Vietnam: 94 años rojos, rojitos

El marxismo-leninismo, combinado con el movimiento obrero y el movimiento patriótico, fue lo que condujo a la fundación de nuestro partido a comienzos de 1930.

Hồ Chí Minh

Cuando tenía apenas 21 de edad (en 1911), Nguyễn Tất Thành, quien 19 años después se convertiría en Hồ Chí Minh, se enroló en una escuela de marineros de Saigón, atrapado por el proyecto de abordar algún día un barco en busca de ideales libertarios. Por la angustia por cumplir cuanto antes su meta, permaneció en la academia apenas tres meses, de tal manera que el 2 de junio de 1911 se fue al puerto Nhà Rồng (la Casa del Dragón), en Saigón, y subió la escalerilla del Latouche Trévulle, un barco de la compañía francesa Cinco Estrellas. A duras penas logró alistarse ahí como pinche de cocina, a pesar de las dudas del capitán, quien no lo convencía la contextura física del pequeño vietnamita.

Al día siguiente, Văn Ba, el nuevo seudónimo de Hồ Chí Minh, estaba lavando ollas y platos en el navío francés, rumbo a Marsella, mientras en su mente trataba de interpretar importantes acontecimientos que se daban en el mundo, como la lucha de los comunistas chinos y el triunfo japonés frente a la Rusia zarista, que daban tumbos en su cabeza.

Tras dos décadas de iniciado el abordaje del navío francés en la Casa del Dragón, Nguyễn Ái Quốc, sobrenombre que más utilizó en Europa el líder vietnamita, se convirtió en Hồ Chí Minh (El que Ilumina), para poner en práctica la ideas que definitivamente lo habían iluminado, gracias a los comunistas franceses, y a los diez días que conmovieron al mundo, como definiera John Reed la Revolución de Octubre, que lideró Vladimir Ilich Ulianov (Lenin) en 1917.

El que ilumina

Ya como el líder que ilumina, en 1930, Hồ Chí Minh toma como trinchera de ideas y de combate la zona norte del «dragón en ascenso» (Vietnam) y el sur de la China en la que el dictador Chiang Kai-Shek y los colonialistas ingleses se habían adueñado de Hong Kong y otras zonas del hoy gigante asiático tras la guerra del Opio.

El Tío Hồ contactó, en China, cerca de las fronteras con Vietnam, a varios grupos de revolucionarios, cada uno por distintos senderos estratégicos, a quienes abordó para plantearles sus ideas marxistas-leninistas. En esa dirección les planteó que los proletarios de todos los países deben unirse, y con mayor razón los proletarios de un mismo país.

Por eso en Vietnam no puede haber tres partidos comunistas. Debemos unir a la clase obrera, a todo el pueblo, para luchar por la independencia de la patria. Necesitamos una organización unificada. Esta organización podrá llamarse Jóvenes Revolucionarios, como antes, o Partido Comunista, como en estos momentos.

La primera acción del líder, quien ya había creado el periódico Thanh Niên (Juventud), trazó como líneas de acción la independencia de la nación, las libertades democráticas, la felicidad de la nación y la marcha hacia el socialismo.

El 7 de febrero de 1930, hace 94 años, en la pequeña habitación de un obrero que vivía en Kowloon, al norte de Hong Kong, en plena clandestinidad para cuidarse de los agentes del Kuomintang de Chiang Kai-Shek y la policía inglesa, se realizó lo que sería la I Conferencia del Partido Comunista de Vietnam, que marcó la unificación definitiva de los tres grandes grupos de militantes que se movían entre el sur de China y el norte de Vietnam.

El presidente de esa primera conferencia de PCV, Hồ Chí Minh, ante la idea de que la nueva organización debería reunir a los comunistas de toda Indochina, explicó que la palabra Indochina posee un sentido muy vasto, y, según los principios leninistas, la cuestión nacional es muy estricta: no puede obligarse a otras naciones a adherirse al Partido, porque iría en contra de estos principios. En cuanto a la palabra Annam, esta tiene un sentido limitado, porque Annam no designa más que el centro de Vietnam, mientras que el país tiene tres regiones: Bac Ky (norte), Trung Ky (centro) y Nam Ky (sur). Por ello la más conveniente es la palabra Vietnam, sin ir en contra de los principios leninistas.

Economía de mercado a lo vietnamita

A once años del triunfo de la reunificación vietnamita (1975), frente a un cuadro de tierra arrasada, la dirección del PCV dio un golpe de timón en su VI Congreso (1986) al dirigir su mirada hacia el capitalismo. Fue un paso nada fácil, que supuso una profunda diatriba política en el poliburó, con importante protagonismo del hoy secretario general del PCV, Nguyen Phu Trong.

Para dar ese dramático giro económico era inevitable revisar a fondo las relaciones internacionales de la naciente república indochina, porque era inevitable tocar la puerta de quienes por casi un siglo habían sembrado de hambre y miseria a ese pequeño país de agricultores. En efecto, se movió el piso de la plataforma comunista, pero finalmente la bandera del đổi mới (renovación) logró ondear en Hanói. Treinta y ocho años después, Vietnam se muestra cual dragón en ascenso, como la tercera economía del sureste asiático.

Hoy, con motivo de los 94 años del PCV, el poliburó sostiene que:

Nuestro Partido más se da cuenta de que la transición al socialismo es una obra larga, extremadamente difícil y complicada, porque se deben generar profundos cambios cualitativos en todos los ámbitos de la vida social. Vietnam comenzó a encaminarse hacia el socialismo desde un país agrícola atrasado, obviando el sistema capitalista, con las fuerzas productivas muy diezmadas. Además, el país había atravesado por décadas de guerra, con consecuencias muy graves. Todavía las fuerzas hostiles buscan a menudo destruir, por lo que resulta más difícil y complicado. De ahí la necesidad de atravesar un largo período de transición con muchos pasos, varias formas de organización socioeconómica entrelazadas, con luchas entre lo viejo y lo nuevo. Al decir que ignoramos el régimen capitalista, queremos dar a entender que desestimamos el régimen opresivo, injusto y explotador capitalista; ignoramos los malos hábitos y las instituciones políticas que no se adecuan al sistema socialista, pero sin desconocer los logros y valores civilizados que la humanidad ha conseguido en el período de desarrollo del capitalismo. Por supuesto, la herencia de estos logros debe ser selectiva desde un punto de vista científico y de desarrollo.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes de consulta:

Luan, M., Xuan, D., y Tien, T. D. (2008). Hồ Chí Minh, de la infancia a presidente de Vietnam. Vietnam: Editorial Thế Giới.

Trong, N. P. (2005). Vietnam en el camino de la renovación. Vietnam: Editorial Thế Giới.

Vietnam Plus. https://es.vietnamplus.vn/