Falcón en los años sesenta 7
Fue en el campamento de la Comandancia, en mayo de 1964. Mientras en los pasillos de la Ciudad Universitaria de Caracas los jóvenes estudiantes cantaban un joropo dedicado a su valentía, ella decidió quitarse la vida. El peso de su responsabilidad en la muerte de otros, el cargo de conciencia que dicen algunos, determinó la drástica decisión.
Trina Pantaleona Urbina Maris (Trina la guerrillera), había nacido Monte Piedad, Caracas, el 27 de julio de 1928. Hija de Alcides Urbina y Victoria Maris. Obrera textil. Agitadora sindical desde 1957 en la lucha contra la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Había estado presa como parte de la diversidad de enlaces, reuniones, grupos y organizaciones adelantadas para poner fin a casi diez años de gobierno militar que con cemento armado pretendía disimular las terribles acciones de la Seguridad Nacional.
En 1959 Trina fue delegada sindical al Primer Congreso Femenino Latinoamericano en Santiago de Chile. Militante comunista, integrante de sindicatos clandestinos. Residenciada en el Bloque 1 del 23 de enero en Caracas, se incorporó a la guerrilla del Frente José Leonardo Chirinos de las montañas de Falcón, junto a Guillermina Torrealba y Epifanía Sánchez, a finales de marzo de 1962. Otras tres mujeres irían a El Charal, y luego otras a las montañas de Lara. Su madre crió a varios de los siete hijos de la combatiente, y en 2015 el investigador Aldemaro Barrios señaló que algunos fueron enviados a Cuba siendo ella criminalizada en reportes oficiales por su compromiso político (Aporrea, 27 de julio de 2025).
En la revista Momento de 10 de febrero de 1963, se publicó un extenso reportaje dedicado a “Las Guerrillas de Falcón” a cargo de Lumo Reva, y con fotografías de Justo Molina, Feler Valois y cortesía de El Clarín. En ellas: paisajes de la intrincada serranía, grupos de soldados preparando las acciones de contrainsurgencia, tiendas de campaña, elementos militares, grupos y rostros campesinos, y los guerrilleros Douglas Bravo, Alejandro Mariño Suzzarini, Pedro García Bravo, Elías Manuitt Camero y Trina Urbina, entre otros. A fines de ese mismo año, París Match también reproduciría la imagen de la mujer portando un fusil.
Compañera sentimental de Félix Farías, destacado guerrillero a quien Lino Martínez (El Catire), comandante designado por el MIR al Frente José Leonardo Chirinos en 1964, describe como “hombre popular en el frente, un guerrillero extraordinario, increíble, y físicamente un hombre muy bien dotado para esa lucha, muy inteligente, muy claro, muy valiente, muy decidido y abnegado…” (Martínez en Blanco Muñoz: La Lucha Armada. Hablan tres comandantes de la izquierda revolucionaria, 1982, p. 83).
De acuerdo a variedad de testimonios, Trina Urbina estuvo implicada en la instigación de los ajusticiamientos de La Tabla del 18 de abril de 1964. El mismo Lino Martínez da su versión de lo sucedido, producto de lo expuesto en el juicio que se realizó a Félix Farías por esos hechos. Señala Martínez: “…ahí había tres mujeres; Trina, Conchita y Aurora. Parece que la presencia de estas tres mujeres creó algunas rivalidades. Los guerrilleros querían tener a las tres mujeres en sus respectivas unidades y parece que hubo algunas intrigas, que la gente dice, “propias de mujeres”. Parece que Trina era muy dada a estos manejos, y Conchita, al parecer, también. La que estaba más alejada de esto era Aurora, a quien conocí personalmente: ella era una excelente guerrillera… En determinado momento Douglas salió de la montaña, y dejó encargado del frente a Félix Faría. Estando Douglas por acá, esas intrigas se agudizaron y se le complicó la cosa a Félix allá. Parece que él vivía con Trina y ella como que influía bastante en él.”
De acuerdo al relato de Martínez el grupo conformado por Conchita Jiménez, Ramón Jiménez, Cristóbal Campero y el propio hermano del comandante accidental, Juan Francisco Farías, se le enfrentaron y solicitaron se les diera su baja del frente, haciendo acusaciones muy fuertes contra la Comandancia, que Martínez señala como “parte de las intrigas”. Como todos aquellos guerrilleros que sabían se les daría de baja, el grupo referido comenzó a incumplir tareas y a relajar su comportamiento. El ser guerrillero también exigía disciplina y ética de orden militar. En la determinación de fusilarlos influiría Trina Urbina.
También lo reafirma el testimonio de Elías Manuitt Camero a Agustín Blanco Muñoz, señalando que durante el juicio a Félix Farías ella le enviaba cartas donde lo inducía a ratificar como aceptable la solución de los fusilamientos. Igualmente refiere Manuitt que la carta dejada por Trina decía que “no se fuera a pensar que ella se suicida porque se sentía culpable…” (Manuitt Camero en Blanco Muñoz: Venezuela un país podrido. Habla Elías Manuitt Camero, 2012 156). Refiere el militar que esos hechos fueron “una mancha bien grande que el enemigo utilizó muchísimo.”
El periodista Víctor Manuel Reynoso apuntaba en abril de 1966: “De todos los personajes femeninos que subieron a las guerrillas, Trina Urbina es el más famoso.” Con un disparo ella se suicidó en el campamento de la comandancia del Frente José Leonardo Chirinos, ubicado en el Cerro Maguaray, en las cercanías de La Negrita, Municipio Guzmán Guillermo.
En los intentos de explicación de los hechos de abril de 1964 resurge la antigua efigie de la mujer como bruja, malévola, insidiosa, taimada. Los corrillos que menciona Gustavo Villaparedes, las intrigas “propias de mujeres” que comenta Lino Martínez, no eran actitudes solo del mundo femenino. Ni en la guerrilla, ni fuera de ella. Respondían a una mentalidad. Cuando se explicó en su momento y después que la solución era “sacar a las mujeres de la guerrilla”, se les estaba atribuyendo la culpabilidad esos sucesos.
Una vez más se desoía los propios principios esbozados en los manuales guevaristas, no se atendía el bajo nivel de formación de los combatientes, que no podía producir un trabajo ideológico-político sobre la organización guerrillera ni sobre la masa campesina. No eran las mujeres, era la guerrilla toda la responsable de esas muertes.
Isaac López
6 de julio de 2024.
(Cromañón, 1979: 203; Peña, 1979: 148; Blanco Muñoz, 1982: 80-83; Linárez, 2011a: 203; Elite, 02-04-1966: 75).
TRINA URBINA, TRINA LA GUERRILLERA
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