NO TENEMOS CANDIDATO: ¿QUÉ HACER?
Hablando claro y pronto: si llega a haber elecciones presidenciales el 28 de julio, las clases populares no tendremos ningún candidato que represente nuestros reclamos, derechos y aspiraciones ¿Qué hacemos entonces?
Aunque las elites (en el gobierno y en la oposición) parecen odiarse y combatirse, existe entre ellas un consenso caracterizado por su apuesta a las políticas neoliberales: reducción del gasto público, privatizaciones, desregulación de mercados, privilegios a la inversión privada que implican violación de derechos laborales y explotación de la naturaleza (derogación de facto de ley del trabajo; el salario mínimo más bajo del continente; la desaparición de las prestaciones sociales, el bono vacacional y la utilidades; extractivismo minero y petrolero). Contra esas mismas políticas nos rebelamos desde finales de los 80, cuando CAP, Caldera y Petkoff nos decían que no había opciones. Nos rebelamos porque ayer, como hoy, significan un aumento de la pobreza, del hambre, de la desigualdad y de la exclusión. Y en esa rebelión nos acompañó Chávez, que nunca se cansó de denunciar que «el neoliberalismo es un modelo que beneficia a las elites y a las grandes corporaciones, en detrimento de los intereses del pueblo».
Hoy los ojos de Chávez son usados en la campaña de un candidato neoliberal, pero la mentira a pocos convence. Nos dicen que “no había opciones” por culpa de las sanciones gringas. Y claro que esas sanciones son criminales y perversas, pero ellas solas no sirven para explicar el giro a la derecha que realizaron las elites que hoy gobiernan. Tenían otras opciones de políticas no “austericidas” ¿Por qué no las aplicaron? Sencillo: porque en medio del bloqueo y la corrupción, esas mismas elites se convirtieron en un sector de la burguesía y comenzaron a pensar como “empresarios”. A través de sus operadores (Alex Saab, Pedro Morejón, Samark López y un largo etc.) acumularon enormes riquezas. Si te vuelves un burgués, pensarás como burgués, sin importar de qué color te vistas para la campaña.
Del lado opositor no hay que explicar demasiado. Nunca representaron una opción favorable a las clases populares. Siempre fueron marionetas de sectores de la burguesía y su propuesta siempre fue el neoliberalismo. Por eso pasamos 20 años rechazándolos. Y si hoy hay un dilema, es porque el gobierno decidió mimetizarse con quien fuera su adversario.
Ajá, y entonces qué hacemos: ¿nos abstenemos, votamos nulo, votamos por el menos malo de los candidatos (si es que existe algo como eso)? ¿Qué decisión nos puede ayudar a mejorar nuestras vidas, que nuestros muchachos vuelvan al país, y que tengamos más poder de decisión en la sociedad? La verdad, no se nos ocurre otra opción que prepararnos para después del 28. Porque ese día, gane quien gane, nosotros perdemos. Nuestra recomendación: decida usted si se abstiene, vota nulo o vota por el que crea es el menos malo, pero sobre todo prepárese para construir una opción popular y autónoma que exprese nuestras luchas por la dignidad. Si queremos volver a ser protagonistas de nuestra historia y combatir a las elites corruptas (de los dos lados) que hoy nos tienen secuestrados, no hay más camino que luchar, organizarnos, debatir ideas y propuestas, movilizarnos y expresarnos. Los de arriba no nos salvarán. Solo el pueblo salva al pueblo.
BATALLÓN BLINDADO