LA TOMA DE LA MISIÓN MILITAR NORTEAMERICANA

LA 2dA OPERACIÓN SINGULAR: LA TOMA DE LA MISIÓN MILITAR NORTEAMERICANA
Otra operación de gran impacto: el asalto a la Misión Militar Norteamericana en Caracas. Una operación audaz, enfrentándose no a cualquiera, sino al amo.
La noticia bomba del 6 de junio de 1963:
“15 combatientes, integrantes de las unidades Tácticas de Combate, del Destacamento Livia Gouverneur, pertenecientes a las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), tomaron por asalto la Misión Militar norteamericana, ubicada en la avenida El Parque del Country Club en la ciudad de Caracas”.

  1. la foto que recorrió al mundo en la toma de la misión militar Norteamericana. Tomado de Independencia 200, Nº 153

La Misión Militar Norteamericana tenía a su cargo funciones de formación y de adiestramiento de las Fuerzas Armadas Venezolanas y de los cuerpos represivos del Estado,para el combate en la lucha antiguerrillera, en el manejo de nuevas armas de guerra; nuevas tecnologías, cursos de tácticas militares, de tratamiento de prisioneros (torturas), de inteligencia y contra-inteligencia (espionaje), entre muchos otros. Su injerencia en los asuntos de Estado, en la política de seguridad era vergonzosa y descaradamente visible.
Esta operación buscaba en lo militar hacerse de la documentación de la Misión. Además de ser una operación propagandista, importante, de altísimo impacto. En esa fecha cumplía un año el Porteñazo y así lo conmemoramos. Era una acción de respuesta a la injerencia de los norteamericanos, de esa Misión, en la rebelión ocurrida en la base naval de Puerto Cabello.
Esa sede estaba ubicada en el Country Club, en la avenida El Parque, una urbanización muy exclusiva de Caracas, con grandes mansiones y muchas zonas verdes, con muchos árboles entre ellos matas de mango y era común ver jóvenes recogiéndolos. A través de estos “recolectores” de mango nos hicimos con la confianza de la Policía Militar venezolana que custodiaba la Misión, que a veces permitía recoger mangos de los árboles que se encontraban al interior de la sede por lo que se pudo conocer bien la rutina en la Misión. Fue una búsqueda de información cuidadosa, en la que jugó papel importante un vecino de esa sede que pasaba diariamente, y varias veces al día, por esa calle.
Dirigida por Alonso, responsable de la planificación y ejecución de la operación, participaron combatientes seleccionados de varias UTC, entre ellos, Eloy Rodríguez, Pepe, Bernardo, Plutarco, el Gocho Noel, Ramón Ferrer, Rey, Nelly Pérez, Toñito, Carmelo, Fradique, Coquito y yo, entre otros.
El acuartelamiento se realizó en una quinta situada cerca de la sede, en el Pedregal. En el día y hora pautada, la señal para el inicio de la operación sería dada por Coquito mediante una contraseña que le diría a Alonso quién se encontraba, vestido de militar, en una camioneta camuflada como del Ministerio de la Defensa y situada a poca distancia de la sede de la Misión: “la cena está servida”, ese era el punto de partida.
Durante la ejecución de la operación yo me encontraba en un vehículo, frente a la sede, que actuaría en caso de una emergencia si se presentaba algún problema, allí estábamos cuatro personas fuertemente armadas, dos mujeres: Nelly y yo, Toñito que hacía de chofer y Carmelo, constituíamos una avanzada de contención, que actuaría en caso de alguna contingencia. Afuera estaba ubicado un camarada que recogía mangos y que funcionaría como correaje entre los que estaban adentro de la sede y nosotros. Actuaríamos en caso de problemas y sabíamos que eso podría significar enfrenta- mientos con fuerzas importantes, por lo connotado del objetivo de la operación.
La operación al interior de la sede se desarrolló así, de acuerdo a la versión de quienes formaban parte del grupo de asalto a la sede: llegaron los vehículos camuflados como del Ministerio de Defensa, cuatro en total, dos por cada entrada a la sede; Alonso identificó la comisión y solicitó hablar con el militar de más alto rango y le requirió su cooperación para realizar una inspección, se ganaba tiempo identificándose como miembros del Ministerio de Defensa, explicando el objetivo de la comisión especial,… pero al posicionarse, dominaron rápidamente la situación, desarmaron a los efectivos de la Policía Militar, sometieron a los militares norteamericanos y a otros miembros de la Misión y se identificaron como miembros de las FALN yendo al grano en lo que se quería, pasando junto con el jefe militar a las oficinas donde se encontraban los archivos. Rey me cuenta que Alonso debía llevar lo último en tecnología para abrir los archivos, pero una vez allí sacó una vulgar “pata de cabra” y que no pudo evitar una carcajada.
Un grupo se ocupaba de la recolección de los documentos, así como de los uniformes y las armas, metiéndolos en bolsas. Otro grupo, entre ellos el Gocho, tenía la tarea de regar el combustible para quemar los archivos antes de partir, mientras otro se encargaba de inmovilizar y mantener bajo vigilancia al personal de la sede.
Todo se desenvolvió de acuerdo a lo previsto, antes de retirarse incendiaron los archivos que se habían rociado con gasolina, dejando los espacios abiertos para que saliera el personal. Esparcieron la propaganda exponiendo las razones políticas de la operación, la cual se realizaba en conmemoración al alzamiento cívico militar conocido como el Porteñazo, a un año de su estallido. Todo se desarrolló en un clima de respeto y sin disparar un solo tiro.
En la retirada, nuestro carro sale después de los vehículos “oficiales” que se llevaban la documentación, uniformes y armas. Había que hacer otros cambios de carros y dispersarse. Bernardo me cuenta que debajo del uniforme de teniente llevaba un mono, de esos de ciclista, y que una vez que se quitó el uniforme en el carro, se bajó y continuó trotando.
Esta operación estremeció el ambiente político, provocó una conmoción inmensa, no nos estábamos confrontando con cualquiera, sino nada menos que con la Misión Militar del país más poderoso del mundo.
De esta operación, una foto, la del agregado militar en ropa interior, le dio la vuelta al mundo. Como siempre, la represión que se desató fue brutal.
El Gocho Noel considera que fue la operación más importante realizada por el Destacamento, y la mejor planificada y ejecutada, señala:
“Fue una operación impecable, bien planeada, bien ejecutada, y con logros evidentes, tanto en lo político, como en lo militar y en lo propagandístico (…) Como resultado de la información allí encontrada se planifican una serie de operaciones y entre ellas el secuestro del coronel Chenault, realizada cinco meses después…”.
Fue la operación considerada impecable en su planificación y ejecución, por todos los que nos convocamos en estos conversatorios para la escritura del Libro.
Del grupo de combatientes que participamos en esa operación ¡ocho combatientes nos encontramos para hablar de ello, ¡ocho!
Toñito quién formó parte del equipo de contención, señala que siente un orgullo especial de haber formado parte de ese grupo de comando.
La información recogida sirvió para planificar dos operaciones que se realizaron posteriormente: el secuestro del coronel Chenault 1er jefe de la Misión Militar Norteamericana acreditada en Venezuela (secuestrado el 26 de noviembre de 1963 y liberado pocos días después) y el secuestro del teniente-coronel Smolen 2do jefe de esa Misión, (secuestrado del 9 al 12 de octubre de 1964), ambas operaciones de comando se comenzaron a planificar, partiendo de esa documentación.