El petróleo venezolano y sus problemas


Por: Miguel Jaimes Niño 

Las principales causas al analizar el comportamiento del mercado petrolero es incluir aquellos países que en solitario y de acuerdos reservados van inundando el mercado del petróleo a nivel mundial. Sus causas se ciñen en ganar espacios geopolíticos y con esto reputar al mismo mercado tras su facturación.

Todos los análisis sobre presentes y futuras consecuencias determinan incursiones desencadenantes ante la prolongada crisis de inseguridad y riesgos con posibles repercusiones sobre sus precios en medio de la inestabilidad del mercado energético internacional. Las consecuencias entre ambas se harán sentir estrepitosamente.

Uno de los casos emblemáticos en la actual situación de precios, suministro y modernización de refinerías está capturado en naciones poderosas tras sus negocios, mientras otros con afán inmaduro en lo geopolítico y petrolero se presentan intentando marcar lo que nunca llegarán a ser.

Una de las mayores proyecciones en las concentraciones de negocios parte desde Canadá, y Estados Unidos de Norteamérica hasta pasar y terminar en Guyana. Esto es el petróleo, lleno de vericuetos en todas sus rutas tan poderosas con una producción anual sobre los cuatro mil millones de toneladas, algo gigantesco y asombroso.

Los rumores son demoledores pues la prensa mundial da por cierto que estos gobiernos han permitido que cualquiera de los acuerdos alcanzados entre ellos tanto para estabilizar sus suministros como el de sus precios sean respetados.

Con el cuento de competencia más los mercados, dineros y ganancias dan por hecho la caducidad en cualquiera de las alianzas alcanzadas en conjunto por la OPEP y la OPEP-Plus.

En esto, delante de cada inestabilidad primero están las necesidades de EEUU. quienes hacen valer no tanto sus precios cosa que poco importaría en algunos casos, para ellos lo importante es el control, influencia y chantaje mundial en cuanto a sus precios, transporte más suministro y mantenimiento.

Los daños causados en los ingresos por venta de petróleo en letras del Tesoro estadounidense y en el sistema financiero global seguirán siendo importantes mientras esté de primero la influencia de Washington.

En el planeta hay alrededor de cien países extrayendo petróleo. De estos, unos setenta y cinco están fuera de las dos principales organizaciones mundiales, OPEP y OPEP-PLUS, es decir, actúan de manera independiente.

La acostumbrada estrategia al desestabilizar los precios del tonel petrolero es asumida como orden hacia los principales países productores quienes se han presentado desafiantes tras impactar el descalabrado agotamiento de sus precios.

Los más emblemáticos se encuentran en la triangulación generada entre Canadá, Estados Unidos de Norteamérica y la recién llegada Guyana. Juntos se han propuesto afectar el mercado mundial bajo secretos en su sobreproducción. Con esto pretenden seguir actuando para impactar a sus anchas el prolongado negocio del petróleo global.

Sus acuerdos han incluido objetivos hasta hace poco reservados los cuales van conquistando espacios geográficos para repuntar al mercado geopolítico mundial. Esto ya trae consigo consecuencias en suministros para refinerías impactando lo que nunca nadie pudo imaginarse, todo un control total.

Una zona escandalosa está en destrucción en el mercado geopolítico global de las energías. Los países productores han sido atacados, intervenidos, aplicado sobre ellos cualquier fórmula; sanciones y congelamiento de sus inversiones para posteriores robos de sus activos. Ejemplo de ello CITGO: el robo más grande del siglo.

Los daños causados están en el Departamento del Tesoro quien roba y después como el caso de Guyana predice espacios futuros inestables. El chantaje en precios, suministros, mercados, mantenimiento y materias primas hoy como nunca antes están en el dominio de estos países invasores.

Con tales competencias más caducidad de materias primas han enseñado que los suministros de hidrocarburos y otras energías han alcanzado escenarios demoledores. Hay una fatiga inducida en contra de estos mercados y de desestabilizar sus marcadores y organizaciones.

Para Venezuela la República Cooperativa de Guyana es un desafío energético mayor. Estos se han propuesto abastecer las tres refinerías de CITGO ubicadas en Estados Unidos, propiedad total del Estado venezolano.

Pero el espacio para el mercado de las exportaciones al año 2024 sigue siendo cada vez más amplio, imponiéndose al mismo Guyana, pretendiendo abastecer ellos solos las refinerías de Corpus Christi, pasando en marzo de treinta y dos mil barriles/día a sesenta mil barriles/día en abril, alcanzando envíos de cien mil barriles en mayo.

