Xin chào | Lady de la paz

Escuché por primera vez sobre Hồ Chí Minh en la primavera de 1954, cuando yo era una estudiante de sexto grado que vivía en los suburbios de Washington, D.C. Mi maestra nos asignó un artículo de un periódico infantil de alcance nacional. La historia acerca de la victoria vietnamita sobre los franceses en Điên Biên Phu incluía un mapa con amenazadoras flechas rojas que se arqueaban desde Hanói hacia Malasia, Indonesia, India e incluso Estados Unidos. Sentada en mi salón de clases, mirando esas flechas, pensé: ¿qué, debería creer esto?

Lady Borton

31/05/2024.- La hoy estudiosa sobre Vietnam, la estadounidense Lady Borton, es autora de uno de los libros más hermosos y completos impresos por la editorial Thế Giới, sobre la trascendencia de los veinte años que vivió Hồ Chí Minh en el exterior, sobre todo en Francia. Ese fue precisamente el país que para entonces tenía sometida a Indochina bajo un inclemente régimen colonialista desde el año 1858, cuando las tropas galas irrumpieron por las costas de Da Nang, en el Vietnam medio.

Aquella escolar de Washington, D.C., dudó de la historia sobre Vietnam ilustrada por la maestra como tarea del día. El dibujo de un mapa reflejaba el peligro que representaba Vietnam para el mundo, tras vencer a los franceses el 7 de mayo de 1954, en la explanada de Điên Biên Phu.

Quince años después, la joven Borton estaba trabajando como sanitarista en Quang Ngai, al sur de Vietnam, en plena «guerra de Vietnam» (según EE. UU.) o «guerra de Estados Unidos» (versión vietnamita, según la escritora).

Recordando sus primeros días en la tierra anamita, ella describe Quang Ngai como una zona muy disputada por ambos bandos durante el mes de septiembre de 1969, fecha en la cual había fallecido el Tío Hồ. De tal manera, pudo escuchar opiniones de soldados de las tropas proyanquis, así como de los vietnamitas contrarios, sobre la figura del líder revolucionario, pero notó que todos lo lloraban, con independencia de sus creencias políticas.

Gracias a su condición de asistente sanitaria, Borton pudo conocer la parte norte de Vietnam, ya liberada, donde se dedicó, además, a descubrir más sobre la personalidad de la máxima figura vietnamita. De este modo, sus ideas fueron tomando un nuevo perfil que despejaba las dudas que le habían sembrado en la escuela primaria sobre el papel de su país en aquellas guerras tan lejanas en diversos países, sobre todo del sureste asiático.

Los investigadores vietnamitas y extranjeros se han visto en la necesidad de hurgar bibliotecas francesas, del Reino Unido, Francia o Estados Unidos, y tomar testimonios de personas que estuvieron cerca del héroe vietnamita o que lo conocieron durante años como ayudante de cocina en barcos o en restaurantes europeos. También, varias publicaciones donde inicialmente el personaje había laborado como retocador de fotografías y caricaturista, y luego como articulista.

La inquieta joven investigadora nutrió su búsqueda en periódicos revolucionarios editados en Francia, como L’HumanitéLe PopulaireLe PariaViet Nam Hon (El Alma de Vietnam), La Vie Ouvrière (La Vía Obrera) o Thanh Niên (Juventud), con la firma de Nguyễn Ái Quốc, seudónimo que más utilizó el Tío Hồ en el exterior, sobre todo en Europa, durante su responsabilidad como directivo de la Tercera Internacional Comunista.

Lady Borton habla y lee vietnamita. Durante casi cuarenta años se ha movido como una lanzadera de un lado a otro de Vietnam, Asia, América del Norte y Europa. En los últimos años, esto le ha dado la oportunidad de reunir materiales sobre Hồ Chí Minh, nunca antes publicados en inglés. Ho Chi Minh: una travesía es mitad imágenes y mitad texto, resultando en un contenido luminoso, sencillo, coherente, fácil de leer y apropiado. Es un modelo del concepto que utilizó Hồ Chí Minh cuando aconsejó a Võ Nguyên Giáp acerca de cómo escribir un libro (según el prefacio de Hữu Ngọc).

