EL RETRATO DE LAS ENERGÍAS 

Miguel A. Jaimes N. Venezuela

La verdadera experiencia es aquélla en la que el hombre se hace consciente de su finitud

Hans—Georg Gadamer

Pero nuestro mundo actual, nuestro mundo técnico, no empezó a adquirir forma hasta que, al descubrimiento de la agricultura, se agregó el descubrimiento del fuego…

Anton Zischka

Para las energías no existen autorreflexiones, preexisten intereses. Su histórica naturaleza se ha mantenido acompañada tras el desarrollo en cobertura de control político, más lo financiero.

Por esto la resonancia de las energías mantiene una palabra alejada: su espíritu. Rimbombancia idealista ubicada en un último plano sobre el cual mantiene alejado cualquier indicio de ciencia en su conciencia. Las energías se han mantenido alejadas de su sueño, desde las más antiguas hasta la presente modernidad.

Aplicar su lógica de inducción pareciera intentar un apéndice desde el cual se atente contra su obra pues su alma ha retrocedido. Su labor individual ha limitado servir a la legalidad de su asistencia. Para muchos opera en amplias experiencias dejando su uso de ser limitado frente al desarrollo y comprensión del hombre, pueblos y Estados enteros, donde juntos manejan lo exclusivamente necesario para que esos hombres en sus pueblos y Estados sobrevivan.

¿Pero qué clases de energías son estas donde fundamentalmente la humanidad está alejada de ellas?, ninguna. Las energías en su desarrollo han sido solo un reconocimiento de clases las cuales difieren fundamentalmente, y si algún día tuvo modos e intenciones naturales a esta hora han muerto, fueron modificadas.

Las energías desde su nacimiento son solo formas y modos privativos. Sobre estos están fundadas todas y cada uno de sus descubrimientos. Para esto ha servido su inventiva, para ser inalcanzables. Las energías desde siglos atrás vienen secuestradas. Mantienen no uno, sino varios cierres definitivos.

Pero haber llegado hasta aquí nos indica que sus descubrimientos no han sido equivocados y que sus usos, aplicabilidades y momentos han sido la apertura de diversas épocas tanto por sus formas, maneras, y la primera de ellas presente fue la Revolución Industrial la cual ha sido quizás la más importante pues desde allí, desde su nacimiento se inició la producción en masa.

La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial fue el proceso más dinámico y transformador de aquella naciente economía la cual hoy es histórica. Iniciada en la segunda mitad del siglo XVIII el Reino de Gran Bretaña representó décadas después de ser extendida hacia Europa Occidental y la América Anglosajona una visión justísima sin ponderación por su naturaleza y espíritu. Esta concluyó entre 1820 y 1840.

¿Pero qué clase de conocimiento ha sido aquel cuyo fin humano y humanitario llegó a ser tan comprometido en su ciencia? Injusto pensar que todo el esfuerzo y avance dado por el hombre en su sacrificio y tiempo haya llegado a caer en un tiempo perdido.

Se ha perdido una parte de un tiempo el cual en este momento nos hubiese llevado a otro nivel y no al de frecuentes e innecesarias guerras. Aunque se reconozca que su modo por diversos usos ha sido justo, este no ha dejado de expresarse por la similitud de su grandeza que el total de su conjunto sigue siendo que limitado gigantesco en sus defectos.

Veamos, «Incluso cuando en su conocido discurso de 1862 Hermann Helmholtz realizó su santísima ponderación de las ciencias naturales y las de su espíritu, poniendo tanto énfasis en el superior significado humano de las segundas, la caracterización lógica de éstas siguió siendo negativa, teniendo como punto de partida el ideal metódico de las ciencias naturales».[1]. Al leer esta afirmación nos percatamos que en la vida de las energías han existido dos condiciones, una de control acompañada de guerras y otra económica tras su captura, diversificación y el poder de sus ganancias.

Por más que se intente no hay realmente una forma lógica que sirva a una conclusión consciente, espiritual, científica, vinculada desde la memoria de sus riquezas hasta la conclusión autosuficiente en su ejercicio científico que modere los diferentes y diversos clivajes de la humanidad.