Con esto Guyana ha tocado nuevos mercados de exploración con su denominación colocándose en una aventajada posición dentro de Sudamérica. De la capacidad de Corpus Christi de ciento sesenta y siete mil quinientos barriles, Guyana aportó solo en mayo del 2024 un millón de barriles de su crudo Payara Gold.

Según datos de Vorteza el 2023 de casi cuatrocientos mil barriles que produce diariamente Guyana, el sesenta por ciento fueron a parar a Europa y un veinticinco por ciento se trasladó al oleoducto Trans-Panamá hacia EE. UU.

Esto ha encendido las alarmas, Guyana llegará a ser hasta inaguantable para los mismos Estados Unidos, pues nada lo han conseguido por esfuerzo propio, quien en el mercado energético roba los recursos de otro país no es más que un mercenario de la energía, y los gringos están próximos a probar lo que han hecho tras sus errores de peleas con Venezuela.

Mientras los acostumbrados mercados de las costas de México se preparan para la invasión de crudos producidos en Guyana. Todo proviene de mejoras recibidas en los proyectos Liza 1 y Liza 2 del bloque Stabroek, reclamado legítimamente por Venezuela.

Por ende, Guyana sigue golpeando mientras se aprovecha de la disminución impuesta desde EE. UU. y Europa contra de Venezuela. La misma amenaza de colocación en un mercado tradicional por uno que solo brinda oportunidades después se convertirá en una soledad frente a la energía.

Por eso los productores comienzan a enfrentarse en la región Azteca quienes nunca verán bien la incursión de un competidor oportunista el cual se ha empeñado en beneficiar a norteamericana.

México ve como responsables la caída en su producción entre los periodos marzo y mayo 2024 a Guyana. El inicio de este derrumbe ha superado ciento treinta y cinco mil barriles diarios, esto, frente a los doscientos veinte mil del trimestre anterior. Hay un único responsable; Georgetown.

Mientras en la región norteamericana la extracción de petróleo sobrepasa diecisiete millones de barriles diarios. Sus principales negocios son realizados por sus transnacionales ExxonMobil, Chevron, Conocophillips, Schlumberger, EOG Resources, más otras cinco corporaciones.

En Texas ExxonMobil es líder, representando hasta marzo del 2024 la mayor capitalización bursátil. Liderazgo que no va a desaparecer a largo plazo. Mientras los aportes de Chevron y ConocoPhillips siguen en un valor inferior a ciento cuarenta mil millones de dólares al año.

Juntas — Chevron y ConocoPhillips — mantienen inversiones, contratos y rutas con Venezuela, mientras, ExxonMobil se ha situado en Guyana donde intenta destruir el mercado de sus socios. Su alianza con el gobierno en Georgetown los va llevando a impulsar venideros conflictos militares los cuales serán dirigidos en contra de la soberanía venezolana.

Una parte de su crudo, cuatro mil millones de toneladas, apenas un tercio de su extracción, provenía de Arabia Saudita y Rusia. Pero las cosas forzosamente se hicieron cambiar desde El Pentágono.

Ya no es un secreto la causa al quebrar tras el empeño estadounidense de quienes se debatieron los primeros lugares en sus envíos. De un momento a otro los consideró sus actuales enemigos, y estos obligados por el comportamiento norteamericano han dado giros inesperados hasta Rusia y Arabia Saudita.

En la última década Estados Unidos sobrepasó su volumen de producción por extracciones de esquistos más las arenas bituminosas ayudaron en esto. Todo generó el desbalance del 2022 el cual involucró la sexta parte del total de barriles producidos en el mundo. Estados Unidos los tenía capturados.

Mientras esto sucedía internamente se acercaban a un peligroso clivaje pues un porcentaje de este crudo obligatoriamente iba comprometido a Europa. Esto, mientras Rusia y sobre todo Arabia Saudita daban un giro hacia mercados asiáticos.

Tras esta causa las reservas de petróleo en EE. UU. han caído velozmente al tener que abrirse para tratar de nivelar los precios e impactar el mercado energético global, pero esto no podrá prolongarse en el tiempo pues sus stocks se agotan.