El tiempo ha pasado, no así en vano para Lady, quien no se detuvo en la personalidad del personaje más querido de aquel lejano país de ríos y montañas. Ahora, se sumerge en aquella cultura profunda, milenaria, mediante una serie de pequeños libros que dan una visión bastante completa, no solamente de Vietnam. Se trata de una detallada investigación, levantada en alianza con Hữu Ngọc, un destacado estudioso de todo lo que tiene que ver con la tierra anamita. Temas como el año lunar, el medio Tet, la medicina tradicional, la gastronomía, el teatro Cheo, el áo dài (vestimenta tradicional) o la historia local de lugares emblemáticos como Hanói, Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh) y Hội An, o trabajos sobre una amplia visión de la Indochina profunda.

Sin temor a equivocarnos, esos sencillos y muy bien diseñados libros, escritos en vietnamita e inglés, dan respuesta a cualquier interrogante que se pueda hacer el turista o aquel que aspire a escudriñar en la cultura de ese lejano sur, ubicado a diecisiete mil kilómetros de nuestra Abya Yala. El mismo país que atrapó a una joven que fue capaz de sacar de sus ideas al Tío Sam para sustituirlo por el Tío Hồ.

Diario de un exenemigo

Cuando Lady Borton despejaba dudas sobre la guerra en Indochina, el exsoldado James Lamar Rhodes preparaba su morral para viajar a Vietnam, esta vez en plan de amistad y en busca de asistencia médica por estar contaminado por el agente naranja-dioxina que Lyndon B. Johnson ordenó rociar sobre Vietnam para acabar con la naturaleza y sus habitantes.

Lamar Rhodes fue uno de los miles de excombatientes que regresaron a Estados Unidos, impactados emocionalmente por la crueldad a la cual fueron sometidos los humildes campesinos de Laos, Camboya y Vietnam. Miles de esos jóvenes estadunidenses se suicidaron, pero la mayoría se unió a los movimientos civiles como los que tienen lugar hoy en todo el mundo contra el genocidio de Israel en Palestina.

A Lamar Rhodes no le perdonaron en Estados Unidos haberse convertido en activista por la paz y haber expuesto su protesta en su libro Rebelde, que además fue financiado por una de las organizaciones de veteranos contra la guerra. Acosado por el FBI y la CIA, el excombatiente optó por irse a Vietnam para tranquilizar su existencia y buscar el tratamiento que le habían negado en su país para superar los efectos del agente naranja.

En Vietnam, no solo salvó su vida, sino que encontró tranquilidad espiritual, hasta llegar a escribir su segunda obra, la cual tituló Diario de un exenemigo, además de convertirse en colaborador de la Revista Comunista, órgano del Partido Comunista de Vietnam.

31/05/2024.- La hoy estudiosa sobre Vietnam, la estadounidense Lady Borton, es autora de uno de los libros más hermosos y completos impresos por la editorial Thế Giới, sobre la trascendencia de los veinte años que vivió Hồ Chí Minh en el exterior, sobre todo en Francia. Ese fue precisamente el país que para entonces tenía sometida a Indochina bajo un inclemente régimen colonialista desde el año 1858, cuando las tropas galas irrumpieron por las costas de Da Nang, en el Vietnam medio.

Aquella escolar de Washington, D.C., dudó de la historia sobre Vietnam ilustrada por la maestra como tarea del día. El dibujo de un mapa reflejaba el peligro que representaba Vietnam para el mundo, tras vencer a los franceses el 7 de mayo de 1954, en la explanada de Điên Biên Phu.

Quince años después, la joven Borton estaba trabajando como sanitarista en Quang Ngai, al sur de Vietnam, en plena «guerra de Vietnam» (según EE. UU.) o «guerra de Estados Unidos» (versión vietnamita, según la escritora).

