Bogotà (Prensa Latina) La necesidad de construir en Colombia una agenda para la defensa de las transformaciones pedidas por las mayorías constituye el motor que impulsa la preparación de la Asamblea Nacional por las Reformas Sociales, la Paz y la Unidad.
Ivette Fernández
Corresponsal jefe en Colombia
La cita, que se celebrará entre el 18 y el 20 de julio, devendrá espacio consultivo para recoger opiniones de quienes participen para poder construir colectivamente una guía a seguir con el propósito de resguardar y enriquecer el programa progresista liderado por el Gobierno de Gustavo Petro.
Así lo aseveró a Prensa Latina Claudia Flórez, secretaria general del Partido Comunista Colombiano, uno de los movimientos de la coalición Pacto Histórico, que asume asimismo un protagonismo fundamental en la organización del encuentro y deviene en la fuerza política que acompaña a los líderes actuales de la nación sudamericana.
Los otros convocantes son la Minga Indígena del suroccidente y gremios sindicales como la Central Unitaria de Trabajadores, la más grande del país, la Confederación de Trabajadores de Colombia y la Confederación General del Trabajo, entre otras.
El evento, en el que se prevé cerca de cinco mil asistentes, tiene por objetivo dar voz a los participantes para entre todos construir un proceso unitario, una idea de agenda programática para la movilización y defensa de las reformas propuestas, con el fin de ir tejiendo la posibilidad de un camino a seguir por el país, aclaró Flórez.
Refirió que el programa construido por la campaña del presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, y asumido efectivamente por el Pacto Histórico, constituyó la brújula para avanzar en la unidad, pero reconoció igualmente que se precisa de una unidad más grande y de mayor aliento, capaz de acompañar el proceso del cambio.
“A eso de construir lo que nos une como programa lo hemos llamado poder constituyente”, resumió.
UNA DEFENSA DE LARGO ALIENTO
El contexto político y social actual de Colombia es resultado de los eventos de la historia reciente del país entre los que hay que mencionar la firma del Acuerdo de Paz de 2016, vulnerado bajo la administración de Iván Duque (2018-2022), el estallido social de 2021 y la llegada por primera vez a la Casa de Nariño de un exguerrillero de ideas izquierdistas.
Sobre la influencia posterior de todos estos eventos, se discutirá de una u otra manera en el trascurso de la Asamblea Nacional.
El primero de los puntos del documento que selló la desmovilización de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) fue la Reforma Agraria.
Sin embargo, a ocho años de ese suceso, todavía falta mucho para llegar a los tres millones de hectáreas que deben ser cedidas, y hoy esa cantidad solo es de aproximadamente 110 mil, según Gustavo Petro, quien denunció que el proceso no avanza porque la extrema derecha sabotea las gestiones del Gobierno para comprar tierras a los latifundistas.
Además de esa promesa gubernamental aún incumplida, siguen latentes en la ciudadanía los reclamos de mejora social que dieron lugar al estallido de 2021 y que sirvió de catarsis tras siglos de desigualdad y pobreza.
Si bien el actual Gobierno busca por la vía reformista disminuir la inequidad existente en la sociedad, sus esfuerzos encuentran seria resistencia por los sectores de oposición que en el poder legislativo no disimulan para hundir, cercenar u objetar toda propuesta progresista.
No sorprende entonces que los puntos a debate de la Asamblea tengan por objetivo defender la paz, reafirmar la necesidad del cambio y buscar el fortalecimiento de aquellos sectores cuyos reclamos son desoídos por un Congreso todavía aferrado a viejas prácticas.
Según la secretaria del Partido Comunista Colombiano, el primero de los temas a discutir es sobre la paz, donde se evaluará el cumplimiento del Acuerdo firmado en 2016 y se analizarán los nuevos escenarios de diálogos con otras agrupaciones armadas como la Segunda Marquetalia, el Estado Mayor Central y el Ejército de Liberación Nacional.
Afirmó que hoy existe un nuevo momento del conflicto en Colombia debido al incumplimiento del Acuerdo y la invención de procesos judiciales contra exmiembros de las FARC-EP, lo que desmoronó al proceso y condujo a mucha gente a volver a las armas.
Ante esa situación, apuntó, queremos dialogar sobre la búsqueda de salidas reales al conflicto donde se puedan dar las garantías de seguridad a la población.
