Por: Toby Valderrama Antonio Aponte
A nada temen más los dominantes que al pensamiento libre de la masa. La masa rebelada siempre lo fue primero en el pensamiento. El pensamiento disidente es perseguido, aplastado, incinerado. Venezuela es víctima de esta realidad.
Cuando las clases dominantes, los capitalistas, a través del madurismo retomaron el control de la sociedad venezolana comenzó un proceso de desmontaje del ensayo Socialista Chavista. Este proceso se escenifica en la economía con la reversión de la propiedad social, la liquidación de PDVSA; en lo social con el desmontaje de la organización popular y su sustitución por una contabilidad de donaciones y bonos; en lo político con la transformación del PSUV, el partido del Socialismo, en una maquinaria clientelar, instrumento castrado al servicio de la entrega del proyecto socialista. El proceso de desmontaje llegó a todos los ámbitos de la vida social. Aunque, el más importante es la persecución del pensamiento, no sólo del rebelde. El castigo por osar construir algo diferente al capitalismo, es terrible.
El madurismo, traidor al legado de Chávez y torpe representante del capitalismo, le teme a la confrontación de ideas, al pensamiento, y resuelve sus carencias con represión y con mentiras, asesinando a la verdad. Sirve muy bien a las necesidades de la restauración capitalista.
El madurismo es el verdugo de esta persecución del pensamiento, y lo hace con infame eficacia. Atropella el pensamiento con brutalidad de tierra arrasada. Acabó con la educación, el sueldo de los docentes es una guillotina silenciosa, una condena con sordina. A la Universidad la desmontó con saña de acomplejado, le cobran ser santuario del pensamiento, «casa que vence las sombras», las sombras son ellos; cerraron emisoras y programas disidentes. Sabotean las páginas de internet. El sabotaje que padece Aporrea, este territorio de la confrontación de ideas, este refugio del pensamiento, es un ejemplo de la mediocridad y la maldad del madurismo, ejemplo claro de su odio al pensamiento.
El madurismo construye un territorio de pensamiento cero, de guerra a la reflexión, a la argumentación, guerra a la historia, guerra al pensar estratégico. Tragar entero es la consigna, lo que diga nicolás; al que disienta, lo pulveriza la maquinaria de falsos positivos, de creación de imágenes retorcidas.
Y sobre esos escombros se reinstalará el capitalismo. Una masa desprovista del pensamiento que la haga consciente de su fuerza, una masa privada del entendimiento de la marcha de la historia, sin visión estratégica, fragmentada impedida de percibir su fuerza y sus objetivos históricos, confinada a la lucha reivindicativa, ciega al poder político, a la conducción de la sociedad… un rebaño.
La tarea de vencer las sombras capitalistas, de empoderar a la masa, devolverle la capacidad y la oportunidad de pensar, es la responsabilidad de una vanguardia revolucionaria, chavista, de sus líderes. Capaces de partiendo del ejemplo del Comandante Chávez, de su gobierno, de su pensamiento, abrir las mentes de la masa a la nueva realidad posible, a su papel de fundadora de un mundo nuevo, en el cual se haga realidad el pensamiento de los clásicos: «con todos por el bien de todos». «de cada uno según su capacidad, a cada uno según su necesidad». Un mundo sin explotadores, sin despojados.
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¡CHÁVEZ VOLVERÁ!