Recordando sus primeros días en la tierra anamita, ella describe Quang Ngai como una zona muy disputada por ambos bandos durante el mes de septiembre de 1969, fecha en la cual había fallecido el Tío Hồ. De tal manera, pudo escuchar opiniones de soldados de las tropas proyanquis, así como de los vietnamitas contrarios, sobre la figura del líder revolucionario, pero notó que todos lo lloraban, con independencia de sus creencias políticas.

Gracias a su condición de asistente sanitaria, Borton pudo conocer la parte norte de Vietnam, ya liberada, donde se dedicó, además, a descubrir más sobre la personalidad de la máxima figura vietnamita. De este modo, sus ideas fueron tomando un nuevo perfil que despejaba las dudas que le habían sembrado en la escuela primaria sobre el papel de su país en aquellas guerras tan lejanas en diversos países, sobre todo del sureste asiático.

Los investigadores vietnamitas y extranjeros se han visto en la necesidad de hurgar bibliotecas francesas, del Reino Unido, Francia o Estados Unidos, y tomar testimonios de personas que estuvieron cerca del héroe vietnamita o que lo conocieron durante años como ayudante de cocina en barcos o en restaurantes europeos. También, varias publicaciones donde inicialmente el personaje había laborado como retocador de fotografías y caricaturista, y luego como articulista.

La inquieta joven investigadora nutrió su búsqueda en periódicos revolucionarios editados en Francia, como L’HumanitéLe PopulaireLe PariaViet Nam Hon (El Alma de Vietnam), La Vie Ouvrière (La Vía Obrera) o Thanh Niên (Juventud), con la firma de Nguyễn Ái Quốc, seudónimo que más utilizó el Tío Hồ en el exterior, sobre todo en Europa, durante su responsabilidad como directivo de la Tercera Internacional Comunista.

Lady Borton habla y lee vietnamita. Durante casi cuarenta años se ha movido como una lanzadera de un lado a otro de Vietnam, Asia, América del Norte y Europa. En los últimos años, esto le ha dado la oportunidad de reunir materiales sobre Hồ Chí Minh, nunca antes publicados en inglés. Ho Chi Minh: una travesía es mitad imágenes y mitad texto, resultando en un contenido luminoso, sencillo, coherente, fácil de leer y apropiado. Es un modelo del concepto que utilizó Hồ Chí Minh cuando aconsejó a Võ Nguyên Giáp acerca de cómo escribir un libro (según el prefacio de Hữu Ngọc).

El tiempo ha pasado, no así en vano para Lady, quien no se detuvo en la personalidad del personaje más querido de aquel lejano país de ríos y montañas. Ahora, se sumerge en aquella cultura profunda, milenaria, mediante una serie de pequeños libros que dan una visión bastante completa, no solamente de Vietnam. Se trata de una detallada investigación, levantada en alianza con Hữu Ngọc, un destacado estudioso de todo lo que tiene que ver con la tierra anamita. Temas como el año lunar, el medio Tet, la medicina tradicional, la gastronomía, el teatro Cheo, el áo dài (vestimenta tradicional) o la historia local de lugares emblemáticos como Hanói, Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh) y Hội An, o trabajos sobre una amplia visión de la Indochina profunda.

Sin temor a equivocarnos, esos sencillos y muy bien diseñados libros, escritos en vietnamita e inglés, dan respuesta a cualquier interrogante que se pueda hacer el turista o aquel que aspire a escudriñar en la cultura de ese lejano sur, ubicado a diecisiete mil kilómetros de nuestra Abya Yala. El mismo país que atrapó a una joven que fue capaz de sacar de sus ideas al Tío Sam para sustituirlo por el Tío Hồ.

Diario de un exenemigo

Cuando Lady Borton despejaba dudas sobre la guerra en Indochina, el exsoldado James Lamar Rhodes preparaba su morral para viajar a Vietnam, esta vez en plan de amistad y en busca de asistencia médica por estar contaminado por el agente naranja-dioxina que Lyndon B. Johnson ordenó rociar sobre Vietnam para acabar con la naturaleza y sus habitantes.

