Una ola de violencia ahoga a las mujeres venezolanas
Al menos 54 han sido asesinadas en una furia que no han atendido las autoridades
La cajera María Paula Azuaje Amaro, de 21 años, tuvo una relación con Júnior Adrián Pantaleón Guaicara, de 23. A pesar de que la joven había terminado el vínculo debido a la actitud violenta de Pantaleón Guaicara, el sujeto no dejaba de perseguirla, no la dejaba en paz y se había convertido en un acosador virtual, que amenazaba a María Paula y a su familia con hacerles daño.
La situación llegó al extremo de que, para sentirse segura, solicitó al Ministerio Público una orden de alejamiento en contra de Pantaleón Guaicara.
El pasado 30 de junio, María Paula estuvo reunida con su familia y luego fue a su casa. Horas más tarde, cuando su papá fue a llevarle unas cosas, ya no estaba. La familia supone que Junior llegó a la casa y sorprendió a María Paula cuando estaba sola, la estranguló y de alguna manera trasladó el cadáver a una finca en Boconoíto, donde la enterró y quemó la ropa para destruir las evidencias.
María Paula sería la primera víctima de femicidio en Guanare, estado Portuguesa. Lamentablemente no es la primera en Venezuela, donde se han registrado al menos 54 víctimas, solo en cinco meses de este año.
Violencia ignorada
Para definir la existencia de un problema, lo primero que debemos hacer es determinar precisamente que existe; tenemos que saber que algo está fallando y que esa falla afecta a cientos, quizá a miles de personas.
Pero, en Venezuela, la ausencia de cifras oficiales es una norma. Los problemas se identifican tarde, solo cuando es oportuno reconocerlos. Es por eso que se hacen tan necesarias las organizaciones que investigan y alertan sobre lo que está ocurriendo.
Sin cifras oficiales, la identificación de problemas y patrones se hace más difícil debido a que se hace en base a estudios paralelos. Esas estimaciones permiten ir reconstruyendo la perspectiva de lo que ocurre y, con el tiempo, estos datos brindan una visión muy cercana a lo real.
En este sentido, en nuestro país, al menos cinco observatorios tomaron el testigo en la carrera de recopilar data, estudiar y denunciar la violencia y particularmente la violencia femicida: los observatorios de femicidios de Cotejo.info, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV), el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Utopix y el Monitor de Víctimas.
Cifras negras
Comprendiendo este asunto, sabemos que las cifras que manejamos constituyen un aproximado; detrás de ellas hay un subregistro, datos negros, que impiden ver el panorama real.
Según datos recopilados por el observatorio de femicidios de Cotejo.info, hasta mayo de 2024 se habían registrado al menos 54 femicidios, con 13 femicidios perpetrados ese mismo mes.
De acuerdo con esa iniciativa se obtuvo que en 31 de los 54 asesinatos (57,41%) el agresor utilizó como arma la fuerza física, en 15 de ellos (27,78%) usó un arma blanca, mientras que en ocho casos (14,81%) empleó un arma de fuego.
En otras palabras, se observa una preponderancia en el uso de armas de oportunidad en los femicidios: en más de 85% de los casos las armas fueron la fuerza física y las armas blancas.
Pero como hemos dicho, los distintos enfoques del problema del femicidio hacen que haya diferencias importantes en las cifras. El monitor de Utopix, por su parte, recopiló datos sobre 61 femicidios cometidos hasta abril, un mes antes que el de Cotejo.info, con siete víctimas más.
Pero no podemos considerar negativa la diferencia de enfoques, ya que permite tener otro tipo de datos que son relevantes. En el caso de Utopix, encontramos información sobre femicidios en grado de frustración, que ese mes ascendieron a 11 casos.
Otro dato que las organizaciones que estudian el tema han comenzado a considerar es el de los femicidios de migrantes venezolanas. De acuerdo con la data recopilada por Medianálisis, esta cifra se eleva a 24 mujeres asesinadas en el exterior.
Esas venezolanas mayormente murieron en Colombia, con 10 casos, 41,67% del total, hasta mayo de 2024. El resto de víctimas reportadas por medios de comunicación son nueve en Brasil, Estados Unidos y Perú, con tres asesinatos en cada uno de esos países; dos en Chile y México, y una en Trinidad y Tobago.
El vaivén de los femicidios año tras año
Un dato interesante en la investigación es arrojado por el equipo de Utopix, encabezado por Aimeé Zambrano, que detectó que durante el año 2020, los femicidios se incrementaron de manera alarmante a uno cada 34 horas, en comparación con 2016, cuando era uno cada 72 horas.
La cifra cambió el año 2021, cuando la media fue de uno cada 36 horas, en 2022 fue de uno cada 37 horas y en 2023 ocurrió uno cada 44 horas, además de uno en grado de frustración cada 38 horas.
En lo que va de 2024 contabilizan un femicidio consumado cada 47 horas y uno en grado de frustración cada 30 horas.
En el informe correspondiente a febrero, Zambrano señala que la investigación sobre los femicidios la realizan mes a mes “de manera militante y voluntaria, porque creemos en la importancia de alertar sobre la urgencia de implementar una propuesta concreta para enfrentar esta problemática; siendo imprescindible el desarrollo de un Plan de Emergencia Feminista para la prevención, atención y mitigación de la violencia de género contra mujeres, niñas y adolescentes”.