por Christian Farías
Tal como estaba previsto en nuestros análisis, el actual presidente Nicolás Maduro, ganó nuevamente la contienda electoral y seguirá en el Palacio de Miraflores durante el nuevo periodo presidencial 2025-2031. Por otro lado, hay ocho candidatos participantes que aceptaron respetuosamente la voluntad mayoritaria del Soberano y reconocieron el resultado de la votación, sin ningún tipo de amenazas, violencia, payasada o ridiculez.
Pero, la reacción del binomio Edmundo Urrutia-María Corina, pone en evidencia su carácter criminal y tragicómico, absolutamente contrario a la legalidad, la normativa constitucional y el sentido universal de lo que es y lo que significa una contienda electoral presidencial, sustentada en la normativa de nuestra Carta Magna y la veeduría de las organizaciones y personalidades respetables del mundo civilizado.
Esa candidatura sui géneris de la parejita pro yanki, se niega a aceptar y respetar el verdadero y único resultado electoral, emitido por el ente rector: el Consejo Nacional Electoral. Esto significa, en primer lugar, que ellos no reconocen la voluntad mayoritaria del pueblo soberano; y pretenden justificar su plan macabro y criminal, gritando que hubo fraude o trampa.
Además de eso, lo más grave e inadmisible, es que hayan desatado su locura criminal, generando destrucción, enfrentamientos, violencia, incendios, muertes, heridas y una trágica y terrorífica tensión en las comunidades y el pueblo en general. Todo eso, para acuñar la falacia de una supuesta trampa de nuestro gobierno y del propio Consejo Nacional Electoral, con la mala intención de desacreditar y destruir la majestad del proceso electoral y el ente rector.
Ellos no aceptan la voluntad del soberano. Se creen superiores y amos absolutos del país. Su propósito real y verdadero, es desgraciar la democracia del soberano con sangre, sudor, lágrimas y un montón de cadáveres, con el cual se pudiera empañar esta majestuosa contienda democrática-política-electoral, cuyo protagonista principal es el pueblo y su sagrada voluntad colectiva para elegir a su auténtico representante.
Pero, independientemente de lo que ellos piensen y hagan, la verdad es que fueron derrotados por el Soberano. Así lo indicaba nuestro análisis de la coyuntura electoral; y así ocurrió el domingo 28-07-2024.
Es necesario señalar que más allá del interés en ser la presidenta de nuestra República, a la señora Machado lo que realmente le interesa es apoderarse de todas las riquezas de nuestro país y entregársela a la hegemonía del imperio norteamericano.
Las acciones vandálicas y criminales de las fuerzas mercenarias, llenas de odio y maldad, pagadas en dólares por la señora Machado, impusieron la violencia y el terror contra la gente humilde y trabajadora de nuestro pueblo.
De esa manera tan criminal, la señora Machado puso al descubierto su verdadera intención, su plan oculto y oscuro, ordenado por el imperio del Norte, que consiste en sabotear el resultado electoral y caotizar la estabilidad política y la paz de nuestra República.
Al imperio norteamericano de hoy, en plena fase de decadencia política, económica, social, cultural, ética y moral, no le interesa ni le conviene para nada, que nuestro sagrado reino institucional, sustentado en nuestra majestuosa e invulnerable Carta Magna, sea y siga siendo un sólido modelo de Independencia, soberanía, paz, igualdad y bienestar social colectivo, para nuestro pueblo de Venezuela y los pueblos hermanos de Nuestra América.
La doble candidatura (Edmundo-María) se nos revela hoy como lo que esencialmente es: una trama pitiyanki cuyo propósito central y único era, más que ganar la elección, desencadenar e imponer un nuevo escenario, sustentado en la TEORÍA DEL CAOS, o sea que reine el desorden, la anarquía, la desobediencia, la confusión, las venganzas, muertes y destrucción, en un escenario de guerra civil para descuartizar nuestra patria en mil pedazos.
Esa es la verdadera intención del imperio norteamericano. Ellos necesitan arruinar, destruir y desaparecer las dos dimensiones básicas de nuestro proceso patriótico y revolucionario: la primera es nuestra independencia, libertad y soberanía de la patria; y la segunda, nuestro estado de BIENESTAR SOCIAL, sustentado en los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, establecidos en nuestra Carta Magna.
Todo eso, que hemos construido durante estos 24 años, ellos lo quieren destruir, convertirlo en cenizas, desaparecerlo de nuestro territorio y regresarnos al viejo dominio hegemónico del imperialismo yanki, iniciado con la dictadura de Gómez y fortalecido durante los cuarenta años del apátrida pacto de Punto Fijo de 1957 hasta que llegó el comandante Chávez y reabrió los senderos del bolivarianismo.
