La caída de Tareck El Aissami, el antiguo «zar del petróleo»

La captura de Tareck El Aissami podría explicarse como un intento del Gobierno de demostrar, en el marco preelectoral, que va a castigar a los corruptos.Imagen: Venezuelan Public Prosecutor’s Office/AFP

Emilia Rojas Sasse

La inesperada detención de Tareck El Aissami en Venezuela desató muchas especulaciones. ¿Qué implicaciones podría tener en esta etapa preelectoral?

Tareck El Aissami fue, en su día, una de las figuras más importantes de la Venezuela chavista. Tanto, que se le llegó a conocer como el «zar del petróleo” venezolano. Pero su estrella se había eclipsado hace ya más de un año, cuando renunció a su cargo como ministro de Petróleo, el 20 de marzo de 2023, debido a un escándalo de corrupción en la empresa estatal PDVSA.

En ese momento, explicó que se apartaba para colaborar con las investigaciones que realizaba la Fiscalía.

Lo que siguió fue un absoluto silencio en torno a esta figura, que también había ocupado la vicepresidencia de la República. Por eso causó especial revuelo su detención, este martes (09.04.24)y desató una serie de especulaciones, en el marco de un ambiente preelectoral ensombrecido por la polémica inhabilitación de la candidata opositora María Corina Machado.

Figura clave

Díficil resulta establecer las razones precisas de la caída en desgracia de Tareck El Aissami, a quien, en el pasado, el presidente Nicolás Maduro había defendido con vehemencia cuando Estados Unidos lo acusó en 2017 de participación en lavado de dinero y narcotráfico, y en 2019 lo incluyó en la lista de personas buscadas por la justicia.

«El Aissami fue un hombre importante para Chávez y para Maduro. Era un hombre eficiente, trabajaba en equipo y se hizo imprescindible, además de tener importantes relaciones con el mundo árabe (Irán, especialmente)”, indica a DW Carmen Beatriz Fernández, de la consultora política de DataStrategIA, y profesora de comunicación pública Universidad de Navarra.

Fernández agrega que, «en los años más recientes, fue parte vital de la construcción de una narrativa económica de ‘Venezuela se arregló’ que, tras la dolarización de facto de la economía en 2019, pretendía vender una imagen de normalización del país y de resiliencia y reinvención nacional pese a las sanciones. El entorno de El Aissami hacía prósperos negocios y en Venezuela florecieron unas muy contadas islas de prosperidad, en Caracas y otras capitales del país, con lujo explícito, autos de lujo, construcción de centros comerciales y oficinas, nuevos restaurantes y bodegones de exquisiteces importadas».

La corrupción en la mira

El escándalo de corrupción de la petrolera estatal acabó con su carrera. «Cayó todo su entorno en un entramado de corrupción donde habrían desaparecido 20 mil millones de dólares de las arcas públicas”, dice la académica.

«Mi impresión fue que el problema de El Aissami con Maduro tiene que ver con dinero y negocios. Maduro necesitaba caja para afrontar retos electorales y El Aissami no supo explicarle las cuentas. Una campaña sin plata es una condena. Maduro se vio en puertas de un proceso electoral sin dinero que echar a la calle”, apunta.

Andrés Caleca, economista, expresidente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela y excandidato presidencial en las primarias de la oposición, duda de que haya una lucha real contra la corrupción. «No creo en eso. Incluso siguen las denuncias de ventas ilegales de petróleo. De hecho, el sr. que está al frente de PDVSA era un lugarteniente de Tareck El Aissami, y es imposible que toda esa trama se haya llevado a cabo sin que el segundo de a bordo se hubiera enterado”.

¿Purga política?

«Yo no creo que el problema de fondo haya sido la corrupción. Creo que seguramente hay un problema de purga política”, dice Caleca a DW. Pero hace notar que «la purga ocurrió el año pasado. Lo que es inexplicable es que la detención haya ocurrido un año después, cuando todos sus cómplices fueron detenidos el año pasado”.

En su opinión, el momento de la captura podría deberse a un intento del Gobierno de demostrar, en el marco preelectoral, que va a castigar a los corruptos. «Sobre todo por el grado de desesperación de las bases chavistas y otrora chavistas, por ver todos los días cómo se ha enriquecido la cúpula gobernante, mientras el pueblo se ha ido empobreciendo cada vez más, esa podría ser una intención. Pero, si es así, estoy seguro de que será inútil”, señala, afirmando que «la gente ya no les compra eso”. 

A juicio de Carmen Beatriz Fernández, el Gobierno podría «estar intentando matar varios pájaros de un solo tiro”. Por ejemplo, «mostrar un compromiso con la lucha contra la corrupción y la impunidad hacia las bases más duras del chavismo, como mensaje electoral, buscando recuperar a gente que se ha sentido burlada, pero también mandando un mensaje de alerta a quienes son parte de la nomenklatura”.

Otro objetivo podría ser dar una muestra «de buena conducta hacia Estados Unidos, que está por emitir su veredicto respecto a las sanciones el próximo 18 de abril”. La académica también menciona el interés del Gobierno en «controlar la agenda noticiosa”, restando visibilidad a hechos como la visita de Petro a Venezuela, así como la de la Unión Europea para la eventual observación internacional. «Mostrar a Tareck El Aissami ahora es parte de una estrategia de comunicación para distraer a la opinión pública de otros eventos políticos”.