Libélulas en Cuba: especies, endemismo y conservación

por Henrik Hernandezpublicado en mayo 27, 2024

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Las libélulas, conocidas científicamente como Odonata, son insectos que han fascinado a los seres humanos por su belleza y su vuelo ágil. En Cuba, estas criaturas desempeñan un papel vital en el ecosistema y presentan una diversidad notable. Este artículo se enfoca en las especies de libélulas presentes en general y aquellas que se encuentran en Cuba, incluyendo las endémicas, y su estado de conservación.

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Las libélulas tienen un origen antiguo que se remonta al período Carbonífero, hace aproximadamente 300 millones de años. Los primeros miembros del orden Odonata eran significativamente más grandes que las especies actuales, con algunas envergaduras que alcanzaban los 70 cm. La evolución ha llevado a una diversificación considerable, adaptándose a una variedad de hábitats acuáticos.

Se han descrito 6315 especies de odonatos a nivel mundial y se considera que existen entre 500 a 1000 especies por descubrir. El orden Odonata se divide en tres subórdenes principales:

Anisoptera (Libélulas verdaderas): Con 3092 especies clasificadas en 11 familias y 4 del suborden, Incluye las libélulas grandes y robustas con alas desiguales

André Karwath aka Aka, CC BY-SA 2.5 , via Wikimedia Commons

Anisozygoptera: Con 4 especies perteneciente a una sóla familia.

Gorman Lewis, U.S. Fish and Wildlife Service, Public domain, via Wikimedia Commons

Zygoptera (Caballitos del diablo): Incluye especies más pequeñas y delicadas con alas iguales. Con 3219 especies agrupadas en 26 familias.

Caballito del diablo. Image byMarc PascualfromPixabay

Cuba alberga una variedad de especies de libélulas que habitan en diferentes ecosistemas acuáticos a lo largo de la isla. Hasta el 2018 se habían registrado 88 especies en 42 géneros y 7 familias.

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Algunas de las especies más comunes y notables incluyen:

 Erythrodiplax berenice: Conocida como la «libélula azul», es una especie común en diversos cuerpos de agua.

Pantala flavescens: Una libélula migratoria que se encuentra frecuentemente en Cuba.

Tramea abdominalis: Destaca por su color rojo vibrante y es común en la isla.

Orthemis ferruginea: Otra especie roja, conocida por su presencia en estanques y lagunas.

Anax junius: La «libélula verde» es una de las especies más grandes y se encuentra en áreas abiertas con cuerpos de agua.

En Cuba, la biodiversidad única se refleja en la presencia de especies de libélulas endémicas, que abarcan el 7% de las conocidas. Algunas de estas especies incluyen:

Protoneura amatoria: Una especie endémica que se encuentra en hábitats acuáticos específicos de la isla.

Lestes auritus: Una pequeña libélula endémica que habita en las zonas húmedas de Cuba.

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Las libélulas en Cuba se distribuyen en una variedad de hábitats acuáticos, que van desde estanques y lagunas hasta ríos y humedales. Las áreas protegidas, como los parques nacionales y las reservas naturales, proporcionan refugios cruciales para estas especies.

El ciclo de vida de una libélula se compone de tres etapas principales:

Huevo: Depositan sus huevos en el agua o cerca de ella.

Ninfa (Larva): Las ninfas son acuáticas y pasan la mayor parte de su vida en esta etapa, que puede durar desde unos meses hasta varios años. Las ninfas son acuáticas y pasan la mayor parte de su vida en esta etapa, alimentándose de pequeños invertebrados.

Adulto: Tras la metamorfosis, la libélula emerge como un adulto con alas completamente desarrolladas, viviendo de unas pocas semanas a varios meses. Los adultos, por otro lado, son cazadores aéreos que ayudan a controlar las poblaciones de insectos.

El ciclo de vida de las libélulas en Cuba sigue el patrón general de las libélulas, que incluye las etapas de huevo, ninfa y adulto.

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El apareamiento de las libélulas es un proceso complejo que incluye una fase de cortejo y una postura característica en forma de «corazón». Los machos defienden territorios alrededor de cuerpos de agua donde las hembras depositan sus huevos.

 Las libélulas juegan un papel ecológico esencial en Cuba. Actúan como depredadores tanto en su fase larval como adulta, ayudando a controlar las poblaciones de mosquitos y otros insectos. Este comportamiento ayuda a controlar las poblaciones de insectos, lo que las convierte en importantes reguladores ecológicos. Además, son indicadores importantes de la salud del ecosistema acuático, ya que son sensibles a la contaminación y a los cambios en el hábitat.

El estado de conservación de las libélulas en Cuba varía según la especie. Algunas enfrentan amenazas significativas debido a la pérdida de hábitats, la contaminación del agua y el cambio climático. Las iniciativas de conservación son cruciales para proteger estas especies y sus hábitats. En particular, las especies endémicas requieren atención especial debido a su limitada distribución geográfica.

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Conclusión

Las libélulas de Cuba no solo contribuyen a la belleza natural de la isla, sino que también desempeñan roles ecológicos cruciales. La protección de estas especies y sus hábitats es esencial para mantener la biodiversidad y la salud ecológica de Cuba. Es fundamental continuar los esfuerzos de investigación y conservación para asegurar el futuro de estas fascinantes criaturas, sobre todo cuando se puede apreciar a simple vista, que están desapareciendo.

Notas:

Odonato – proviene de la voz griega “odon”, que significa diente y el sufijo latino ato/ata, que se traduce como “dotado de”. Entonces, la traducción literaria es `’que ostentan dientes”. 

Referencias

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Este artículo fue actualizado en mayo 27, 2024