Lamar Rhodes fue uno de los miles de excombatientes que regresaron a Estados Unidos, impactados emocionalmente por la crueldad a la cual fueron sometidos los humildes campesinos de Laos, Camboya y Vietnam. Miles de esos jóvenes estadunidenses se suicidaron, pero la mayoría se unió a los movimientos civiles como los que tienen lugar hoy en todo el mundo contra el genocidio de Israel en Palestina.

A Lamar Rhodes no le perdonaron en Estados Unidos haberse convertido en activista por la paz y haber expuesto su protesta en su libro Rebelde, que además fue financiado por una de las organizaciones de veteranos contra la guerra. Acosado por el FBI y la CIA, el excombatiente optó por irse a Vietnam para tranquilizar su existencia y buscar el tratamiento que le habían negado en su país para superar los efectos del agente naranja.

En Vietnam, no solo salvó su vida, sino que encontró tranquilidad espiritual, hasta llegar a escribir su segunda obra, la cual tituló Diario de un exenemigo, además de convertirse en colaborador de la Revista Comunista, órgano del Partido Comunista de Vietnam.

31/05/2024.- La hoy estudiosa sobre Vietnam, la estadounidense Lady Borton, es autora de uno de los libros más hermosos y completos impresos por la editorial Thế Giới, sobre la trascendencia de los veinte años que vivió Hồ Chí Minh en el exterior, sobre todo en Francia. Ese fue precisamente el país que para entonces tenía sometida a Indochina bajo un inclemente régimen colonialista desde el año 1858, cuando las tropas galas irrumpieron por las costas de Da Nang, en el Vietnam medio.

Aquella escolar de Washington, D.C., dudó de la historia sobre Vietnam ilustrada por la maestra como tarea del día. El dibujo de un mapa reflejaba el peligro que representaba Vietnam para el mundo, tras vencer a los franceses el 7 de mayo de 1954, en la explanada de Điên Biên Phu.

Quince años después, la joven Borton estaba trabajando como sanitarista en Quang Ngai, al sur de Vietnam, en plena «guerra de Vietnam» (según EE. UU.) o «guerra de Estados Unidos» (versión vietnamita, según la escritora).

Recordando sus primeros días en la tierra anamita, ella describe Quang Ngai como una zona muy disputada por ambos bandos durante el mes de septiembre de 1969, fecha en la cual había fallecido el Tío Hồ. De tal manera, pudo escuchar opiniones de soldados de las tropas proyanquis, así como de los vietnamitas contrarios, sobre la figura del líder revolucionario, pero notó que todos lo lloraban, con independencia de sus creencias políticas.

Gracias a su condición de asistente sanitaria, Borton pudo conocer la parte norte de Vietnam, ya liberada, donde se dedicó, además, a descubrir más sobre la personalidad de la máxima figura vietnamita. De este modo, sus ideas fueron tomando un nuevo perfil que despejaba las dudas que le habían sembrado en la escuela primaria sobre el papel de su país en aquellas guerras tan lejanas en diversos países, sobre todo del sureste asiático.

Los investigadores vietnamitas y extranjeros se han visto en la necesidad de hurgar bibliotecas francesas, del Reino Unido, Francia o Estados Unidos, y tomar testimonios de personas que estuvieron cerca del héroe vietnamita o que lo conocieron durante años como ayudante de cocina en barcos o en restaurantes europeos. También, varias publicaciones donde inicialmente el personaje había laborado como retocador de fotografías y caricaturista, y luego como articulista.

La inquieta joven investigadora nutrió su búsqueda en periódicos revolucionarios editados en Francia, como L’HumanitéLe PopulaireLe PariaViet Nam Hon (El Alma de Vietnam), La Vie Ouvrière (La Vía Obrera) o Thanh Niên (Juventud), con la firma de Nguyễn Ái Quốc, seudónimo que más utilizó el Tío Hồ en el exterior, sobre todo en Europa, durante su responsabilidad como directivo de la Tercera Internacional Comunista.

