El eterno mensaje de Mikis Theodorakis

Fue un claro y universal ejemplo del amor por la cultura y la militancia por la Justicia y la Paz.

La figura y el accionar de Mikis Theodorakis fue vital para rescatar y hacer permanecer la tradición, la historia y la cultura de Grecia.

Fue aquella, entre 2012 y 2015, hace ya una década, una crisis y una revuelta que conmovieron al mundo. No eran las primeras, pero hubo mucha repercusión. Los griegos se levantaban contra los paquetazos neoliberales, los llamados rescates de emergencia que otorgaban la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) exigiendo a los Gobiernos poner de rodillas a los pueblos.

Durante unos cuantos años la situación política y económica en Grecia estuvo en la pupila del planeta, así como lo había estado en los tiempos de la Segunda Guerra Mundial frente al fascismo italiano y el nazismo alemán, y luego la ocupación inglesa y el llamado Golpe de los Coroneles. Nada allí fue gratuito.

Con las manifestaciones en territorio helénico todos de alguna manera volvimos la mirada hacia su historia, sus luchas, sus aportes en todas las disciplinas de las ciencias, y sus manifestaciones legendarias del arte, de su cultura en el teatro, la danza, la filosofía y la música.

Mikis Theodorakis
Theodorakis llevó a Grecia en el alma.

En un claro y universal ejemplo de lo que es la militancia por la Justicia y la Paz conjuntamente con la tarea de rescatar y hacer permanecer la tradición, la historia y la cultura de su país, la figura y el accionar de Mikis Theodorakis fue muy importante, fue vital. No fue el único, pero sí fue el más notorio.

De Mikis Theodorakis son estas lineas, que junto a Manolis Glezos dio a conocer como una carta abierta: “Luchando contra la clase de la riqueza, los ciudadanos de Atenas señalaron el camino para la Constitución de Pericles y la filosofía política de Protágoras, quien dijo: ‘El hombre está muy por encima de todo el dinero’. Hoy en día, los ricos están tratando de tomarse la venganza en la mentalidad humana: ‘Los mercados están muy por encima de todos los hombres’ es el lema que nuestros líderes políticos abrazan gustosamente, aliados al demonio dinero como nuevos Faustos. Sus medios de comunicación no se dirigen solo contra los griegos, sino también contra la herencia griega y la antigua civilización griega. Esta opción muestra los objetivos profundos y ocultos de la ideología y de los valores del capital financiero, promotor de un capitalismo de destrucción. El intento de los medios de comunicación alemanes de humillar símbolos, como la Acrópolis o la Venus de Milo, no es sino una expresión del profundo desprecio de los banqueros que controlan los medios de comunicación, ya no tanto contra los griegos, sino sobre todo contra las ideas de libertad y democracia que nacieron en este país”.

Mikis Theodorakis

Nació el 29 de julio de 1925 en Chios, Grecia y en Atenas falleció el 2 de septiembre de 2021.

Este creador masivamente conocido por la música de la película “Zorba, el griego” es uno de los mejores ejemplos de militancia con y para el arte. Theodorakis ha sido, sin dudas uno de los más grandes compositores de la Grecia contemporánea. Además de la música y el arte fue siempre un militante comunista y un gran luchador contra el fascismo. La marca de Grecia estuvo en toda su obra y en todos sus pasos en lo académico, en lo popular, en el cine, en la producción danzaria, en fin, en su legado de tierra y mares, y en su vida.

Se recuerda que en protesta contra los ingleses, invasores también de su tierra, luego de una verdadera matanza de manifestantes, Theodorakis empapó la bandera griega con la sangre de muertos y heridos y avanzó con ella hacia los opresores. Así reconquistaron los espacios que trataban de quitarles.

Tenía solo 19 años y, detenido, vivió prisión y terribles torturas. Las mismas que padecería en 1967 con el llamado Golpe de los Coroneles (extrema derecha). La presión internacional logró sacarlo de la cárcel al exilio en Francia, y allí desarrolló una etapa muy productiva para su creación musical y de mucho acercamiento al mundo hispano y latinoamericano.

Mikis Theodorakis
En compañía del actor Anthony Quinn, quien interpretó a Zorba, el griego.

