por el rechazo a la corrupción, el bipartidismo y la adequidad. En fin en menos de tres años las calles se llenan de desobediencia y enjuiciamiento al sistema político de la burguesía y toda su nomenclatura de encubrimiento criminal.

Las ideas de rebelión militar terminan en un proceso electoral donde el Teniente Coronel Hugo Chávez es elegido presidente (1998) consolidación de la 26 Constitución y el nombre de República Bolivariana de Venezuela. Pero siguen las ideas iniciales siendo insumos del Proyecto Bolivariano, donde están los extravíos de los tiempos vividos y construidos, es posible no dejar todo inconcluso como ocurre en el resto de los países de América Latina, donde los gobiernos populares y progresistas retornaron en donde comenzaron.

Tal vez en el mayor desafío en ideas viables y conducción ética de una revolución, ya que siempre habrá enemigos y aniquiladores de procesos.

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Entre Luces y Sombras
José Ramón Rodríguez
Valencia /02/2024

Fuerza24