Por: Eligio Rojas, UN |
11 de abril de 2024.- Palos, botellas y piedras versus fusiles y revólveres. Así describe la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia la confrontación del jueves 11 de abril de 2002 en la avenida Baralt cruce con la Urdaneta, en Caracas, donde murieron 19 personas impactadas por proyectiles provenientes de agentes de la extinta Policía Metropolitana (PM) o los francotiradores.
Para investigar esos hechos del 11, 12, 13 y 14 de abril, donde fue depuesto el entonces presidente Hugo Chávez por 48 horas, la Asamblea Nacional designó una comisión presidida por el diputado Edgar Zambrano y teniendo de vicepresidente al también parlamentario Tarek William Saab.
La comisión apuntó entre sus conclusiones que la entonces Policía Metropolitana sirvió de vanguardia a la marcha opositora que sus líderes decidieron desviar desde Chuao a Miraflores.
El informe de esa comisión sirvió de insumo para el juicio contra 11 funcionarios: 3 jefes policiales (Iván Simonovis, Henry Vivas y Lázaro Forero) y seis uniformados de la PM.
Ese proceso se llevó a cabo ante el Tribunal 4° de Juicio de Aragua, a cargo de Marjorie Calderón. Durante el juicio quedó probado el uso desproporcionado de las armas largas y cortas que portaban los metropolitanos. El Tribunal dejó establecido que Arube Pérez Salazar portaba ese 11-A un fusil 5.56 con el cual disparó montado desde una unidad blindada hacia el norte de la Baralt entre Piñango y Puente Llaguno, donde cayeron muertos con proyectiles 5.56 Rudy Alfonso Urbano y Erasmo Sánchez.
Marcos Hurtado, otro de los policías procesados, admitió que el Grupo Fénix, no estaba destinado a enfrentar eventos como el del 11-A. Explicó ante el Tribunal que el Grupo Fénix de la PM “investiga y realiza allanamientos para disminuir el auge delictivo”.
El Tribunal identificó el armamento que portaba cada uno de los funcionarios policiales. Por ejemplo, Julio Rodríguez Salazar se encontraba en la esquina de Muñoz la tarde del 11-A disparando con una sub ametralladora HK MP5.
Los disparos de Salazar eran hacia Puente Llaguno donde resultaron lesionados Wilmar Pérez, Yesenia Fuentes, Juan Ramón Ramos, Víctor Dávila, Luis Carvajal, Edgar Velásquez Pino, Juan Bautista Acosta, Luis Beltrán Mata, Milvida Campos, Yuceidi Carolina Campos, Jacinto Antonio Medina, Adrián Linares, entre otros, según el expediente.
El tribunal escuchó varios testimonios de expertos que censuraron el uso de las armas largas empleadas por los metropolitanos ese 11-A.
Saúl Suárez Cano dijo en el juicio que el fusil 5.56 que portaban varios policías “solo debe utilizarse en situaciones de envergadura y que no había la necesidad de hacerlo en ese momento”. Una opinión similar expuso Lázaro Forero, quien se desempeña en ese tiempo como subdirector de la PM y dijo en el juicio que no se justificaba la presencia de fusiles 5.56 en los hechos del 11-A.
El Tribunal detectó que tanto Forero como Henry Vivas (director de la PM) trataron de presentarse como desconocedores de lo que ocurría en la avenida Baralt la tarde del 11 de abril. Es por ello que en la sentencia el Tribunal dejó constancia de que “tanto Henry Vivas como Lázaro Forero tenían conocimiento sobre lo que sucedía en la Baralt, el primero vía radio y el segundo por haber estado allí, siendo éste el superior de todos los demás oficiales que se encontraban en dicha avenida aun cuando señaló que todos debían reportarle a Vivas lo que sucedía”.
Vivas y Forero igualmente sabían sobre los funcionarios que se encontraban en el edifico La Nacional disparando hacia la Baralt. Las grabaciones de sus radiotransmisores dejaron grabado el momento en que ambos directivos recibieron esa información. Uno se identificaba como SOL1 (Vivas) y el otro SOL2 (Forero).
Los disparos que asestaron el grupo de policías desde el edificio La Nacional, adyacente a la estación Capitolio del Metro de Caracas, era la señal para arreciar y avanzar hacia Puente Llaguno, punto de contención de ese grupo de policías.
De hecho fue allí donde se produjo la mayor cantidad de muertos y heridos de esa confrontación, razón por la cual se erige un monumento para recordar a los caídos. Y fue precisamente aludiendo a Puente Llaguno que un reportero de Venevisión informó al país que desde ese sitio cercano a Miraflores dispararon a la manifestación opositora. Para soportar ese dicho, el canal de televisión presentó imágenes que enfocan solamente a las personas que disparaban desde el Puente Llaguno, ocultando a quién le disparaban.
Tiempo después se conocieron otras imágenes donde se observa una avenida Baralt sin esa muchedumbre que decía la televisora, con lo cual se desmontaba la especie según la cual las muertes de ese día eran obra de los “Pistoleros de Puente Llaguno”.
“Los acusados Vivas y Forero pedían información y daban instrucciones”, concluyó el Tribunal.
Y en cuanto a Iván Simonovis (secretario de Seguridad Ciudadana de Caracas), el Tribunal indicó que “es evidente que ejercía un control sobre la Policía Metropolitana”.
Los enjuiciados
El juicio contra Henry Vivas, Lázaro Forero e Iván Simonovis inició el 22 de marzo de 2006 y concluyó el 3 de abril de 2009. Ese trío fue condenado a 30 años de prisión al igual que los policías metropolitanos Erasmo Bolívar, Luis Enrique Molina Cerrada, Julio Ramón Rodríguez y Héctor José Rovain.
Otros uniformados condenados son Arube José Pérez Salazar (17 años y 10 meses de prisión); Marcos Javier Hurtado (16 años y 8 meses). Homicidio calificado (complicidad correspectiva), uso indebido de arma de fuego y lesiones personales figuran entre los delitos por los que fueron acusados.
Esas condenas fueron confirmadas por la Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia el 21 de mayo de 2010, según sentencia N° 173 redactada por Eladio Aponte y avalada por Deyanira Nieves, Héctor Coronado y Miryan Morandy. Blanca Rosa Mármol salvó su voto.