De manera que la vieja dominación yanki, ha sido desmontada por nuestra Revolución Bolivariana, anunciada primeramente, por el pueblo soberano y pobre del Caracazo del 27Feb.1989; reivindicada militarmente el 4F de 1992 y consolidada con el sorprendente contragolpe en unión cívico-militar-policial-religiosa del 13 de abril de 2002 .
De manera que la complejidad, las adversidades y el avance de nuestro propio modelo revolucionario Bolivariano-Chavista, es lo que el imperio necesita destruir y liquidar.
Pero, más allá de nuestras propias dificultades y los ataques criminales del imperio y sus lacayos internos y externos, estamos en resistencia victoriosa.
Hemos sido, somos y seguiremos siendo una gigantesca referencia histórica de independencia y libertad Bolivariana; y también somos un nuevo modelo a seguir de revolución socio-cultural para reconstruir y consolidar todo el estado de bienestar social e integral de nuestro pueblo.
Es importante tener presente que, durante más de 200 años, la lógica primitiva e imperial de Estados Unidos, ha sido y sigue siendo la lógica de la Doctrina Monroe, cuyo principio rector es: “América para los americanos”. Por esa razón primitiva y perversa, es y ha sido siempre un imperio racista, discriminatorio, criminal, perverso e inhumano.
Recordemos que, durante más de un siglo, este imperio ha invadido o destruido países como Japón, Nagasaki, Vietnam, Camboya, Guatemala, El Salvador, Chile, Afganistán, Irak, Libia, Siria, Palestina; y ahora renueva la gigantesca y cruel destrucción de Ucrania y Palestina, en su afán de frenar el avance de las nuevas potencias NO IMPERIALES que conforman la gran fuerza emergente y alternativa de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
En ese contexto histórico, Venezuela ha alcanzado un nivel de desarrollo económico nuevo, propio, libre, independiente y soberano. Hemos reconstruido nuestra estructura económica, con base en la nueva política de alianzas e integración con las potencias económicas NO IMPERIALISTAS, como en efecto son las naciones que forman los BRICS.
En ese contexto, nuestro presidente Nicolás Maduro, ha puesto en marcha la nueva política para el desarrollo económico que ya nos está convirtiendo en un país potencia, auto sustentado en sus propias fuerzas productivas y las riquezas favorables de nuestra geografía. Todo ese plan está estructurado en siete (7) partes o dimensiones, tal como se expone a continuación:
Prensa Presidencial / Palacio Federal Legislativo / Caracas, 15/01/2024.- Con la finalidad de avanzar en el desarrollo del país hacia un nuevo modelo de bienestar, el presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, apuntó a la creación de las Siete Transformaciones (7T), cuyas bases ya han sido cimentadas por las 3R.Nets.
Los 7 nuevos objetivos que van a consolidar la prosperidad de Venezuela en los próximos años son:
1.- ECONOMÍA: Apunta a la modernización de métodos y técnicas de producción para concretar la diversificación económica, inscritos en el nuevo modelo exportador.
2.- INDEPENDENCIA PLENA: Expansión de la Doctrina Bolivariana en sus dimensiones políticas, científicas, culturales, educativas y tecnológicas ante las amenazas que se ciñen contra Venezuela.
3.- PAZ, SEGURIDAD E INTEGRIDAD TERRITORIAL: Está orientada a perfeccionar el modelo de convivencia ciudadana, así como la garantía de la justicia, disfrute de los derechos humanos y defensa de la paz social y territorial. Incluye, asimismo, la salvaguarda y desarrollo de la Guayana Esequiba.
4.- SOCIAL: Acelerar la recuperación del estado de bienestar, las Misiones y Grandes Misiones en una estrategia que, al mismo tiempo, afiance los valores del socialismo.
5.- POLÍTICA: Avanzar en la consolidación de la democracia directa con ética republicana a través de un profundo proceso de repolitización.
6.- ECOLÓGICA: Destinado a sumar acciones para combatir la crisis climática, promover conciencia y proteger al pueblo del impacto ambiental, así como salvaguardar la Amazonía y las reservas naturales frente a la voracidad del capitalismo.
7.- INSERCIÓN Y LIDERAZGO DE VENEZUELA EN LA NUEVA CONFIGURACIÓN MUNDIAL: Se plantea la reconstrucción de la integración latinoamericana y caribeña, fortalecer los BRICS y avanzar en alianzas estratégicas con países emergentes para contribuir con el nacimiento del mundo multipolar y pluricéntrico.