Lady Borton habla y lee vietnamita. Durante casi cuarenta años se ha movido como una lanzadera de un lado a otro de Vietnam, Asia, América del Norte y Europa. En los últimos años, esto le ha dado la oportunidad de reunir materiales sobre Hồ Chí Minh, nunca antes publicados en inglés. Ho Chi Minh: una travesía es mitad imágenes y mitad texto, resultando en un contenido luminoso, sencillo, coherente, fácil de leer y apropiado. Es un modelo del concepto que utilizó Hồ Chí Minh cuando aconsejó a Võ Nguyên Giáp acerca de cómo escribir un libro (según el prefacio de Hữu Ngọc).

El tiempo ha pasado, no así en vano para Lady, quien no se detuvo en la personalidad del personaje más querido de aquel lejano país de ríos y montañas. Ahora, se sumerge en aquella cultura profunda, milenaria, mediante una serie de pequeños libros que dan una visión bastante completa, no solamente de Vietnam. Se trata de una detallada investigación, levantada en alianza con Hữu Ngọc, un destacado estudioso de todo lo que tiene que ver con la tierra anamita. Temas como el año lunar, el medio Tet, la medicina tradicional, la gastronomía, el teatro Cheo, el áo dài (vestimenta tradicional) o la historia local de lugares emblemáticos como Hanói, Saigón (hoy Ciudad Ho Chi Minh) y Hội An, o trabajos sobre una amplia visión de la Indochina profunda.

Sin temor a equivocarnos, esos sencillos y muy bien diseñados libros, escritos en vietnamita e inglés, dan respuesta a cualquier interrogante que se pueda hacer el turista o aquel que aspire a escudriñar en la cultura de ese lejano sur, ubicado a diecisiete mil kilómetros de nuestra Abya Yala. El mismo país que atrapó a una joven que fue capaz de sacar de sus ideas al Tío Sam para sustituirlo por el Tío Hồ.

Diario de un exenemigo

Cuando Lady Borton despejaba dudas sobre la guerra en Indochina, el exsoldado James Lamar Rhodes preparaba su morral para viajar a Vietnam, esta vez en plan de amistad y en busca de asistencia médica por estar contaminado por el agente naranja-dioxina que Lyndon B. Johnson ordenó rociar sobre Vietnam para acabar con la naturaleza y sus habitantes.

Lamar Rhodes fue uno de los miles de excombatientes que regresaron a Estados Unidos, impactados emocionalmente por la crueldad a la cual fueron sometidos los humildes campesinos de Laos, Camboya y Vietnam. Miles de esos jóvenes estadunidenses se suicidaron, pero la mayoría se unió a los movimientos civiles como los que tienen lugar hoy en todo el mundo contra el genocidio de Israel en Palestina.

A Lamar Rhodes no le perdonaron en Estados Unidos haberse convertido en activista por la paz y haber expuesto su protesta en su libro Rebelde, que además fue financiado por una de las organizaciones de veteranos contra la guerra. Acosado por el FBI y la CIA, el excombatiente optó por irse a Vietnam para tranquilizar su existencia y buscar el tratamiento que le habían negado en su país para superar los efectos del agente naranja.

En Vietnam, no solo salvó su vida, sino que encontró tranquilidad espiritual, hasta llegar a escribir su segunda obra, la cual tituló Diario de un exenemigo, además de convertirse en colaborador de la Revista Comunista, órgano del Partido Comunista de Vietnam.

Ángel Miguel Bastidas G.

Fuentes de consulta:

Bastidas A. (2017). Xin chào. Vietnam: Editorial Thế Giới.

Borton, L. (2007). Hồ Chí Minh: una travesía (con traducción al castellano de Maikki Bastidas). Vietnam: Editorial Thế Giới.


Luan M. y Tien, T. D. (2008). Hồ Chí Minh: de la infancia a presidente de Vietnam. Vietnam: Editorial Thế Giới.