Comentó además la necesidad de debatir sobre el desarrollo de la Reforma Agraria y en torno a la importancia de construir los pasos necesarios para que esta se pueda lograr, lo que tiene que ver asimismo con el segundo de los puntos, referido al avance del movimiento popular del gobierno del
CAMBIO Y LA AGENDA PROGRAMÀTICA
Por ejemplo, mencionó, que el campesinado pueda aquí exponer los obstáculos técnicos a los que se enfrenta en la actualidad, cuáles son los terrenos que realmente necesita, en qué regiones del país está más lenta la entrega de tierras, entre otras inquietudes.
El tercer eje estará asociado al tema ambiental y el cuarto, a las reformas sociales, donde en subcomisiones se repasarán aquellas propuestas del Gobierno como la pensional, laboral, educativa, de salud, pero también de otros asuntos como la pertinencia de una reforma política y la de justicia.
Las características del modelo económico centrarán el debate en la quinta comisión, para hablar de la importancia de potenciar las formas y los actores de la economía popular.
En tanto, en la sexta, ocupará la atención el tema de los derechos humanos, con el fin de determinar, entre otras cuestiones, cómo lograr construir estrategias y mecanismos de protección de los lideres y lideresas sociales del país, expresó.
Otro de los puntos a debatir será el internacionalismo porque, de acuerdo con Flórez, es preciso potenciar el hermanamiento internacional y Colombia no puede ser, como lo fue antes, el instrumento del imperialismo estadounidense para asediar a América Latina.
El octavo eje tiene que ver con el papel trabajado desde el Pacto Histórico y “queremos en ese espacio poder avanzar en elementos unitarios, pero de la unidad construida a partir de propuestas programáticas, a lo que hemos llamado poder constituyente”, aseveró.
El último punto y final, añadió, versará sobre la comunicación para la defensa de ese ideario popular, porque una de las grandes dificultades enfrentadas hoy por el proceso es toda la arremetida existente en materia comunicacional en su contra.
PODER CONSTITUYENTE
Los proyectos que transitan por el Congreso, donde busca sabotearlos la derecha, forman parte del trabajo realizado durante la campaña presidencial de Gustavo Petro y no son iniciativas que lesionen profundamente el modelo capital, enfatizó Flórez.
“Son reformas para subsanar dificultades de la sociedad generadas por el modelo neoliberal en las esferas de la salud, laboral y pensional, y eso es lo que queremos remediar”, aseguró.
El mensaje que ha dado el movimiento progresista de izquierda es importante, agregó, y es que tenemos que fortalecernos organizativamente y movilizarnos para lograr esas reformas.
“¿Para presionar al Congreso? Claro que sí. Porque ese Congreso tiene que entender que este Gobierno llega con un compromiso hacia la población, y ahora toca recordarles en las calles por qué ellos están ahí. Lo que hemos visto es que es necesario ir construyendo un programa de mayor largo aliento, un programa para construir sobre esa soberanía ciudadana el poder constituyente”, remarcó.
Enfatizó que la esencia de ese poder constituyente -independientemente de que derive o no en una Asamblea Constituyente- es poder discutir sobre el país que hoy existe y, al mismo tiempo, “recoger de la gente el proyecto que queremos, la nación que soñamos”.
Para lograr ese propósito, comentó que en algunos territorios ya trabajan coordinadoras de las fuerzas sociales para el cambio, en otras regiones hacen asambleas y reúnen en sus coliseos a las juntas comunales, a las asociaciones, a las cooperativas.
“Si podemos potenciar que eso se multiplique, que haya más reuniones de este tipo y que se reúnan constantemente, pues vamos lograr que los planes que hagamos tengan dolientes. Uno: politizamos, dos: organizamos y tres: vamos construyendo el plan”, sentenció.
Resumió que, de alguna manera, lo que este proceso va a permitir es construir caminos y visibilizar a los campesinos, a los indígenas, a los afrocolombianos, y a los trabajadores y trabajadoras de los sindicatos.
“Nosotros no podemos quedarnos sentados solo viendo cómo nos derrotan en el Congreso. Construiremos en un escenario como las asambleas, o en nuestras coordinadoras territoriales, y vamos a proyectar esa correlación de fuerzas que necesitamos para que estas reformas avancen”, concluyó.
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