El presidente Maduro afirmó que por medio de estos nuevos objetivos, Venezuela se encamina hacia un mejor futuro, para entrar en una etapa de gran impulso, para consolidar y ahora sí avanzar hacia la Venezuela potencia, para recuperar el terreno perdido en lo social, el tiempo perdido en lo económico, para lanzar los planes grandes que podemos nosotros tener la seguridad de desarrollar la conquista de una sociedad justa muy humana y socialista”, concluyó. (Ver: www.minec.gob.ve/siete-objetivos-).
He aquí el Plan Central para la nueva etapa o periodo del gobierno constitucional, independiente, libre, popular y soberano de la República Bolivariana de Venezuela. Nuestro presidente Nicolás Maduro, fue electo nuevamente, el 28 de julio de 2024, por la voluntad mayoritaria y soberana de los hombres y mujeres de esta tierra de gracia.
Este programa central de su nuevo periodo presidencial, está sustentado en los dos documentos sagrados de nuestro proceso revolucionario, como lo son la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) y el Plan de la Patria, diseñados por el comandante Chávez en consulta y junto con el pueblo que es el SOBERANO SUPREMO de la República.
LA CRBV y el Plan de la Patria, son nuestras dos biblias doctrinarias, políticas, filosóficas y programáticas de obligatorio cumplimiento para el bienestar colectivo de todo el pueblo. Somos la conciencia y la fuerza cohesionada y preparada para nuestra propia defensa, desarrollo y fortalecimiento del Bienestar Social. Por eso, decimos que SIN BIENESTAR SOCIAL NO ES POSIBLE CONSTRUIR Y SOSTENER LA NUEVA PATRIA LIBRE, SOBERANA, SOCIALISTA Y BOLIVARIANA.
Nuestra CARTA MAGNA contiene, en su prólogo, toda la concepción política, doctrinaria y filosófica de nuestro modelo de República independiente, libre y soberana. Igualmente, consagra nuestra democracia participativa y protagónica; así como todos los derechos y deberes del pueblo que es El Sujeto Histórico, el protagonista que decide su propio destino, sin imperios ni opresores porque todos somos iguales ante la ley y ante El Supremo Dios de las alturas.
Junto y en comunión con la CRBV, nuestro destino inmediato está cifrado en los cinco (5) objetivos históricos del PLAN DE LA PATRIA, aprobado, legitimado, respaldado y defendido por nuestro pueblo, durante todos estos años de ausencia física del comandante Chávez.
También es necesario decir que durante estos once (11) años, las embestidas criminales de la guerra económica, política, mediática, social y cultural, puestas en marcha por el imperio, sus lacayos y el burocratismo, la ineficacia y la corrupción de la gente infiltrada en el gobierno bolivariano, lograron debilitar la moral y la capacidad de resistencia de una buena parte de nuestro pueblo.
Igualmente, debemos admitir que los infiltrados también hicieron y siguen haciendo lo suyo, en complot con el imperio y los abiertamente apátridas. Los infiltrados existen, sabotean, dañan y desmontan buena parte del estado de bienestar social, iniciado por Chávez y continuado por Nicolás.
Debemos admitir que Chávez pudo poner en marcha el desarrollo del bienestar social con base en dos hechos: uno, la estabilización de la renta petrolera por encima de los 60 dólares el barril, durante todo su mandato; y dos, el imperio, al no poder destruirlo con el golpe de estado del 11 de abril del 2002, optó por infiltrar a los escuálidos en las estructuras del gobierno, el Estado y el propio PSUV.
En consecuencia, después de la partida física de nuestro comandante y durante el primer periodo presidencial de Nicolás; el imperio puso en marcha su guerra de cuarta generación para destruir y derrocar la gestión presidencial de Nicolás. No por casualidad, pusieron a rodar una consigna venenosa y desmoralizante: “Nicolás no es Chávez”.
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El imperio logró imponernos la guerra multiforme de cuarta y quinta generación: nos derrumba la renta petrolera para impedir la continuidad del estado de bienestar social; sabotea y destruye todas las obras iniciadas por Chávez; dolariza el mercado de valores y el sistema económico del país, nos impone medidas coercitivas y cientos de sanciones económicas, monetarias y financieras.
Contra toda esa guerra multiforme y criminal, que nos asedia desde afuera y desde adentro, nuestro presidente Nicolás Maduro ha sabido resistir y derrotarla paulatinamente. Hoy, estamos en mejores condiciones para derrotar totalmente al imperio y sus agentes internos. Tenemos fuerzas suficientes para avanzar hacia los objetivos supremos de nuestra Carta Magna y nuestro Plan de la patria, en Unidad, Lucha, Batalla y Victorias.
Christian Farías / Ciudad Valencia