Periplo

Ya venía Mikis de hacer la música de “Z” (1969) y la música del baile final de “Zorba, el griego” (1964) con los pasos del sirtaki. También estuvieron posteriormente “Sérpico”(1973) y “Estado de sitio” (1972), pero contaba con grandes obras sinfónicas, oratorios, sinfonías y música tradicional de Grecia abordada desde lo académico. Su Suite número 1 para piano y orquesta, le llevó a ganar en 1957 la Medalla de Oro en el Festival de Moscú, ante un jurado presidido por Dimitri Shostakóvich.

Mirando hacia América

Hay episodios que vinculan a Theodorakis con la América Latina, comenzando por su visita en 1962 a La Habana, Cuba, donde pudo estrechar vínculos con el Che Guevara y con el Comandante en Jefe Fidel Castro, conociendo de cerca el proceso de la Revolución Cubana.

Mikis Theodorakis
Junto al líder cubano Fidel Castro.

Para 1973 el poeta chileno Pablo Neruda representaba a su país en París, Francia. Theodorakis, quien había llegado a la capital francesa y realizaba estudios musicales, conoció al poeta y surgió la idea de musicalizar el “Canto General” de Neruda. Theodorakis estructuró y dio forma a todo (un verdadero oratorio) y acordaron estrenar la obra en Santiago de Chile. Era septiembre de 1973.

El músico griego inició una gira latinoamericana cuya primera escala fue Caracas. Theodorakis había estado en 1971 en Chile y conocía al presidente Salvador Allende. Fue Allende quien le llamó para que se detuviera en Caracas unos días más porque la situación en Santiago estaba políticamente complicada. El 10 de septiembre sería la última vez que hablaron. Al día siguiente caía el presidente mártir en La Moneda. Además de la indignación, se presentaba la imposibilidad de estrenar el “Canto General” en Chile. Theodorakis lloró en Caracas.

En una situación como esa y con todos los músicos preparados, y además en medio de la indignación latinoamericana por lo que acontecía en Chile, Mikis Theodorakis presentó el “Canto General” en el Estadio de la Universidad Central de Venezuela, como homenaje a Allende y a su pueblo. Caracas también lloró ese día. El “Canto General” se presentaría también en México y en Argentina. Chile tendría que esperar 20 años para apreciar esa joya musical y militante.

También Theodorakis compuso en 1973 el Himno (muy famoso) del Movimiento al Socialismo, partido político de izquierda que estaba naciendo en Caracas. “Si podemos, podemos, sí podemos podemos”.

En 1974, Theodorakis regresaría a su país con la caída de la Dictadura de los Coroneles. Fue recibido por el pueblo como todo un emblema de lucha y resistencia, un héroe popular, pero no todas las pesadumbres habían terminado para él. Durante las protestas de 2015 el gran músico y pacifista sufrió nuevamente los rigores de la represión en su país, a pesar de su prestigio y de su edad.

Despedida

Mikis Theodorakis falleció el jueves 2 de septiembre de 2021. Ya contaba con 96 años de edad.

Con anterioridad había solicitado, sabiendo que su fin se acercaba, ser sepultado en Galatás, en Creta, la tierra de sus padres (y la de Zorba) y ser considerado hasta el final un militante comunista. Hubo duelo nacional y oficial, y muchas ceremonias para despedirlo hasta que fue trasladado su cuerpo a Creta, donde una multitud no dejó de acompañarle y alabarle. Alguien dijo que con él había muerto una divinidad griega.

Mikis Theodorakis
Trascendió a la posteridad como cultor y político militante.

Visionario, por cultor y por político militante, conviene no olvidar lo que escribió Theodorakis en los convulsionados años de la Grecia contemporánea, y que pareciera haber sido escrito ayer para otros pueblos del mundo:

“Lo que me intriga es la desmesurada importancia de los ataques internacionales de los que nuestro país está siendo objeto, y cuya coordinación es casi perfecta, a pesar de tratarse de un país cuya economía es insignificante, lo cual acaba por parecer sospechoso…Todo eso me lleva a pensar que alguien nos está culpabilizando… y que todo el asunto de la solidaridad europea no es más que una cortina de humo, para que no se vea que se trata de una iniciativa puramente estadounidense, para llevarnos a una crisis económica artificial, para que nuestro pueblo tenga miedo, para que se someta, para que pierda importantísimas conquistas y, finalmente, para que se ponga de rodillas y acepte la dominación extranjera”.

Los pueblos dignos del mundo, como Theodorakis, no se dejan derrotar, y vencen.