De seguro la situación con la venezolana CITGO también es lamentada por los demócratas, ayudando a colocar en riesgo su salida de la Casa Blanca. Joe Biden tiene altas probabilidades de perder el poder por un asunto energético el cual en cuatro años nunca pudo resolver.

Aun cuando lanzó varios salvavidas a favor de CITGO su maniobra jurídica no fue acertada y los republicanos los mantuvieron distraídos durante todo su periodo. Un mandato el cual originó una profunda crisis de precios tras múltiples errores en Ucrania escapando de las manos la posibilidad de repetir un nuevo mandato.

Seguro Joe Biden podría haber entrado en la víspera de lamentar como el precio del barril de crudo aumentó tras sus errores de creer poder destruir a la Federación Rusa. Cuando su guerra comenzó los principales marcadores —OPEP, BREND Y WTI— no daban al tonel una sobrevivencia más allá de veinte dólares.

El veinticuatro de febrero del 2022 quedará en la historia como el fracaso energético de Joe Biden pues en horas el barril llegó a superar los 130 dólares, esté fue su gran error. Dos años y tanto después no baja de 80 dólares. Por eso Biden ha recortado el envío de armas al gobierno de Tel—Aviv, sabe que el hijo de Norteamérica Benjamín Netanyahu hará explotar el precio del barril de crudo.

En Norteamérica lamentan haber utilizado al petróleo como un instrumento el cual resultó inútil como objetivo de guerra. Con esto han impulsado al planeta a una temible III Guerra Mundial la cual ya pudiera ser indetenible con la cual Estados Unidos se verá muy afectado.

Mientras, todo lo estimado en producción canadiense desde el 2022 al 2027 va a sobrepasar apenas casi un dos por ciento. Esto no era lo esperado. Los problemas han comenzado cuando la petrolera Pieridae Energy anunció en el 2020 que retrasaría su mega construcción del terminal GNL Goldbro de Nueva Escocia. Obra valorada por encima de dieciséis mil millones de dólares, culpando de esto a la depresión en los mercados mundiales. Los precios se han visto alterados y sin perder tiempo se han lanzado a la caza con una estrategia tan igual a la norteamericana.

Lo que piden tras está acción es que juegue más la inversión extranjera sin ningún tipo de control. Montándose a su vez sobre el reclamo de más materia prima barata por parte de quienes gozan de mayores reservas.

Canadá es el juego de una estrategia bajo dos telones. El primero impactar y controlar materia prima barata mientras un segundo lienzo juega a alterar los precios mundiales del tonel petrolero. De esta manera reclama mayor inversión no en la industria petrolera, sino en sus finanzas.

Junto a otros van justificando una desaceleración hacia la demanda mundial de crudo, mientras en conjunto contribuyen a saturar diferentes rutas y suministros de petróleo. Ataca la contaminación del petróleo y del carbón, pero realiza exploraciones y descubrimientos, convirtiéndo a ambos en una oportunidad para grandes actores y nuevos participantes del mercado energético.

En datos proporcionados por BP Statiscal Review of World Energy en el 2021 el país tiene las mayores reservas de petróleo cercanas a ciento setenta mil millones de barriles en toda América del Norte.

Desde el 2020 en adelante la producción petrolera de Canadá ha sobrepasado doscientos cincuenta y dos millones de toneladas métricas. Estas cifras la hacen uno de los competidores más violentos del planeta.

Mientras su producción seguirá en aumento. Así lo han indicado actuales proyectos más el flujo de inversiones destinadas para que esté segmento siga creciendo significativamente.

Así se han expresado desde la Asociación Canadiense de Productores de Petróleo, quienes estando de acuerdo con el amplio crecimiento de la demanda mundial apuestan sobre inversiones tal y como lo han hecho desde el 2022 con casi treinta y tres mil millones de dólares, alcanzando con esto un aumento en más de seis mil millones más de dólares, esto, frente a veintisiete mil millones representados en el 2021.

Para enero de ese año, —2021— su gobierno autorizó tres nuevos proyectos de exploración y perforación costa afuera con BHP, Equinor y Chevron. En este la canadiense BHP que habían pospuesto fue reactivada, así como en la exploración de la Central Rigge por Equinor y el proyecto de exploración de West Flemish Pass para Chevron.

Sin dudas frente a la extracción de crudo de toda la región Canadá crece como un insaciable competidor…

Hasta más pronto…

Miguel A. Jaimes N.

venezuela01@gmail.com

9 Julio 2024

Hasta más pronto…

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