No existe una conclusión consciente ni menos una autoconciencia científica, todo lo que reposará sobre el ejercicio de su propia razón seguirá prolongado el vilo de su desarrollo. Pero, aunque haya sido reconocida su cientificidad, su norma jamás llegará a ser humana.

Pero su función o más bien su tarea no pretende funcionar como un encantamiento o hechizo que se deshaga hacia la vuelta de su verdadero ser. Su modo, modelo y sustracción apuesta a ser oculto por eso apreciar su comedia y tragedia vivida por la humanidad tras su desmembrado manejo.

Las diversas energías, todas, desde las más pequeñas pasando por las intermedias hasta llegar a las gigantescas turbinas de vapor y reactores, todas están en crisis, como si el mundo se hubiera puesto al revés. No llega hasta sus gargantas el alimento que irían a transformar su general y amplísima cobertura.

El mundo necesitado se ha quedado sin el uso de verdaderas energías, pues las mismas están limitadas. Grabados han quedado sus dueños tras los usos dados en estas mafias universales donde lo internacional e histórico se han quedado corto.

El mundo ha quedado en una obra de arte muy clara, no está confusa. Sobre ellas se ha enunciado una plena y simple resolución, la energía tiene en sí misma la clara intención perenne de quedarse con todos los recursos que nunca les han dejado la ventana abierta.

Es su mundo, obra de arte, para algunos un regalo, para la mayoría el Guernica del 26 de abril de 1937, la captura de la energía ha sido una verdadera tragedia. «El mundo de la obra de arte, en el que se enuncia plenamente el juego en la unidad de su discurso, es de hecho un mundo totalmente transformado. En él cualquiera puede reconocer que las cosas no son así». [2]

De ese mundo del impacto energético solo se ha anunciado lo que la mayoría no ha podido tocar. La modernidad de la energía está falsamente montada sobre marcas, bolsas de valores y armas para permanentes guerras, maléficos financistas de la evidencia del juego de los tanques pensantes.

Si en el descubrimiento de sus apoderados llegara a existir una teoría la cual beneficiara a todos, ese sueño quedaría al lado de sus lápidas. Lo representado imita un globo desigual el cual casi a estas alturas sería incapaz con sus modelos de poder resolver nada.

Pero aun cuando hemos partido de una obra cuyo pasado venía escrito con la oportunidad de estos magníficos descubrimientos dados por sus tecnologías energéticas, podemos contar con distintas estrategias, diferentes modos al ver sociedades poseedoras de estas magníficas materias primas, pero la prosa de las energías todavía estará sin llegar al desequilibrio de su desaparición.

Pero queda una esperanza indisoluble e inextinguible de retomar las ideas llanas de un carácter tecnológico. Este carácter tecnológico no puede ser tomado bajo la repetición inconsciente de algo nuevo, no.

Para países privilegiados de materias primas lo nuevo en el arte de las energías es un discurso que niega una responsabilidad de poder desarrollar su transformación. Lamentable, pero las experiencias de las energías están tomadas por quienes no poseen materias primas, pero si tecnologías y con estas capturan a otros países.

Hay un telón de fondo en las energías. Inocultable. Ignorado, pero real. Su simultaneidad y abrigo industrial tras la aplicabilidad en el descubrimiento de sus aportes es la desesperanza en todas las energías secuestradas.

Afirmar sobre sus tiempos los cuales son mantenidos sobre escenarios selváticos no es acalorado ni inflado. Hemos pasado desde una colonia de las energías a la neo—colonia de las mismas. Perdonen, pero en las energías nada ha cambiado para su liberación.

Para respaldar esta infeliz idea, tenemos que para encontrar felices y eficaces en los nuevos equilibrios energéticos los mismos serán poco probables. Su naturaleza no los hará reducir las posibilidades de nuevos conflictos. Para esto todas las administraciones del Norte han provisto de ajustados presupuestos para gigantescos soportes de armas.

La formación para diversos grupos de insurgentes ahora destacados a menudo ha dado la rúbrica de una inminente guerra mundial, pero aun cuando se dé por bloques las mismas no podrán detenerse, y como un torbellino llevará a muchos Estados hacia luchas y rebeliones.